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Las XXV Jornadas Micológicas y de Naturaleza celebran un cuarto de siglo de compromiso con el territorio

Una tarde memorable en Játar: el pasado forestal y la memoria etnográfica del Parque Natural se encuentran en las ponencias del sábado 22 de noviembre.

 En el edificio de usos múltiples de Játar, el pasado sábado 22 de noviembre, se vivió este sábado una jornada especialmente significativa dentro de las XXV Jornadas Micológicas y de Naturaleza que organizan conjuntamente los ayuntamientos de Jayena, Játar y Fornes. Un cuarto de siglo de trabajo continuado que ha consolidado este evento como una de las citas otoñales más importantes de la comarca de Alhama y que este año alcanza su vigésimo quinta edición con un programa que combina naturaleza, cultura, historia y convivencia.

Un legado de 25 años de trabajo y colaboración

 Antes del inicio de las ponencias de la tarde, los representantes municipales quisieron resaltar la importancia de este aniversario. Alexander Leo Van Oepen, alcalde de Játar, dio la bienvenida a los asistentes destacando la relevancia de estas jornadas que, año tras año, han ido consolidándose como un referente en la comarca.

 Por su parte, Ana Belén Fernández Navas, alcaldesa de Fornes, subrayó el enorme trabajo que hay detrás de cada edición: "Sabéis que lo organizamos los ayuntamientos de Jayena, Játar y Fornes. Lo hacemos con mucha ilusión, con mucho trabajo. Tenemos mucha gente de verdad colaborando, como Vicente, el Parque Natural, la Diputación Provincial también pone su granito de arena. Hay muchas personas en los equipos de los ayuntamientos y quiero aprovechar para dar las gracias a todos ellos y a toda la gente que está implicada en estas Jornadas Micológicas".

 La alcaldesa destacó que aunque pueda parecer que todo transcurre con naturalidad, "hay muchísimo trabajo detrás. Un trabajo que lleva 25 años desarrollándose y llegando hasta donde hemos llegado hoy. Para que unas jornadas se consoliden durante 25 años os podéis imaginar la repercusión que tienen". Además, expresó su satisfacción por la gran participación registrada este año: "Este año tenemos una gran participación. De hecho, lo comentábamos esta mañana, que normalmente los sábados hay menos gente, y este año creo que hemos arrasado. Estamos muy contentos y muy satisfechos desde los ayuntamientos".

La gestión forestal del monte de la Resinera: historia, presente y futuro

 La primera ponencia de la tarde corrió a cargo de Miguel Cabrera Monet, ingeniero forestal que ha desarrollado el proyecto de ordenación de los montes públicos del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Su intervención, titulada "Pasado y perspectivas en la gestión forestal en el monte de la Resinera", resultó ser un recorrido fascinante por la historia económica, social y natural de estos territorios.

 Mariana Orti, directora del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, fue la encargada de presentar al ponente. Tras agradecer la organización de estas jornadas a los ayuntamientos de Játar, Fornes y Jayena, así como a entidades colaboradoras como el Parque Natural, la Mancomunidad, Tierra de Aguas y los arqueólogos que desarrollaron la visita matutina al yacimiento de la Mesa de Fornes, Orti explicó el contexto del trabajo realizado por Cabrera Monet.

 "La ponencia de esta tarde se titula exactamente 'Pasado y perspectivas en la gestión forestal en el monte de la Resinera'", explicó la directora. "Esto se inicia con el Plan Forestal Andaluz y la Ley 2/1992 Forestal de Andalucía, que establece la obligación de realizar los proyectos de ordenación de los montes. La Consejería de Medio Ambiente sacó una licitación para ordenar todos los montes públicos de Granada y tuvimos la suerte de que los redactores que la ganaron realizaran un trabajo excelente. Miguel se ha remontado en un estudio histórico muy profundo, se ha involucrado muchísimo con la investigación y con todas las personas que le han proporcionado información. Es un magnífico profesional, un gran comunicador y un apasionado de esta zona del Parque".

De la Unión Resinera Española a nuestros días

 Miguel Cabrera Monet comenzó su intervención reconociendo el compromiso que suponía estar a la altura de la presentación recibida: "Da gusto cuando te presentan así, pero también es un compromiso. Tengo que intentar convenceros de que lo que hemos hecho para la Junta es una cosa que va a servir para el desarrollo de la comarca, para la protección de los montes, para la conservación y para conseguir unos sistemas socioeconómicos, forestales y pecuarios lo más adecuados al medio y a la zona".

 El ponente explicó que un proyecto de ordenación forestal es la herramienta fundamental para los profesionales del monte: "Partimos siempre de un proyecto que llamamos proyecto de ordenación, que es una cosa que se viene haciendo en España desde 1860 y tantos. Estos son sistemas forestales que duran cientos de años y necesitamos saber qué hacer en el futuro con ellos. Pero para saber a dónde queremos ir, es muy importante saber de dónde venimos, qué vicisitudes han pasado los montes para no incurrir en los mismos errores".

 La historia de estos montes está íntimamente ligada a la Unión Resinera Española, empresa fundada en Bilbao a mediados del siglo XIX que llegó a convertirse en la mayor productora de resina de Europa. Cabrera Monet explicó cómo la resina, producto fundamental para la industria de pinturas, barnices, adhesivos y numerosos usos industriales, experimentó un boom económico durante la Guerra de Secesión americana (1861-1865), cuando el bloqueo de los puertos del sur de Estados Unidos disparó los precios en Europa.

 "Aquí tenemos el mejor pino de producción de resina del mundo en calidad, el pino pinaster o pino resinero, y además es bastante productor. Se disparan los precios y la gente se lanza a comprar montes para la resinación", explicó el ingeniero. "La Unión Resinera empieza a comprar montes por todos los sitios y en 1901 compra los montes de la Resinera, lo que es ahora mismo los montes de Fornes, Alhama y Jayena, y en 1902 crea la fábrica de Fornes, la fábrica de la Resinera".

Una industria que transformó la comarca

 El ponente mostró fotografías históricas que ilustraban la importancia económica y social que tuvo la industria resinera en la comarca. La Unión Resinera llegó a gestionar 7.500 hectáreas en Granada y mantuvo una producción constante que sostenía a cientos de familias.

 "En la fábrica y sus alrededores vivía muchísima gente", explicó Cabrera Monet. "Se creó empleo alrededor de la fábrica y de todo el mundo de la resina, con sus conflictividades y sus problemas, pero se creaba muchísimo empleo: resineros, arrieros (fundamental para sacar la resina del monte), madereros, leñadores, colmeneros, caleros, trabajadores de la pez... Llegó hasta el poblado de la Resinera a recoger hasta 300 personas en determinadas épocas".

