Doscientos escolares de Ventas de Zafarraya recogen verduras del campo para el Banco de Alimentos



La localidad granadina de Ventas de Zafarraya se ha puesto en pie de guerra solidaria. Unos doscientos alumnos del colegio público Las Castaños, con edades comprendidas entre los 3 y 13 años -desde Infantil a 2º de ESO- se han lanzado al campo a recoger verduras en las tierras que circundan el municipio para llevárselos al Banco de Alimentos de Granada, que las repartirá entre asociaciones o colectivos que atienden las necesidades más primarias de un sector de población desamparada como es la alimentación.


 Pero estos alumnos no han estado solos. Ellos han participado en la recogida de lechugas, tomates, coles o coliflores; sus padres han cedido sus terrenos y ayudado a embalar los productos en cajas en sus vehículos particulares; el Ayuntamiento de Ventas de Zafarraya ha aportado los transportes y hasta las Cooperativas de Hortoventas y Las tres Marías han contribuido con palets de varios tipos de verduras.

 La iniciativa partió de la propia comunidad educativa del centro que, por un lado, quiso concienciar a los alumnos de la importancia que tiene la ayuda a la gente sin hogar, familiares o un lugar donde comer y que ellos, desde el medio rural donde viven, podían contribuir con su solidaridad.

 La premisa de la que se partió era, y es, totalmente innovadora. En Ventas de Zafarraya, como en otros muchos núcleos de nuestra provincia, las cooperativas dan muy poco dinero por el kilo de verduras que recogen los agricultores o rechazan los productos que no tienen la forma o el peso adecuados. La consecuencia es que un gran porcentaje de ellos se queda en el campo sin recoger, pese a estar en perfecto estado de conservación y consumo humano.

Concienciación

 Toda esta actividad ha estado acompaña de un trabajo previo en el que se les explicó a los alumnos las diferencias Norte-Sur, se les pidieron redacciones sobre cómo se imaginaban el Banco de Alimentos y hasta se ha programado una visita al mismo para comprobar como llegan esas verduras a dicho lugar y a los comedores sociales (como, por ejemplo, al que hay en la calle de San Juan de Dios).

 Esta experiencia quiere ir más allá y, por lo pronto, se quiere ampliar a la donación de medicamentos o juguetes durante el presente curso escolar, para que los alumnos conozcan el sentido de la solidaridad y ayuda a quienes son más desfavorecidos que ellos. Algo que, como niños que son, no les resultará en algunos casos fácil pues hasta se tiene pensado el que tendrán que desprenderse y aportar juegos o juguetes de los que más les gusta

TEXTO Y FOTO: Fernando Torres. (IDEAL, 12/11/08)