Esta joven deportista alhameña lleva desde pequeñita practicando este noble deporte en el que ha conseguido innumerables éxitos.
Otro cinto negro se une a la lista de alumnos del club Alhama-Ippon que consiguen superar esta primera etapa dentro del noble arte del karate, un acicate añadido es que lo consigue con tan solo catorce años y tiene un gran futuro por delante.
Aida toda una guerrera, incansable competidora, dura, decisiva y eficaz, un ejemplo de tesón, le sobra fuerza y dentro de sí solo existe la victoria.
Los resultados en competiciones la acompañan, siendo una competidora valida y capaz tanto en katas como en kumite.
Cuenta con el apoyo incondicional de sus padres, compañeros y entrenador, es muy importante que todas estas jóvenes promesas, sepan valorar el sacrificio de todos los que están a su alrededor, ya que se privan de fines de semana para dedicárselos a ellas, sufren con sus derrotas animando y comprometiéndose, se alegran y valoran sus victorias y siempre están ahí.
Una etapa acaba y otro empieza, es un gran orgullo ayudar, sufrir y disfrutar con el trabajo y esfuerzo que consigue un resultado, en este caso con un simple cinto negro, que solo sirve para anudártelo a la cintura, que no tiene más importancia que la que uno quiera darle… sin embargo cuando llegas a ser cinto negro empieza el verdadero camino.
Títulos de Caballeros, Samurais o cinto negro, se otorgan a personas por su comportamiento y o proezas realizadas, entre otras, en el caso que nos ocupa tras un arduo entrenamiento hay un progreso que va más allá, de una mejora física importante, el cinto negro se vuelve consciente y transforma en mejor persona capaz de moldearse a sí mismo y mejorar en sus habilidades para combatir con gran sentido del honor y respeto por sus semejantes, premisa de las artes marciales.
El ritual
En la tarde del lunes, dos de octubre de 2017, Aida recibe de su sensei, Antonio Mateo, con el ceremonial correspondiente, y ante sus compañero, el cinto negro, tras haber aprobado las pruebas y el examen que tuvo que superar en Almería.
Aida con sus otros compañeros, cinturones negros presentes en el acto, también lo estaba su compañera, también cinturón negro, Alicia Correa, que no pudo acceder al tatami por encontrarse lesionada. (En la imagen, y de izquierda a derecha; Óscar Correa, Silverio Gálvez y Aida Calderón)
La evolución de una campeona
Así empezó Aida, hace ya diez años