 La Primera Guerra Mundial supuso un periodo de bonanza extraordinaria para la industria resinera española. "Los primeros años de la guerra cortan cualquier comercio de material de guerra entre las potencias. La resina es material de guerra, pintura naval. Al principio se corta, pero a partir de 1915 empieza a haber movimiento. La peseta está en ese momento súper fuerte, como nunca en su vida ha estado. Esto permitió a la Unión Resinera sanear su economía enormemente, quitarse deudas, comprar más montes, amortizar material, invertir".

 En 1922, la Unión Resinera adquiere Córzola, completando el núcleo de la Resinera que conocemos hoy. Sin embargo, la recuperación de las producciones europeas tras la Gran Guerra trajo de nuevo la competencia. "Empiezan a recuperarse las producciones europeas y vuelve la competencia. Dentro de la Unión Resinera comienza la conflictividad laboral, se producen robos, ventas fraudulentas, aumentan los costes salariales", relató Cabrera Monet.

El declive de la industria resinera

 El declive definitivo llegó en las décadas centrales del siglo XX. Estados Unidos dejó de producir resina de forma tradicional y comenzó a extraer el producto resinoso mediante un proceso industrial llamado "tall oil", que obtenía la resina de los tocones de madera por presión. "Ya no tiene que ir un resinero picando pinos por todo el monte con unos rendimientos y costes salariales determinados. Directamente, de la madera que ya han cortado, la parte que no se aprovecha en la serrería se saca de ahí. El tall oil mete un producto sustitutivo de la resina y empiezan a caer los precios", explicó.

 Pero el golpe definitivo vino de Asia: "China descubre que también puede gestionar la resina y empieza a producir a lo bestia, inunda el mercado con una resina de peor calidad, con pinos que producen bastante menos y que además lo hacen muy mal. Los chinos lo hacen fatal, imitan la cosa pero se cargan los pinos, los resinan a muerte continuamente, con lo cual los resinan una vez y se acabó, no como los nuestros que tienen un periodo de producción de 25 años".

 A China se sumaron Indonesia, Vietnam, México, Honduras, Cuba y Brasil. "Con la Unión Europea desaparecen los aranceles, con lo cual se puede importar más. No podemos competir contra producciones donde China durante muchísimos años metió prácticamente el 60-70% de la producción mundial. Eso desplomó los precios por completo".

La tragedia del incendio de 1975

 El 20 de agosto de 1975, un devastador incendio arrasó 17.000 hectáreas de estos montes en solo cinco días. "Este verano ha sido desgraciado, muy desgraciado", comentó Cabrera Monet en referencia a los incendios de 2025, "pero estos incendios se han quedado pequeños. El del 75 fue una cosa descomunal. 1975 es un año donde hubo una cantidad de incendios impresionante en España. Fue un cambio de inflexión en lo que antes habían sido pequeños incendios a quemar a lo bestia".

 El incendio de 1975, sumado a la crisis de mercado, provocó el cierre definitivo de la fábrica en 1976. Posteriormente, en 1985, la Comunidad Autónoma de Andalucía compró estos montes. "En 1961 el Patrimonio Forestal del Estado había comprado la Alcauca, en 1964 Robledal Alto y en 1998 la Almijara", completó el ponente.

 Pero los incendios no terminaron ahí. En 1983 ardió el Pinar de Alhama, en 1985 parte de Córzola y en 1999 la Almijara. "La Almijara se quemó dos veces en 25 años prácticamente", lamentó Cabrera Monet.

La situación actual y los retos del futuro

 Tras este recorrido histórico, el ingeniero forestal pasó a explicar la situación actual de estos montes. Con 14.000 hectáreas de superficie (equivalente a 28.000 campos de fútbol reglamentarios), el territorio presenta una enorme complejidad de gestión al superponerse múltiples figuras de protección: Parque Natural, Zona de Especial Conservación, Zona de Especial Protección para las Aves, Reserva Natural Subterránea del nacimiento de los ríos Alhorí y Cebollón, Plan de Recuperación de Especies de Altas Cumbres, Plan de Aves Necrófagas, Plan de Peces e Invertebrados Acuáticos, además de terrenos cinegéticos.

 "Todo esto sobre el mismo territorio", enfatizó. "Cuando llegas aquí y ves aquello empiezas a mirar y dices '¡Madre mía, me están cayendo por todos sitios normas!' Pues te empollas las cosas y vamos a por ello".

 El análisis realizado ha sido exhaustivo: fisiografía, geología, clima, hidrografía, vegetación, fauna, daños, riesgos de todo tipo, calidad del medio y paisaje. Se han estudiado altitudes, pendientes, orientaciones, insolación, precipitación, temperaturas y análisis fitoclimáticos y bioclimáticos que permiten orientar la selvicultura de forma precisa.

El cambio climático como factor determinante

 Un aspecto crucial del estudio es el análisis del cambio climático y su impacto en la vegetación. Cabrera Monet mostró mapas de aptitud para diferentes especies forestales comparando el periodo 2011-2040 con escenarios futuros. "Esto es para el Pino Carrasco en la actualidad. La zona verde oscura es lo ideal, que coincide bastante bien con lo que tenemos. Fijaos lo que ocurre cuando pasamos al 2041: la zona verde se va desplazando, las condiciones climáticas nos van a permitir que el Pino Carrasco pueda subir un poco en la altitud".

 Para el pino resinero, el escenario es incluso más favorable: "Fijaros que esa zona verde ha aumentado con el cambio climático. Las zonas que todavía teníamos de aptitud baja van desapareciendo y pueden ser colonizadas por el Pino Pinaster".

 En cambio, para la encina, especie típicamente mediterránea, el cambio climático abre nuevas posibilidades: "La encina va a empezar a aparecer en muchos sitios donde era de aptitud media. Con las temperaturas que hay, la encina va a poder estar en más sitios. Habrá que tenerlo en cuenta para hacer selvicultura".

Inventario y crecimiento actual

 Mediante técnicas láser aerotransportadas, se ha realizado un inventario preciso de la masa forestal: dos millones de árboles con un volumen de 480.000 metros cúbicos que crecen anualmente 15.000 metros cúbicos. "Son montes que se han quemado en el año 75, en el 2000, en 1985, un montón de incendios. Son montes muy jóvenes que están en crecimiento", explicó Cabrera Monet. "Cuando se es jovencito, pasas del enanito a ser un chaval de 18 años rapidísimo. Pues esto es lo que nos está pasando. Es una masa muy joven que está creciendo muy rápido. Ahora mismo tenemos unos sistemas forestales que en general son muy jóvenes y están creciendo muy rápido".

