El encuentro de los centros de adultos estuvo pasado por agua

 Ha sido el encuentro más numeroso que se ha producido entre centros de adultos, y movilizó a 460 persona, en este caso los visitantes eran de diferentes pueblos malagueños, en un día que se convirtió en el más lluvioso del año, con 63 litros por m2.

 Tras varios días de preparativos por parte de los anfitriones, el Centro de Adultos de Alhama, y con los nervios lógicos de quienes tienen que atender a un número de visitantes que iba en aumento, todo quedó planificado para atender al numeroso grupo que se encontraría en nuestra ciudad ese jueves 25 de octubre de 2012.

 Los presagios meteorológicos no eran muy favorables para este día, y, efectivamente, el agua fue el protagonista indiscutible de la jornada, y los ocho autobuses que llegaron fletados con un total de 427 personas fueron recibidos por el mayor chaparrón caído en mucho tiempo, concretamente ese día fueron 63 litros por metro cuadrado, algo que duró prácticamente todo el día.

 Pese a ello se intentó cumplir con el programa previsto, y tanto el personal del centro; Elena,  Fernando,  Juan Luis y Trini, como los trabajadores de la oficina de turismo; Alejandro y Amparo,  las guías;  Ana y Mari-Carmen, voluntarios como Luis y María, otros empleado municipales;  Antonio, Carmen María, Marian, Paqui, Reyes, Rocío, Salva y Sandra,  personal de la Asociación  Termalismo;  Evelin, Lola, Raquel y Sabina, hicieron posible el recorrido de los grupos en los que dividieron a los visitantes para la visita al barrio antiguo, el Centro de Interpretación de Alhama (de la Plaza de los Presos), las iglesias, etc., así como el centro de artesanos que volvió a contar con la presencia de Antonio, Alicia Bárbara, Consuelo, David y Villa.

 Ya, a medio día la comida estaba preparada en la Piscina el Pato Loco, prácticamente el único lugar donde poder albergar a tantos comensales, los cuales pudieron disfrutar de la gastronomía típica alhameña: ensalada, olla jameña, carrillada con guarnición, acompañada de vino y refrescos, con postre helado y café. Un delicioso menú para el que hicieron falta cuarenta kilos de garbanzos con su correspondiente tocino y carne, y ciento cincuenta kilos de carrillada, y por supuesto un buen número de camareros y cocineros para poder atender a todo el personal que llenaba los recintos de todo el establecimiento, en el que todo estaba perfectamente organizado, y en el que el precio de menú le salió a cada comensal por once euros.

 Tras disfrutar de la comida llegaría la sobremesa en donde tanto los profesores como los alumnos intercambiaron experiencias de sus respectivos centros y pueblos, así como el conocimiento personal de estos grupos que comparten la aventura del saber, y para los que no importa la edad. Con buen ambiente y música se terminaría este intercambio sobre las seis de la tarde, cuando se iniciaba el regreso a las poblaciones de origen.

 Como anécdota, también provocada por las inclemencias del tiempo lluvioso de ese día, los trabajadores municipales, Salva y Reyes, tuvieron un trabajo extra, ya que uno de los autobuses quedó anclado por el barro del aparcamiento, y fue necesario que una de las máquinas excavadoras del ayuntamiento tuviera que prestarle ayuda para salir del atolladero.