Han aparecido ejemplares de esta especie invasora en instalaciones de riego de Fuensanta, anejo de Pinos Puente, al parecer procedentes del Pantano de los Bermejales. La Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas acuáticos del Sur, (ACPES) considera que podrían ser miles los agricultores afectados.
Hace tres años saltaban las alarmas por la aparición de ejemplares adultos de mejillón cebra en el embalse de Los Bermejales, en la comarca de Alhama de Granada. Rápidamente se prohibió la navegación recreativa y la entonces consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Cintia Castillo, declaró que el Gobierno regional estaría “muy pendiente” de estos pantanos, se refería también al de Iznájar (compartido por las provincias de Córdoba y Granada), para evitar que la presencia de estos moluscos “se convierta en un problema”. Sin embargo, algo debe haber fallado pues la Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas acuáticos del Sur, (ACPES), que preside Alejandro Ramos, ha informado que en estos días se han detectado ejemplares en instalaciones de riego agrícola de Fuensanta, anejo de Pinos Puente, “por lo que suponemos que puede estar ya extendido por gran parte de la vega granadina”.
Según explica la casualidad ha querido que durante una jornada informativa organizada por la Diputación Provincial sobre la problemática de esta especie invasora en el poniente granadino, varios de los asistentes que tienen fincas de cultivo en la vega de Granada comentaran que habían visto algo parecido en las balsas y tuberías de riego de sus fincas. “Me llamaron y fuimos a verlo y efectivamente es mejillón cebra”, indica Ramos antes de añadir que al estar infectado el embalse de los Bermejales, la zona potencial de infección en la provincia es la totalidad del río Cacín, aguas debajo de Bermejales y todo lo que se riega con esa agua, en especial desde el Canal de Cacín que lleva el agua hasta Santa Fe. Por retornos de estas aguas al río Genil, también todo el río Genil, aguas debajo de Santa fe.
Ramos añade que pese a la gravedad del problema “no se puede ni siquiera coger ningún ejemplar porque está prohibido para evitar la expansión” por lo que los agricultores lo único que pueden hacer es comunicar la existencia de mejillón cebra en sus instalaciones a Consejería de Agricultura, Medio Ambiente o Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para adoptar medidas preventivas comenzando por un estudio para determinar la expansión de la plaga. Otras medidas básicas para la prevención, aportadas por el presidente de ACPES, son el “no poner en contacto con agua de otro lugar ningún objeto que haya estado en contacto con agua infectada. Las larvas no son visibles a simple vista y sobreviven en medios húmedos mucho tiempo. Los adultos pueden estar en seco más de siete días y seguir vivos. Tampoco mueren aplicando ningún tipo de veneno o alterando el agua a menos que esta alteración dure más de una semana, ya que se cierran y sobreviven”.
Así mismo, Alejandro Ramos indica tener constancia de que se han encontrado larvas de mejillón cebra en el embalse de Iznájar, cuyo origen podría estar también en Los Bermejales, lo que implicaría que “este problema es extensible a toda la zona que riega desde Iznájar” donde también se ha detectado siluro (pez fluvial invasivo, parecido a la anguila) en el embalse de Iznajar, presumiblemente introducido con fines de pesca. Por todo ello alerta que “mientras se permita la pesca en Iznájar se corre el riesgo de que de forma ilegal se trasladen siluros a otros embalses de la cuenca y estos evidentemente han de ser transportados vivos y en agua. Agua que contiene larvas de mejillón cebra y que infectará otros embalses de la comunidad autónoma y todas las aguas que fluyen de estos”.
Pérdidas millonarias
La colonización de esta especie exótica invasora supone unas pérdidas importantísimas por el coste de mantenimiento de las tuberías, válvulas y todo lo relacionado con la captación, transporte y captación de aguas. Las densidades que se pueden alcanzar superan los 20.000-30.000 mejillones por metro cuadrado como ya ha ocurrido en zonas próximas al río Ebro donde han tenido que abandonar el riego de las fincas y las han reconvertido a secanos ante la imposibilidad económica de hacer frente a esta plaga.
La actual legislación prohíbe la posesión y transporte de ejemplares de esta especie al estar incluida en el catálogo de especies exóticas invasoras. Su rápida propagación obedece a que los ejemplares adultos se adhieren a los cascos de las embarcaciones y aparejos de pesca, pero principalmente mediante larvas en agua o sitios húmedos de los mismos, artículos de baño, navegación, flotación, etc. podría extenderse la plaga a otros embalses, como al parecer ha podido suceder ahora. En el caso de Fuensanta han aparecido adheridos a las tuberías por lo que se piensa que podrían ser miles los agricultores afectados, pues “podrían ser todos los que tengan cultivos de regadío en la Vega de Granada, aguas debajo de Santa fe, Huétor Tájar, Villanueva de Mesía, Loja,… Una vez infectadas estas zonas la expansión aguas arriba será muy fácil por trasladarse en la maquinaria y útiles agrícolas de unas zonas a otras”. Todo ello sucede en el momento en el que las comunidades de regantes del canal de Cacín pretende cambiar el sistema de riego tradicional por otro más moderno y eficiente de riego localizado con balsas, presión, tuberías y goteros o aspersores.