Objetivos de gestión: protección sobre producción

 El proyecto de ordenación establece objetivos claros priorizando la protección sobre la producción. "Los objetivos que nos planteamos son: proteger contra el riesgo erosivo y protección del régimen hídrico, la protección biológica derivada de todo esto. Seguramente habrá una producción de bienes, pero no es lo más importante. Lo que más nos importa son las dos primeras cosas y luego también unos servicios recreativos", explicó el ingeniero.

 Un dato especialmente significativo es el relacionado con la erosión: "La erosión actual nos dice que podemos tener unas pérdidas de suelo de hasta 25-50 toneladas por hectárea al año que se pierden de suelo. Pero fijaos lo que pasaría si no tuviéramos la cubierta vegetal que tenemos: pasaríamos a una erosión potencial elevadísima. Luego es importantísimo el mantenimiento de la cubierta vegetal. Porque si no, colmataría los embalses, provocaría avenidas".

 "Lo más importante de todos estos montes no es la producción económica, son los beneficios indirectos: la protección al suelo y la regulación del ciclo hidrológico", subrayó Cabrera Monet. "Aunque parezca que no, eso es lo más importante. Tenemos que mantener esto porque si no, aguas abajo se va a organizar un desastre de cuidado. Así que tenemos que cuidar muchísimo la parte vegetal".

Estrategias de gestión adaptadas al territorio

 El proyecto establece 13 unidades de ordenación diferentes, cada una con sus objetivos específicos. "En cada una de estas unidades tenemos una serie de objetivos que nos marca el Plan Forestal Andaluz y esos objetivos los vamos a traducir dentro de este proyecto", explicó. "No es en todos los sitios lo mismo. Habrá sitios donde se puede hacer una cosa y en otros sitios no se podrá hacer eso sino otra cosa distinta".

 Para los pinares de pino resinero sobre suelo silíceo en la zona de la Resinera, por ejemplo, se busca "estructurar esas masas para que tengan muchas clases de edad, que sea variadito, que no sea todo de la misma edad. Vamos a intentar que tengan edades de 80, recién puestas, otras que se vayan diversificando, vamos a diversificar edades de la masa. Buscamos la mayor cobertura del pinar con la mínima densidad, porque el cambio climático nos va diciendo que la disponibilidad de agua para el arbolado va a ser cada vez más difícil. Consiste en que tengamos pocos individuos que puedan aprovechar muy bien esa agua pero que cubran el máximo de suelo para evitar la erosión".

 Para los pinares de pino resinero en calizas y dolomías, con pendientes tremendas, "en general no se va a actuar en estas zonas. Lo que tenemos que hacer fundamentalmente es que no se nos quemen. Vamos a actuar poco. Hay zonas donde vamos a actuar para protegerlas, para que no se nos quemen".

Un problema crítico: los incendios forestales

 Cabrera Monet dedicó especial atención al problema de los incendios forestales. "El problema que tenemos ahora mismo es que producen tal cantidad de energía que los equipos de extinción no llegan a ellos. Se queman por radiación, no llegan. Hay tal cantidad de combustible quemándose a unas temperaturas tremendas que el agua que echan los hidroaviones no llega a tocar las llamas, se evapora antes. Los aviones no apagan incendios, ayudan al personal de tierra".

 La estrategia pasa por reducir la carga de combustible: "Hay que disminuir la carga y la continuidad del combustible. Es importantísimo, no solamente para que no se nos queme el monte, sino para que no se nos quemen los equipos de extinción".

 El ingeniero explicó también la problemática actual: "Cuando el mundo rural se ha ido quedando vacío, se acumulan hectáreas y hectáreas de 15.000 metros cúbicos de madera al año, por no contar el matorral, que se van acumulando todos los años. Combustible que se va incrementando todos los años. Entonces eso hay que intentar que no se acumule, porque si cae una chispa la tenemos liada".

Actuaciones programadas para los próximos 20 años

 El proyecto de ordenación contempla un ambicioso programa de actuaciones con un presupuesto estimado de 5.500.000 euros para los próximos 20 años. Las intervenciones previstas incluyen:

- 553 hectáreas de roza parcial, poda y clareo para disminuir la competencia del arbolado frente al matorral, aumentar la resistencia biológica, mejorar la infiltración de agua en el suelo y disminuir la carga y continuidad del combustible.
- 32 hectáreas de resalveos en los encinares del Robledal Alto para dosificar el ganado.
- 19 hectáreas de cortas donde se ha detectado fuerte incidencia de plagas, sobre todo en la Alcauca.
- 22 hectáreas de representación de pino y rebollo para recuperar zonas quemadas.
- 17 hectáreas de desbroce y siembra de plantas para fauna silvestre con mantenimiento bianual.
- 75 hectáreas de mejora de antiguas plantaciones de chopos y plátanos para recuperación de sistemas forestales y protección de personas y bienes.
- 210 kilómetros de vías forestales a mantener y mejorar.
- 84 kilómetros de mantenimiento de senderos.
- Sellado de antiguas casas de resineros, mejora de apriscos, construcción de un mirador en el pino de las cinco ramas, restauración de caleras y mejora de sistemas para uso recreativo y ganadero.
- Programa de defensa contra incendios con mantenimiento de cortafuegos y fajas auxiliares.
- Cerramientos de ayuda a la regeneración para el mantenimiento del sistema forestal.
- Cortas de regeneración previstas por 15.000 metros cúbicos en Robledal Alto y tratamientos intermedios en otras zonas.

 "Esto supondría mejorar el monte, pero esto lo tiene que hacer gente", enfatizó Cabrera Monet. "Esto se va a traducir en jornales, en puestos de trabajo, en creación de empresas, en creación de empleo, en empleo indirecto que puede venir aquí. El cronograma de actuaciones está previsto sobre todo forzando bastante la cosa en los primeros 10 años. Como son 20 años, vamos a intentar hacerlos desde el principio".

La conferencia de Miguel Cabrera Monet fue muy valorada por los asistentes, que pudieron comprender no solo la complejidad técnica de la gestión forestal, sino también la profunda conexión entre la historia social y económica de la comarca y el estado actual de sus montes.

