
Entre fotografías históricas, documentos inéditos y anécdotas personales, el cronista oficial del municipio, Juan Bueno Pérez, reconstruye con rigor y emoción la historia de aquel tren que subía entre montañas hasta el corazón del Llano.

El Espacio Escénico de Ventas de Zafarraya se llenó el sábado 18 de octubre para acoger la presentación del nuevo libro de Juan Bueno Pérez, Tren de cremallera a Ventas de Zafarraya (1922–1960), una obra fruto de años de investigación sobre la línea ferroviaria que quedó frustrada tras 38 años de servicio.
La tarde de ese sábado fue una de esas que dejan huella en Ventas de Zafarraya. El espacio escénico, repleto, acogió a vecinos, familiares y descendientes de los protagonistas de aquella línea y amantes de la historia local que acudieron a acompañar a su paisano Juan Bueno Pérez en la presentación de “Tren de cremallera a Ventas de Zafarraya”. La expectación era visible: se trataba no solo de un libro más, sino del resultado de décadas de trabajo paciente y meticuloso, de un empeño personal por rescatar del olvido el eco del ferrocarril que unió Málaga con el altiplano granadino.

El acto fue abierto por el alcalde de Ventas de Zafarraya, José M. Moreno, quien agradeció al autor su dedicación y recordó la importancia de mantener viva la memoria cultural del pueblo. “Si olvidamos de dónde venimos —dijo—, difícilmente sabremos a dónde queremos llegar”. También subrayó que la edición del libro había sido asumida íntegramente por el propio autor, como muestra de su compromiso con la divulgación del patrimonio local.
A continuación, la encargada de presentar al autor fue Miriam Reina Arrabal, que trazó un perfil amplio y afectuoso de Juan Bueno Pérez: profesor, geógrafo, historiador, abogado y escritor, nacido en 1952 en Ventas de Zafarraya, donde cursó su primera enseñanza. Recordó su amplia formación —Magisterio en Málaga, licenciaturas en Geografía, Historia y Derecho por la UNED—, así como su dilatada carrera docente y su faceta investigadora, con títulos ya conocidos como Los terremotos en Andalucía (1884-1885) o Las calles antiguas de Ventas de Zafarraya según planos de 1885. Subrayó también su papel como Cronista Oficial de la Villa desde 2003 y su “Premio Alhama” a la mejor labor de difusión otorgado por el Patronato de Estudios Alhameños.
“Juan —dijo— es un ciudadano ejemplar, que aunque viva lejos, nunca ha dejado de pertenecer a su pueblo. Su corazón y su memoria siempre han permanecido en Ventas”.
Vídeo íntegro de la presentación
Un viaje por los raíles de la historia
El autor tomó la palabra entre aplausos y agradeció, visiblemente emocionado, la presencia del numeroso público. Acompañó su intervención con una proyección de diapositivas que ayudó a recorrer visualmente las estaciones, puentes y túneles de aquel viejo ferrocarril de vía estrecha.
“Evidentemente —advirtió al inicio—, no voy a contar el libro. Cada uno tendrá que leerlo. Pero sí quiero explicar cómo se ha gestado este trabajo y el esfuerzo que ha supuesto llegar a resultados aceptables”.
El volumen, de 380 páginas, abarca el periodo comprendido entre 1905 —año de la creación de la Compañía de los Ferrocarriles Suburbanos de Málaga— y 1960, cuando se clausuró el tramo Vélez-Málaga–Ventas de Zafarraya. “El tren llegó a Ventas el 28 de agosto de 1922 y circuló por última vez el 12 de marzo de 1960”, recordó Bueno. “Su historia forma parte de la vida de todos los pueblos por donde pasó”.
El autor detalló la minuciosa labor de investigación que lo llevó a consultar más de un centenar de documentos oficiales en archivos de Madrid, Málaga, Alhaurín de la Torre y otras localidades, además de las visitas de campo realizadas en 2023 y 2024 a todas las antiguas estaciones y apeaderos del recorrido. “He pisado uno por uno los lugares por los que pasó el tren. A veces ha sido una alegría verlos conservados; otras, una decepción al comprobar su abandono”.

Agradecimientos y hallazgos
En su intervención, Bueno tuvo palabras de reconocimiento para quienes le ayudaron en el proceso: su hermano mayor —que trabajó como “meritorio” del ferrocarril y conserva una memoria prodigiosa—, María Luisa Mota López, hija del último director de los Ferrocarriles Suburbanos de Málaga, y Andrés García Maldonado, quien colaboró en la obtención de documentación clave. También agradeció la ayuda del Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, donde localizó, tras más de un siglo, la escritura original de constitución de la compañía: “Todos los autores hablaban de un capital social de cuatro millones de pesetas, pero la escritura que yo he encontrado dice claramente que fue de un millón cien mil. Y ahí está la copia, 120 años después”.
Entre diapositivas, el público pudo contemplar fotografías del tren adornado el día de su inauguración, planos originales, puentes, túneles y estaciones ya desaparecidas. Bueno explicó con detalle la singularidad del tramo de cremallera —tres secciones entre La Viñuela y Periana, de poco más de diez kilómetros— y la necesidad de cambiar de locomotora en Vélez, donde las máquinas de adherencia daban paso a las de cremallera.
No faltaron las anécdotas curiosas: el puente de Torre del Mar, diseñado por el ingeniero Francisco Echecopar Consiglieri; los nueve túneles excavados “a piedra viva”; la historia del hotel de Ventas, construido en 1929 y vinculado a un incipiente “turismo de salud” de principios del siglo XX; o la existencia de un molino de viento junto al actual mirador del Boquete, que dio nombre a uno de los primeros ventorrillos de la zona.

El tren, reflejo de un tiempo
Con la serenidad del investigador y la emoción del cronista, Juan Bueno fue desgranando pasajes de una historia que es también social: la del progreso, el trabajo y las ilusiones de un territorio. “El tren dio empleo directo e indirecto —recordó—. Surgieron compañías que transportaban mercancías desde los pueblos al ferrocarril; en Alhama incluso se podían comprar los billetes del tren y enviar la paquetería”.
También evocó episodios menos amables, como los accidentes laborales o la decadencia final del servicio. “He encontrado un informe de 74 páginas en el que la propia compañía pedía el cierre de la línea, alegando pérdidas continuas y competencia del transporte por carretera. Es un documento insólito”.
El público siguió con atención cada intervención, reconociendo lugares, nombres y recuerdos familiares. En más de una ocasión, el autor se detuvo para dialogar con los asistentes, especialmente con descendientes de ferroviarios o vecinos que aportaron datos y fotografías. El ambiente fue de sincero orgullo colectivo: la memoria del tren de Ventas no solo pertenece a los archivos, sino a las vidas que transformó.

Epílogo de una tarde entrañable
Al finalizar, los aplausos llenaron el Espacio Escénico. Muchos se acercaron después a felicitar al autor y por un ejemplar del libro, financiado por la Diputación Provincial como adelantó el alcalde en las palabras de bienvenida.
En su despedida, Juan Bueno resumió el sentido de su esfuerzo:
“El tren fue algo más que un medio de transporte. Fue el hilo que unió a nuestros pueblos y, de alguna manera, sigue siendo el símbolo de una época en que la ilusión viajaba sobre raíles.”
Con Tren de cremallera a Ventas de Zafarraya, el cronista venteño ha devuelto a su tierra no solo una investigación rigurosa, sino también un relato colectivo que permanecerá. La línea desapareció en 1960, pero su memoria —gracias a este libro— vuelve a circular, con destino a la emoción y al orgullo de un pueblo.
Imágenes del acto




















