Como se informaba ayer, Alhama tiene que ver con el inicio de la Sanidad Militar propiamente dicha. Ahora bien, lo que lo desconocemos no es tal como afirmaba el ponente. Una vez más, por medio de nuestro historiador Andrés García Maldonado, desde 1966, cuando él acaba de cumplir 18 años, se ponía ya bien en claro años que sabíamos que esta ciudad fue la primera que contó con un hospital de sangre y que ello fue, precisamente, gracias a Isabel la Católica. De ahí el empeño que puso en que llevase la denominación que ya tiene más que consolidada: Hospital de la Reina.
A continuación transcribimos la parte de su libro "Isabel la Católica y Alhama", de 2004, en la que deja bien claro lo que afirmamos
EL HOSPITAL DE LA REINA
Por Andrés García Maldonado
"Para curar a los heridos e los dolientes, la Reyna enviaua sienpre a los reales seis tiendas grandes, e las camas de ropa neçesarias para los feridos e enfermos; y enbiaua çerujanos y físicos e medicinas, e onbres que los sirviesen, e mandaua que no lleuasen preçio alguno, porque ella lo mandaria pagar. E estas tiendas, con todo este aparejo, se llamaua en los reales el HOSPITAL DE LA REYNA".
El historiador Fernando del Pulgar, con estas palabras nos introduce en uno de los motivos esenciales del por qué, hace ya más de cuarenta y cinco anos, comenzamos a denominar al entonces conocido por todos como "Hospital Viejo" como Hospital de la Reina. Denominacion plenamente consolidada desde hace muchos años, por la que toda Alhama y los alhameños, hasta con carácter administrativo y oficial, conocen y designan a este valioso monumento artístico-histórico de nuestra ciudad. denominación que, a propuesta del Patronato de Estudios Alhameños, quedó ratificada por el Ayuntamiento Pleno, por unanimidad, en noviembre de 2004 con ocasión de los actos conmemorativos en Alhama del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica.
Hasta finales de la década de los cincuenta del siglo pasado, y quizás durante todo el tiempo en el que permanecieron, desde su llegada a Alhama, en septiembre de1884 las Mercedarias, acentuándose ello en las ultimas décadas de este tiempo, este palacio se conoció popularmente por "El Hospital", simplemente, o "Hospital de la Monjas".
Una vez las Hermanas Mercedarias se trasladaron a su nuevo edificio de San Jerónimo y la Concepción, en La Joya, en 1957, comenzó a denominarse este edificio como "Hospital Viejo".
Atendiendo a la documentación que poseemos, la primera vez que se publica la denominación de "Hospital de la Reina", en lo que se refiere a estos últimos siglos, es en mi articulo "Alhama, ciudad de ensueño", publicado por "Ideal" el 2 de noviembre de 1966, como pie a una bella foto del inolvidable Mesa: "Alhama: El viejo Hospital de la Reina, anclado en el misterioso barrio musulmán, es uno de tantos edificios alhameños de evidente valor artístico e histórico (Foto Mesa)".
Después, durante ese mismo año y los siguientes de 1967 y 1968, se comenzó a denominar, en distintos y numerosos trabajos y artículos periodísticos, tanto "Hospital Viejo" como "Hospital de la Reina", hasta el punto de que en otro articulo mío, el del 17 de marzo de 1967, publicado en el diario "Patria", efectuando un llamamiento en favor de la salvación de este monumento alhameño, lo titulaba "El Hospital Viejo de la Reina, en trance de desaparición".
Distintas denominaciones tuvo con anterioridad y desde su fundación como Hospital, por los mismo Reyes Católicos, afirmándose que se mando tal fundación, quizás en este caso, dando cumplimiento a las disposiciones al respecto de la misma Reina Isabel la Católica, en la línea de las palabras del cronista de la época Fernando del Pulgar transcritas encabezando este articulo, entre las campañas de 1484 y 1485, en pleno transcurso de la guerra de Granada y especialmente con destino a los heridos de las contiendas de la misma, recibió con gran probabilidad igualmente el nombre de "Hospital de la Reina", por el ahínco que en estas cuestiones puso la misma Isabel la Católica así como por la idéntica denominación que recibieron sus hospitales de campaña.