Vídeo "La gestión forestal en la Resinera"


"Caminos y gentes": la memoria etnográfica del Parque Natural ve la luz

 Tras la ponencia de Miguel Cabrera Monet, llegó el turno de la presentación del libro "Caminos y gentes, la memoria recobrada en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama", una obra que recoge años de investigación etnográfica de Mariló Vílchez Oyonarte y que ha sido publicada por la Junta de Andalucía.

 Mariana Orti, directora del Parque Natural, volvió a tomar la palabra para agradecer nuevamente a Miguel Cabrera su trabajo y para introducir la siguiente parte del acto: "Después de la parte histórico-natural y científico-técnica, pasamos a la parte etnográfica del Parque. Hemos tenido la suerte de que Mariló descubriera este parque hace muchos años, se enamorara de él, recorriera todas sus montañas y cortijadas, conoció a la gente, a los ancianos, tuvo la sensibilidad y la empatía de hablar con ellos, de escribir sus historias".

 La directora del Parque destacó que el año pasado fue el XXV aniversario de la creación del Parque Natural: "Tuvimos la suerte de publicar todos los relatos que Mariló escribió a lo largo de ocho años relacionados con prácticamente todos los municipios del parque. Era maravilloso. Se sacó la primera edición, pero se agotó enseguida porque no hay casa, mucha gente quiere el libro. Alguien ha sacado otra edición y están haciendo presentaciones en distintos pueblos".

 Antes de ceder la palabra a Mariló Vílchez, Mariana Orti leyó el prólogo del libro escrito por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente: "Este libro surge como un homenaje al Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama y a las generaciones de vecinos que le han dado vida. Situada en el corazón de Andalucía, una región rica en historia, cultura y paisajes únicos, esta obra conmemora el XXV aniversario de la creación del Parque, celebrando su extraordinaria diversidad natural y humana. A través de sus páginas se rescata un valioso patrimonio etnográfico compuesto por historias, oficios y tradiciones que encarnan el alma de sus habitantes. Su publicación pretende contribuir a la dinamización socioeconómica de la zona, promoviendo el turismo sostenible y el respeto. Busca apoyar a las comunidades rurales que habitan en las áreas de influencia del parque, generando conciencia sobre la importancia de preservar tanto el entorno como las formas de vida que lo han modelado a lo largo del tiempo. Es, en definitiva, una invitación a valorar, proteger y vivir la riqueza cultural y natural que define a este parque natural único".

Descubrir la sierra desde dentro

 Mariló Vílchez Oyonarte comenzó su presentación mostrando una fotografía panorámica de la Almijara desde la distancia: "Esta es la imagen que mucha gente tiene de este parque natural. Es decir, desde lejos. Yo la primera, hasta hace relativamente poco tiempo, 15 años. En Granada, todos los parques tienen un gran competidor, que es Sierra Nevada, que se lleva todos los laureles. Sierra Nevada es un macizo muy especial y es Parque Nacional. Desplaza un poco el interés de los montañeros, que en Granada hay mucha tradición montañera, hacia Sierra Nevada. Y resulta que tenemos un montón de rincones en la provincia de Granada que son dignos de ser conocidos".

 La escritora e investigadora explicó cómo en 2010 descubrió esta sierra: "En 2010 me dijeron 'vamos a subir al Lucero'. ¿A dónde? Es increíble, pero es cierto. Sin embargo, en la Axarquía la conocían perfectamente. Merece la pena internarse en ella. Solamente con meterse en alguna de las cumbres ya te das cuenta de la belleza natural que hay aquí".

Una sierra única por su carácter abrupto y sus caminos

 Mariló destacó dos características fundamentales de esta sierra: "Una de las cosas que más me llamaron la atención es lo abrupto del terreno. Es increíble. Una sierra que no es demasiado grande, son 40.600 hectáreas, pero la diversidad que tiene... Yo siempre digo 'los salvajismos'. Como te salgas de un sendero en Tejeda, Almijara y Alhama, te puedes ver muy perdido y es bastante peligroso. Eso, por ejemplo, no ocurre en Sierra Nevada. A ver, Sierra Nevada fuera del invierno es bastante más doméstica que Almijara. Es increíble, pero es cierto".

 La segunda característica es la extraordinaria red de caminos: "Una de las cosas que más caracterizan a esta sierra es que está entera surcada de veredas. Pero surcada como ninguna otra sierra que yo por lo menos haya conocido. Sierra Nevada tiene casi 200.000 hectáreas, casi el triple que Tejeda Almijara, pues tiene un tercio de los senderos que tiene esta sierra, este parque natural".

 La explicación está en su situación geográfica: "Su situación limítrofe entre las provincias de Málaga y Granada en los tiempos históricos, cuando no había carreteras ni autovías, la única manera de pasar de la zona de la costa a la zona interior era atravesando esta sierra. Entonces tiene una serie de puertos de montaña que eran muy importantes: el puerto de Cómpeta, el puerto de Frigiliana, el puerto de la Llanada de Sedella... Eran pasos, eran autopistas. Las veredas arrieras de este parque eran así de noche, de día, en todas las estaciones del año, hiciera el tiempo que hiciera. Aquello estaba siempre lleno de gente".

Una sierra profundamente antropizada

 Esta intensa actividad humana dejó una huella profunda en el paisaje: "Como había tantísimos caminos, pues se crearon alrededor de los caminos muchísimas casas, se habitaron cuevas... Esa es otra de las características que tiene esta sierra: la cantidad de ruinas y restos donde habitó la gente. Cortijos, chozas, casas, cuevas, muchísimos. Eso hizo que esta sierra estuviera antropizada, vivieran durante mucho tiempo generaciones y generaciones de personas y que alteraran muchísimo el paisaje".

 Las personas mayores que vivieron aquella época recuerdan un paisaje muy diferente: "La sierra, cuando estaba habitada por los cortijos, los pastores, los caleros que trabajaban aquí, se podía andar descalzo por todas partes porque estaba tan limpia de brozas. Lo que no estaba cultivado estaba comido por el ganado, porque había ganado por todas partes: cabras, ovejas y vacas. Vacas en la Almijara porque había muchos pastos. También es cierto que llovía mucho más y la sierra, pues, el paisaje era un poquito diferente".

Historias de amor y tragedia: la Venta de Pradillos

 Mariló Vílchez fue desgranando las historias que aparecen en su libro, comenzando por la Venta de Pradillos, situada en el camino que va desde Játar hasta Cómpeta: "Pasas al lado de una ruina y lees en el cartel 'Venta de Pradillos'. Ay, mira, pero ya está, se queda ahí la cosa. Entonces, si se investiga la historia y se da con la familia que vivió aquí... Esta venta es uno de los pocos cortijos que solamente ha tenido unos dueños, su propia familia. Este cortijo se abandonó en 1947 exactamente".

