Campeonato karate de final de temporada



La temporada de competiciones llega a su fin, y comienza la etapa de cursos en los que los karatekas alhameños refuerzan sus conocimientos acudiendo a entrenar con maestros de renombre mundial.




 Para cerrar la temporada, el club alhameño organiza diferentes campeonatos en todas las categorías, y la última es la de katas adultos, donde se enfrentan todos contra todos, y ellos mismos son sus propios jueces, valorando a sus compañeros y reconociendo los propios errores. Es muy aconsejable tener conocimientos de arbitraje, y practicarlo es esencial para la mejora individual.

- Oscar Correa, conocido competidor alhameño, se hace con la medalla de oro.
- Nicolás Cubo, también competidor habitual, se alza con la plata.
- Alejandro García, nuevo en estas lides, alcanza su primera medalla el bronce.

En las imágenes; Alex, Óscar y Nico.



Cuando los niños pequeños dicen “venga vamos a rezar” se refieren a lo siguiente:

Mokuso: La meditación del guerrero

 Mokuso, pronunciado “moh-kso” (黙想), es un término japonés para meditación que viene a significar algo así cómo “mirar en silencio hacia el corazón” aunque también se le atribuye la traducción de “reflexión tranquila”. Es el concepto de un estado que se alcanza mediante el entrenamiento mental, unido a la relajación y respiración que, combinados con la postura adecuada, nos permiten regresar al estado mental de un recién nacido carente de miedo, sin conocimiento de lo que es el estrés, el dolor, la duda, etc. Nos capacita para dejar la mente en blanco y concentrarnos para poder afrontar diferentes situaciones sin que emociones o dudas restrinjan nuestros movimientos. Es parte del entrenamiento del mushin, que proviene del budismo zen.

¿En qué consiste mokuso?

 El mokuso es un entrenamiento mental. Se trata de alcanzar un estado de consciencia superior en el que los problemas del día a día, las tensiones del trabajo o los temas personales queden fuera del tatami.

 Cuando hacemos randori, cuando luchamos en un campeonato o simplemente cuando nos enfrentamos a un agresor nos defendemos y contraatacamos concentrándonos en las técnicas que conocemos. Ponemos nuestra mente en realizar los movimientos y ejecutarlos lo mejor que podemos, pero limitamos la mente a dicho movimiento. Si un luchador experimentado vacía su mente de emociones o pensamientos que le distraigan llega un momento en que puede realizar los movimientos y técnicas de forma automática y natural. Estar tensos y bajo el yugo de emociones nos hace desperdiciar energía y velocidad, fijarnos en cosas que no son importantes y desatender aspectos del combate que pueden ser decisivos.

 Con la mente en blanco, concentrada en la lucha o entrenamiento, un luchador no está sometido a nada, Puede reaccionar y actuar de forma más intuitiva a la hora de entrar en el tatami o de enfrentarse a un oponente, y como no, en todos los aspectos de la vida tales como exámenes, entrevistas de trabajo, hablar en publico etc.