En los siglos XVII y XVIII se le señala como "El Hospital" y "Hospital Real". Concretamente, en la contestación a las "Preguntas generales" del Catastro de Ensenada, efectuadas en julio de 1751, se afirma que en la ciudad hay un "Hospital real", el que tenía sus rentas anuales, de hasta quince mil reales, de los diezmos así como de otras posesiones recibidas de los repartimientos que efectuaron los mismos Reyes Católicos, "sus fundadores", concretándose a continuación como también se habían adquirido posesiones para el Hospital con lo que había ido sobrando de los recursos destinados a la asistencia de los pobres que atendía este centro hospitalario.
La denominación más generalizada a lo largo de los siglos ha sido la de "El Hospital", a este nombre común, en la mayoría de los casos y a lo largo de los siglos se le ha venido poniendo un nombre propio. Gómez Moreno, en su interesante plano de la parte donde esta ubicado este edificio, en el ultimo tercio del siglo XIX, lo señala como "Real Hospital", no como Hospital Real, como dice igualmente Real Cárcel o Real Posito, mas refiriéndose a la fundación y carácter oficial-administrativo de vinculación con la Corona en lo que respecta a su sentido de publico en sí que a una denominación propia de estos edificios.
A lo largo de su historia, de este modo, en relación a su dependencia y funciones, así como a los conceptos de servicio publico imperantes en cada época, se le designa y conoce como Hospital de Caridad, Hospital Nacional, Hospital Real y Eclesiástico, etc.
Su condición de Real Hospital iba en relación a quienes mandaron construirlo, los Reyes Católicos y, sobre todo, a quien puso una especial preocupación, como hemos visto en el texto de Pulgar, por esta clase de servicios e instituciones, todo ello comparable y paralelo a su firme y eficaz decisión y entrega en relación a la guerra de Granada, la Reina Isabel la Católica.
Cuando la Reina Isabel comienza a visitar las plazas ganadas a los musulmanes granadinos, "porque el placer que tuviese en ver aquella tierra aliviase las fatigas que se habían tenido en conquistarla, y porque su presencia era necesaria para el consejo de lo que se había de hacer", una de las primeras cosas que hace es, precisamente, consolar "a los caballeros y personas de su casa y causa que estaban heridos", preocupándose muy especialmente por la marcha y eficacia de los hospitales de campaña, los denominados por todos, insistimos, "Hospitales de la Reina".
Carriazo, en su "Historia de la guerra de Granada", el mejor y más completo trabajo histórico que, hasta nuestros días, se ha llevado a cabo en relación a la misma, escribe en relación a todo esto: "Es ocioso ponderar cuanta parte tuvo la Reina en la conducción y el éxito final de la guerra de Granada. Su diligencia infatigable, su celo para enviar refuerzos y provisiones cuando el rey estaba en campaña, su cuidado en procurar que los heridos y enfermos se pudieran curar en el mismo frente, creando la Sanidad militar con su Hospital de la Reina, su presencia en los lugares de peligro, como en los difíciles asedios de Málaga y Baza, su costumbre de escribir cartas graciosas a los nobles en camparía, para estimularles, su firmeza en horas de vacilación, fueron excepcionales".
Todo esto, en el caso de Alhama, no solo es muy importante, si no que por si mismo es contundente y determinante, para que el entonces conocido popular y lógicamente, que no vulgarmente -pues la actitud y decisión de los pueblos es en muchos casos mas razonable y sabia que algunos historiadores-, "Hospital Viejo", denominación nacida del hecho de que había quedado sin funciones, tomase (o quizás simple e históricamente recuperase), con todo fundamento y justicia, el nombre de "Hospital de la Reina", siendo ello aceptado de buen gusto por los alhameños, tanto antes como ahora, comenzando por quienes les representan en la Corporación Municipal.
Teniendo únicamente en cuenta la actitud y decisión, preocupación e interés constantes de Isabel de Castilla por Alhama, tanto desde su misma toma como en sucesivas ocasiones de su reinado, como hemos expuesto anteriormente, era mas que suficiente para dedicarle este pequeño, pero muy oportuno y simbólico, homenaje en uno de los sentidos más nobles y elevados, por humanitarios, que a ella le hubiese agradado y que históricamente le corresponde.