 La escritora mostró fotografías históricas: "Esta es la foto más antigua que he conseguido de esta venta, de 1981, cuando ya llevaba años abandonada, pero fijaos cómo todavía se reconoce la casa un poco. Si se entornan los ojos, la podemos ver nueva. Esta es la familia que construyó esa venta y que vivieron en ella durante cuatro generaciones".

 Y entonces contó una de las historias más emotivas del libro: la de Antonia Martín y el arriero Bernardo. Antonia era "la mujer más simpática y más alegre de la sierra, de risas, de chistes, de bromas, un encanto". Bernardo era "el arriero más guapo que se ha visto en esta sierra, era granadino. Un arriero al que le iba muy bien. Fijaos que lleva un caballo. No era tan común tener caballos, los caballos eran muy caros. Los arrieros solían tener burros y mulos, pero caballo, caballo... Y mirad cómo llevaba el caballo, perfectamente enjaezado".

 Esta pareja tiene una historia conmovedora: "Este arriero pidió en matrimonio a Antonia y toda la familia estaba súper contenta porque era un arriero próspero. Antonia tenía su futuro asegurado. Pues un buen día, cuando ya estaban preparando su boda, resulta que Antonia enferma, se pone mala y no mejora. Y al hospital, y no mejora. Finalmente Antonia se murió con 23 años y todavía no saben de qué. Se quedó Bernardo compuesto y sin novia, con todo el ajuar comprado. Se convirtió en un hombre súper triste".

 Lo que ocurrió después demuestra la profundidad de aquel amor: "Pues pasaron unos cuantos meses y Bernardo no levantaba cabeza. Un buen día, manejando sus cabras, una de las cabras le dio un golpe en una pierna y le hizo una herida. La herida se le infectó. No le hizo caso porque Bernardo vivía en una depresión desde que se murió su novia. Se le infectó, se le puso feo, fue al médico. Le dijo el médico: 'Como no te cures esto hay que cortarte la pierna porque ya tiene principio de gangrena'. Dijo él: 'Antes de eso...'. Le dijo el médico: 'Como no te trates esto te mueres'. Le dijo Bernardo: '¿Me muero seguro?' Le dijo el médico: 'Sí, te tienes que tratar'. Y dijo Bernardo: 'Justamente lo que yo quiero, morirme, porque desde que Antonia murió no tengo vida'. ¿Y sabéis lo que hizo? Se negó a recibir tratamiento médico y no llegó al año de la muerte de Antonia. Las familias se pusieron de acuerdo y aunque no estaban casados están enterrados juntos".

Los alemanes de la Loma de Ubares

 Otra historia fascinante es la del cortijo de la Loma de Ubares, situado por encima de Fornes: "Ves esta ruina y no te dice nada porque queda muy poco. Yo reconozco que ni siquiera podía imaginar cómo era esa casa tan grande. Pues resulta que era así. Esta casa era una de las casas que hizo la Unión Resinera para sus resineros, basándose en un cortijo antiguo que ahí existía. El cortijo antiguo está en el centro y a ambos lados hay dos casetas paralelas, hermanas gemelas de las que hay repartidas por toda la sierra".

 En este cortijo vivían resineros y guardas de monte: "Uno de los más famosos y el último que vivió en esta casa eran forneños, de Pepe Pavía, y su mujer Antonia la Jameña, y sus 14 hijos. Les llamaban 'los alemanes' y tenían fama de guapos porque eran todos, los niños y el padre, rubios de ojos azules, auténticos muñecos".

 Mariló mostró fotografías extraordinarias: "Este nene era uno de los 14 niños de Pepe Pavía y Antonia la Jameña. Esta foto es un documento porque él era resinero y ha comentado antes Miguel que los resineros tenían trabajo también como arrieros porque tenían que recoger desde donde tenían la resina, llevarla a los caminos para los camiones que la llevaban a la fábrica. Pues este es un mulo auténtico de resineros y esas son las cántaras que llevaban los resineros en las que vaciaban los potes de barro que recogían la resina de los troncos de los pinos. Manolito murió ya, pero ¿habéis visto qué pelo trigueño? Parece un alemán".

 "Era una familia muy acogedora", continuó Mariló. "Todo el que pasaba por allí con hambre comía, el que pasaba con sed bebía y el que no se llevaba una sandía de regalo porque se daban muy buenas sandías en ese sitio. Pepe Pavía tenía la cosa de que en tiempo de sandía le regalaba sandía a los que pasaban por allí. Los cortijos y las ruinas tienen alma y esta sierra ha sido modelada por mucha gente por el trabajo, y ese recuerdo de esa gente perdura todavía".

Virginia, el fantasma de la Venta de López

 Una de las historias más conocidas y emotivas es la de Virginia y la Venta de López, lugar que los jatareños conocen bien y que tiene fama de ser uno de los sitios más embrujados de la sierra. "Gente muy seria, muy poco dada a la tontería, me ha dicho que hay un fantasma que se pasea. Os voy a decir quién es", anunció Mariló.

 "La Venta de López estaba a la orilla del camino de Játar a Cómpeta y por aquí pasaban continuamente un montón de arrieros y de gente de todo tipo, de día y de noche. Esto sí funcionaba como venta y todo el que necesitaba comer o descansar paraba aquí. Tenía muchas habitaciones, era una casa gigantesca. Aquí vivía una familia que tenía 10 hijos y vivían también trabajadores. La familia de los Mediavillas de aquí de Játar".

 Virginia era de Játar y la llamaban "Virginia la del mocho": "Con 13 años se la llevaron desde Játar a la Venta de López a trabajar cuidando niños, porque había muchos niños en el cortijo. La contrataron para trabajar allí sacando los niños adelante, cuidándolos, les enseñaba de todo. Y se enamoró del cabrero del cortijo y el cabrero se enamoró de ella. Prepararon su boda, alquilaron su casa aquí en Játar. Virginia ya con el traje comprado, con la casa montada, con todo...".

 Pero la tragedia estaba a punto de llegar: "Virginia se puso mala. Eran otros tiempos, es que no sé si valoramos lo que tenemos. Virginia enfermó de meningitis. Cada vez peor y cada vez peor. Virginia se dio cuenta de que se iba a morir. Le decían 'no digas eso, Virginia, tú no digas eso, que eso no va a pasar'. Finalmente Virginia se murió. Pero es que se murió la mañana del día de su boda. Se murió la mañana del día de su boda y se quedó su traje de novia colgado de la pared".

 "Nos han dicho por varios sitios que es el fantasma de Virginia vestido de novia", reveló Mariló. "Gente muy seria me ha dicho que la ha visto en la cuesta de la novia. Aquí entre Játar y la Venta de López hay una cuesta muy bonita que llaman la cuesta de la novia. Pues en lo alto se pone Virginia vestida de novia esperando a que vuelva su novio que se llamaba Antonio".

 El entierro de Virginia en Játar fue sonado porque era una niña muy querida. Al novio le costó 14 años superar aquello: "Finalmente volvió a casarse, pero ¿sabéis lo que hizo? Guardó el traje de novia de Virginia y le pidió a su novia nueva que, por favor, se casara con el traje de Virginia. La novia se casó con el traje de Virginia. Eso es amor, ¿o no? El traje está todavía, lo tienen las hijas del nuevo matrimonio guardado. Y esta foto de Virginia está todavía colgada en casa de la hija del que fue su novio. Fijaos qué familia tan buena".

El Palacete de Cázulas y el Marqués de Montanaro

 Mariló también adelantó una historia que está escribiendo actualmente sobre el Palacete de Cázulas, en la sierra de Otívar: "Allí vivía un marqués, el Marqués de Montanaro, que era mega rico, en plan como la duquesa de Alba. Este hombre tenía una hija. Este palacete hoy en día está restaurado y es un hotel con encanto, que cuesta alquilar el fin de semana 9.000 euros en temporada alta y 6.000 euros en temporada baja. Nada, nada, ahorraremos".

 La historia del marqués es oscura: "Este hombre tuvo un final... Era la repelencia, porque ejercía el derecho de pernada. Tuvo más de veinticinco hijos. Con su mujer solo tuvo una hija, su heredera, pero con todas las demás tuvo más de veinticinco. De ellos solamente reconoció a unos cuantos varones".

 "El término de Otívar tiene 6.000 hectáreas. La finca de Cázulas tenía 5.500. La tierra era toda de esta gente y eran los dueños y señores de aquello en plan Enrique VIII. Toda mujer que le gustaba, pues aquello. Por eso tuvo tanto hijo. Además era bastante cruel con sus trabajadores. Finalmente, hubo un conclave entre varios de sus trabajadores que dijeron 'esto ya no lo podemos soportar más'. Se reunieron una noche en un cortijo y lo echaron a suerte: ¿quién le pone el cascabel al gato? Es decir, ¿quién mata al marqués? Finalmente lo mataron en 1898. Estos eran padres, maridos, hermanos, incluso hijos despechados, porque el marqués había violado a sus mujeres. Es una historia terriblemente cruel".

 La historia tiene también un capítulo luminoso con el hijo del marqués: "Este muchacho, a pesar de ser el cuarto Marqués de Montanaro, Conde de Campomanes, tenía un chorro de títulos impresionantes. Había decidido que como ellos eran tan ricos y en Otívar todo el mundo era pobre, había empezado una parcelación de la finca. Le dijo a los vecinos de Otívar, Jete y Lentejí que a cada vecino le iba a dar su propio trozo de terreno para que pudieran vivir sin ser esclavos de nadie. Los pueblos se ilusionaron un montón, imaginaros, de no tener nada, de ser jornalero, a tener tu propio trozo de tierra. Pues lo mataron en el frente de Teruel el 31 de diciembre de 1938. Lo lloró su madre, pero ¿sabéis quién lo lloró más? Los pueblos. Lo lloraron amargamente".

 La madre, María del Mar, quedó sola y le pidió a uno de sus guardas: "Miguel, tú tienes diez hijos y tu mujer está embarazada y yo estoy sola. ¿Por qué no me das alguno de tus hijos? Eso se hacía antiguamente. Le dijo: 'Tú vas a seguir viéndolo, simplemente yo lo voy a tratar como un hijo, le voy a dar estudios y después le dejaré herencia'. Miguel dijo: 'Toma, elige el que quieras'. Se quedó con un recién nacido y le puso Francisco Javier, el nombre de su hijo muerto, y lo crió como un hijo suyo".

 Este niño terminó siendo párroco del Albaicín: "Ella lo quería para ingeniero y le salió cura. Se frustró la señora marquesa lo más grande, pero bueno, como era voluntad de Dios, pues esas cosas se aceptan. Se hizo cura y se fue a las misiones. No tuvo otra cosa que hacer que irse a la selva del Petén, en Guatemala. Vivió en Guatemala 40 años. Yo me desplacé a Guatemala detrás de su historia. La marquesa le dejó cuando murió una herencia buenísima de acciones de una central eléctrica que había en Río Verde, la primera que hubo en toda esa zona de Granada. El cura los fue todos vendiendo y todo lo invirtió en Guatemala. Allí construyó 14 iglesias, 2 o 3 escuelas y otras 2 casas para acoger mujeres abandonadas. Se levantó con los dineros de la marquesa, con los réditos que daba la finca de Cazulas, al fin y al cabo la Almijara, que su gran potencial era la madera".

Los maquis en la sierra

 La sierra de Tejeda, Almijara y Alhama fue escenario de una intensa actividad del maquis durante los años posteriores a la Guerra Civil. Mariló mostró fotografías de corraletas de maquis que se conservan en la sierra: "Están repartidas por toda la sierra y estas son de las que están mejor conservadas. No decimos dónde están porque algunas que hemos comentado dónde estaban las han vandalizado. Es una pena porque son cosas que pasaron y que ocurrieron en esta sierra. Aquí se refugió el grupo más importante de maquis de toda España y fue el último bastión. En 1952 se terminó el movimiento maquis porque los mataron a prácticamente todos. De la agrupación guerrillera Granada-Málaga consiguieron escaparse seis vivos. Previamente pasaron por Cazorla, secuestraron a mi padre y cobraron 500.000 pesetas por el rescate. Con esos dineros y con otro más se fueron a Francia".

 En algunas corraletas todavía quedan restos: "¿Sabéis que en algunos quedan todavía los restos de las latillas de atún que se comían? Muy oxidadas, que las tocas, las coges y hacen ¡clac! y se rompen en pedazos".

 Como había tantísimos maquis, la sierra se llenó de destacamentos de la Guardia Civil. En la Venta de López se instaló uno de ellos: "Con la familia se fue a vivir allí un destacamento de la Guardia Civil. Aquí están los que estaban en el Lucero y los de la Venta de López. Muchachos guapos, angelitos. Ellos eran unos mandados. Es cierto que había Guardias Civiles que eran malos como el demonio, pero había otros que eran unos mandados, unos verdaderos mandados que se metían a Guardia Civil porque si no se morían de hambre".