Cuando comienza a denominarse Hospital de la Reina -si es que ésta no fue su primera denominación allá en las postrimerías del siglo XV-, en los anos sesenta de nuestro siglo, tras los artículos mencionados publicados en los diarios granadinos y varios mas andaluces y nacionales, cala la denominación y, a todos los efectos, ésta se consolida plenamente.
De este modo, basándonos en hechos históricos tanto propios de Alhama como de la demostrada actitud de Isabel la Católica en favor de estas realizaciones de asistencia a los heridos y enfermos, se homenajeaba, vinculándola mas aún a la historia alhameña, a la gran Reina de Castilla y España, la persona regia que mas relación ha tenido con toda nuestra historia local, como se ha expuesto.
He reiterado esto en distintas ocasiones, precisa y especialmente, en aquellos momentos en los que se ponía de moda maltratar históricamente a Isabel la Católica, intentando ponerse en duda su aportación a España, pretendiendo ciertos desaprensivos, algunos historiadores partidistas y limitados por nacionalismos que les ciegan en gran medida y otros varios olvidándose que los hechos y las actitudes históricas hay que analizarlas y entenderlas teniendo muy en cuenta el pensamiento de cada época, presentarla únicamente y a toda costa como una ridícula beata cargada de manías o como una intransigente que, por encima de todo, lo único que deseaba era ampliar sus reinos e imponer su fe y creencias religiosas.
Por ello, cuando en la primavera de 1995, gracias a la labor desarrollada por la Corporación Municipal y, mas concretamente, por su entonces alcalde, Antonio Molina Gomez, el Hospital que Isabel la Católica mandó construir en plena guerra de Granada, se recuperaba para la cultura y la historia, y con ello para la monumentalidad y la belleza de Alhama, como oportunamente se hizo público, fue excelente momento para reafirmar su denominación, lo que contó con la sensibilidad de la practica totalidad de nuestro pueblo, afirmando entonces por mi parte lo que ahora vuelvo a reiterar -y más aun cuando la Corporación Municipal de Alhama, por unanimidad, adoptaba el pasado día 28 de septiembre de 2004, importantes acuerdos para conmemorar en Alhama, como corresponde, el V Centenario de la Muerte de Isabel la Católica, adoptándose entre otros el de la denominación definitivamente oficial de "Hospital de la Reina", dedicada esta denominación a Isabel la Católica, del viejo Hospital, que "todo pueblo tiene el derecho, y en este caso también la obligación, de hacer justicia histórica, como, en definitiva es el caso que nos ocupa."Dicho con otras palabras, que los pueblos tienen que conocer su historia y de ella sacar sus conclusiones para decidir y seguir avanzando, jamás para quedarse petrificados en el pasado por las posibles posturas que, con la misma historia, puedan intentar imponerse.
Bibliografía básica:
- Andrés García Maldonado, "El Hospital de la Reina, una recuperación singular en nuestra historia", Alhama Comarcal, Alhama, mayo 1995, y "El Hospital de la Reina, reconocimiento histórico, logro y convocatoria", Publicación Anual del Patronato de Estudios Alhameños, Alhama, febrero 1996.
- Juan de Mata Carriazo, "Historia de la Guerra de Granada", Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, Tomo XVII, Volumen I, Espasa Calpe, S.A., Madrid, 1978.
- Andrés Garcia Maldonado, "Alhama, ciudad de ensueño", "Ideal", Granada, noviembre de 1966; "El Hospital Viejo de la Reina, en trance de desaparecer", "Patria", Granada, marzo de 1967, y "Monumento de valor artístico e histórico que puede desaparecer", "Ideal", Granada, octubre de 1967.
—"La Ciudad de Alhama a José Luis de Mena. Un siglo de la Fundación de las Hermanas Mercedarias en Alhama.", Publicación-homenaje del Excmo. Ayuntamiento, dirigida por A. Garcia Maldonado, Alhama de Granada, abril de 1991.