Antonio Martín González: una historia de amor y deber

 Mariló contó la historia de Antonio Martín González, de Algarrobo: "No se le ocurre más que enamorarse de la hija del comerciante más rico de Algarrobo y Estercita le correspondía. Cuando se enteran los padres de que Antonio la pretende, montan en cólera, encierran a su hija y le dicen que ni se le ocurra, que es pobre. Antonio se va a su padre y le dice qué puede hacer para que lo miren mejor. 'Pues mira, métete a Guardia Civil. Son tiempos duros, pero si haces méritos puedes ascender'. Sin vocación ninguna, Antonio se presentó en la Guardia Civil y se alistó. Cuando se presenta con el uniforme en casa de Estercita, le cierran, le dan una patada en la boca y le dicen que no, que los Guardia Civil son muertos de hambre. Se va a su padre otra vez y le dice: 'Pues entonces la única manera es que asciendas y consigas méritos'. ¿Y cuál era la manera de ascender en el cuerpo de la Guardia Civil? Arriesgando y afrontando hechos heroicos. ¿Qué era lo más difícil? Irse a la cumbre del Lucero, a las ruinas que hay allí, y allí luchar contra los maquis".

 Antonio pidió destino y lo destinaron a la Venta de López: "Un día que estaban comiendo los Guardias Civiles con la familia en la Venta de López, de pronto llegan unos arrieros muy apurados: 'Hemos visto en el puerto de Cómpeta un grupo de maquis'. Los Guardias Civiles dejan de comer, cogen sus macutos y sus armas y se van para el puerto de Cómpeta. Resulta que los arrieros estaban aconchavados con los maquis y les habían preparado una emboscada en el puerto de Cómpeta. Tengo perfectamente documentada la emboscada porque he tenido acceso a los atestados de la Guardia Civil de la época. Los Guardias Civiles describen con pelos y señales cómo fue. Este muchacho recibió una ráfaga de metralleta en la pierna y sin darse cuenta se desangró. Se murió Antonio con 23 años en el puerto de Cómpeta. Esto fue muy sonado porque lo sintieron muchísimo en todas partes, era un muchacho que se hacía querer. Estercita, su novia, murió hace solamente dos años, muy mayor, vivía en Mezquitilla en Málaga".

Antonio Sánchez Recio: el arriero enlace de los maquis

 Otra historia representativa es la de Antonio Sánchez Recio: "Era un arriero muy listo de Cómpeta. Arriero próspero, pero también era un enlace de los maquis. Este llevaba comunicación entre los diferentes grupos de maquis, de un sitio a otro de la sierra. Le llevaba también suministros: medicinas, pilas, cigarros, chocolate... La Guardia Civil lo pilló y lo estuvo... no lo maltrató, no, lo martirizó, lo torturó. Lo tuvo un fin de semana entero, dos días, colgando de una viga con los dos brazos así. Después de eso el hombre perdió el uso de los brazos, pero bueno, siguió adelante y, al menos, no lo mataron. Este hombre representa un poco el espíritu de la gente de la sierra, porque él tenía su trabajo, pero cuando pintaban bastos y se ponía la cosa difícil, pues no dudaba en ayudar a los maquis".

 "Sabéis que los maquis tuvieron bastante apoyo en la sierra", explicó Mariló. "Mucho apoyo por parte de la gente de los cortijos y de los pueblos. Por eso la Guardia Civil terminó vaciando la sierra y los cortijos, porque se sabía que se les apoyaba desde allí".

 Mariló mostró una fotografía muy emotiva de Ana, la viuda de Antonio: "Cuando le hicimos esta foto me dijo: 'No pongáis esta foto que estoy muy fea'. Me dio mucha pena de ella y mientras ella vivió la foto no ha salido a ninguna parte, pero ya que le da igual, pues sale porque creo que merece que se le vea. Ana nos contó la historia de su marido, cómo se las organizaba para ser enlace de los maquis, cómo les compraba las cosas que necesitaban. Fijaos qué significativo lo que tiene en las manos: la foto que habéis visto antes. Esta foto la hizo mi compañero Carlos Luengo. Fijaos qué bonita es la foto y qué significativa: las manos de la vieja chica, orgullosa todavía de su marido. Nos contó la historia emocionada".

Un homenaje necesario

 Mariló Vílchez concluyó su presentación explicando el sentido profundo del libro: "Este libro es, tal y como ha dicho Mariana, un homenaje a la gente que vivió, que habitó y que cultivó y transformó esta sierra. Son realmente héroes anónimos y si no fuese porque nos hemos interesado por su vida, pues no habrían salido jamás a la luz. Hay algunas historias que son dignas de una película. Son historias que están teniendo mucho éxito porque son muy, muy bonitas y que merecen la pena ser conocidas. Sobre todo por eso, porque una cosa que dejo dicha en el libro: la historia no la hacen solamente los grandes nombres, es que el entramado de la historia, el entramado de nuestra vida, es la gente así, la gente corriente, la que construyó desde abajo. Un homenaje a ellos y a su vida en la sierra".

Vídeo presentación libro "Caminos y Gentes"

El papel fundamental de alhama.com en la difusión del patrimonio etnográfico

 Es necesario destacar el papel absolutamente fundamental que ha jugado el portal digital alhama.com en la recuperación y difusión de este patrimonio etnográfico. Durante ocho años, desde 2016, este medio de comunicación local apostó por la sección "Caminos y gentes", dando espacio y visibilidad a un trabajo de investigación de campo que de otra manera podría haber quedado relegado al olvido.

 alhama.com no solo publicó estos artículos con regularidad, sino que les dio un lugar destacado en su plataforma, convirtiéndose en el archivo vivo de la memoria colectiva de la comarca. Cada historia de Mariló Vílchez Oyonarte encontró en este medio digital el vehículo perfecto para llegar tanto a los vecinos de los pueblos del Parque Natural como a lectores de toda España e incluso del extranjero.

 La labor de alhama.com ha sido determinante para que estos relatos no se perdieran, para que las historias de resineros, arrieros, guardias civiles, maquis, marqueses y gente humilde del campo quedaran registradas y accesibles para las generaciones futuras. Sin esta plataforma, es muy posible que muchas de estas historias nunca hubieran sido conocidas más allá del círculo familiar de sus protagonistas.

 Cuando la Junta de Andalucía decidió publicar el libro "Caminos y gentes, la memoria recobrada en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama" con motivo del XXV aniversario del Parque Natural, estaba reconociendo implícitamente el valor de ese trabajo previo realizado en alhama.com. El libro recopila todos aquellos artículos que durante años fueron apareciendo en el portal, demostrando que el periodismo local de calidad, comprometido con su territorio, puede ser la semilla de proyectos culturales de mayor alcance.

 En un momento en que los medios de comunicación locales atraviesan dificultades y en que la información hiperlocal está amenazada por la concentración mediática, el ejemplo de alhama.com demuestra que estos medios son insustituibles como archivos de la memoria colectiva y como espacios donde puede desarrollarse un periodismo cultural de gran calidad. La apuesta de alhama.com por "Caminos y gentes" ha contribuido decisivamente a la preservación del patrimonio inmaterial del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

 Que este trabajo haya culminado en una publicación oficial de la Junta de Andalucía es el reconocimiento más claro del valor de la labor realizada por alhama.com. El portal no solo informó, sino que preservó, dignificó y dio voz a quienes construyeron la historia de estas sierras desde el anonimato. Es, sin duda, un ejemplo de periodismo al servicio del territorio y de su memoria. Sin embargo no se ha hecho ninguna referencia al respecto ni en el libro ni en las presentaciones.

Las XXV Jornadas Micológicas: un programa completo

 Aunque solo pudimos asistir al acto del sábado por la tarde, es importante mencionar que las XXV Jornadas Micológicas y de Naturaleza "Los Ríos" ofrecieron un programa completo de actividades durante los tres días.

 El viernes 21 de noviembre estuvo dedicado a los escolares de los colegios de Fornes, Játar y Jayena, que participaron en una ruta micológica y disfrutaron de un desayuno y juegos infantiles en el Área Recreativa El Bacal.

 El sábado 22, además de las ponencias de la tarde, por la mañana hubo recepción de participantes en el Punto de Información de la Resinera en Fornes, donde se expusieron dibujos del alumnado, seguida de una ruta con expertos micólogos y de senderismo guiada por el Club de Senderismo Jayena Camina, con visita al yacimiento arqueológico de la Mesa de Fornes, donde los arqueólogos estaban trabajando en campo.

 El domingo 23 el programa contemplaba recepción de participantes en el Museo Micológico "Antonio Trescastro" en Játar, salida en vehículos propios hacia "El Robledal" para desayunar, ruta con expertos micólogos y de senderismo, ruta cicloturista (colaboración del Club Ciclista Los Ríos), mercadillo de artesanía, talleres y productos locales en el Área Recreativa "Los Nacimientos" de Játar, comida campestre y concurso de cestas con entrega de premios.

Un cuarto de siglo consolidando un modelo de desarrollo sostenible

 Las XXV Jornadas Micológicas y de Naturaleza "Los Ríos" representan mucho más que un evento otoñal. Son la demostración de que es posible construir un modelo de desarrollo rural basado en la puesta en valor del patrimonio natural y cultural, en la divulgación científica, en la conservación activa del medio ambiente y en la recuperación de la memoria colectiva.

 Organizadas por los ayuntamientos de Jayena, Fornes y Játar, con la colaboración de la Mancomunidad Tierra de Aguas, la Diputación de Granada, el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, Granada Natural, Los Ríos y la Cooperativa El Temple, estas jornadas han sabido combinar tradición e innovación, rigor científico y accesibilidad, conservación y desarrollo económico.

 La tarde del sábado 22 de noviembre en el Edificio de Usos Múltiples de Játar fue especialmente significativa porque conectó dos dimensiones fundamentales del territorio: la gestión científico-técnica de los recursos forestales, magistralmente expuesta por Miguel Cabrera Monet, y la memoria humana de quienes vivieron y trabajaron en estas sierras, rescatada con sensibilidad y rigor por Mariló Vílchez Oyonarte.

 Ambas ponencias, complementarias, nos recordaron que un territorio no es solo naturaleza ni solo historia humana, sino la síntesis compleja y hermosa de ambas dimensiones. Los montes de la Resinera son hoy lo que son por su geología, su clima, su vegetación, pero también por la Unión Resinera Española, por los resineros que picaban los pinos, por los arrieros que transportaban la resina, por las familias que vivían en cortijos remotos, por los maquis que se refugiaron en las corraletas, por los guardias civiles que los perseguían, por los marqueses y los jornaleros, por Antonia y Bernardo, por Virginia y Antonio, por todos los que dejaron su huella en esta tierra.

 Que 25 años después de su creación, el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama pueda contar con un proyecto de ordenación forestal tan ambicioso como el presentado por Miguel Cabrera Monet y con un libro como "Caminos y gentes" que rescata su memoria etnográfica, demuestra la madurez de un modelo de gestión territorial que mira al futuro sin olvidar el pasado.

 Las XXV Jornadas Micológicas y de Naturaleza son la expresión de ese equilibrio necesario entre conservación y desarrollo, entre ciencia y tradición, entre el conocimiento técnico y la sabiduría popular. Son, en definitiva, la demostración de que otro desarrollo rural es posible: un desarrollo que no renuncia a su identidad, que valora su patrimonio natural y cultural, que apuesta por la educación y la divulgación, que genera oportunidades económicas sostenibles y que, sobre todo, reconoce y honra a quienes construyeron el territorio desde el trabajo humilde y cotidiano.

 Enhorabuena a los ayuntamientos de Jayena, Fornes y Játar por estos 25 años de trabajo constante. Enhorabuena a Miguel Cabrera Monet por un trabajo técnico excepcional que va a marcar la gestión forestal de estos montes durante las próximas décadas. Enhorabuena a Mariló Vílchez Oyonarte por rescatar del olvido tantas historias que merecían ser contadas. Y enhorabuena muy especialmente a Alhama.com por haber sido el medio que hizo posible que estas historias vieran la luz y llegaran a un público amplio, demostrando que el periodismo local comprometido con su territorio es imprescindible para preservar nuestra memoria colectiva.

 Que estas jornadas sigan celebrándose durante muchos años más, porque son la mejor garantía de que el patrimonio natural y cultural de la comarca de Alhama seguirá vivo, cuidado y valorado por las generaciones presentes y futuras.

Información adicional:

 El libro "Caminos y gentes, la memoria recobrada en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama" está disponible en formato PDF en la web de la Junta de Andalucía, y pulsando aquí.

 Los artículos originales de la sección "Caminos y gentes" pueden consultarse en: https://alhama.com/digital/myblog/caminos-gentes.

 Para más información sobre las Jornadas Micológicas y de Naturaleza: https://alhama.com/digital/comarca/noticias-comarca-alhama/17093.

Imágenes de estas presentaciones

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