Historia de Jayena: El despojo de un pueblo


 Sin lugar a dudas si la villa de Jayena tiene un momento importante y transcendental en su devenir histórico, ese es el sucedido en el transcurso de los años 1919 a 1921. Es en ese lapso de tiempo cuando se produce uno de los hechos más sobresalientes e importantes en la historia de la villa de Jayena.

 El Marquesado de Campotéjar vende a La Sociedad Garrido, Romero, Rojas y Compañía la villa de Jayena; junto con Campotéjar y Dehesas Viejas. La Sociedad compuesta entre otros por Fermín Garrido Quintana, ilustre galeno, y notable en la ciudad de Granada (mentor del grupo Acción Granadina, que concurrió a las elecciones de la II República; ostentó otros cargos importantes en la ciudad de Granada, entre ellos el de alcalde y Rector de su universidad; y entre otros por Manuel González, también vecino de Granada y militar, por más señas); vendió a precios más gravosos unas tierras que había adquirido a precio de ganga por la premura del marques por vender. Beneficiándose realmente en una situación ventajosa. La fórmula manejada para el negocio fue la venta a plazos, ya que en ese instante la tierra estaba en puja y muy pocos podían permitirse pagar el precio que solicitaban y requerían los dueños; la Sociedad Garrido Romero y Rojas y Compañía, establecida en Granada, y constituida por escritura otorgada en Santa Fe, ante el Notario Don Francisco Calvo Flores y Liñán con fecha 9 de Febrero de 1920.

 El entonces marqués de Campotéjar, don Santiago Felipe Durazzo Pallavicini, vende los tres pueblos, cuando acude a España para concluir los detalles de cesión del Generalife al estado español. Venderá de una forma expeditiva y aligerada, y por exiguo valor, los tres pueblos. Según ciertas fuentes por dos millones de pesetas.
 
 Los vecinos de estas poblaciones nunca imaginaron este contexto, pues esperaban otra manera de actuar del marquesado, por lo que no imaginaba, ni dicha situación ni dicho trato y quedaron naturalmente, muy contrariados y defraudados. En el sentimiento de todos residía el deseo de que las tierras que siempre habían cultivado, pasasen a sus manos, adquiriéndoselas directamente al marqués, pero este optó por vendérselas a la Sociedad Garrido Romero y Rojas, una entidad forastera e intrusa, ajena enteramente a los intereses de los pueblos y sus pobladores.

 Santiago Felipe Durazzo Pallavicini, había heredado el título de marqués de Campotéjar en el año 1914, de su madre doña Teresa Pallavicini Raggi. Siendo XVIII marqués de Campotéjar. Pero finalmente fue su esposa Matilde Giustiniani y Giustiniani, primera marquesa del Generalife, ya viuda del marques, quien finalizó entre otros los tramites de cesión del Generalife al estado español, y los flecos finales de la venta de los pueblos en España, siempre a través de su administrador general, pues su residencia habitual siempre fue Génova, sucediendo estos el 11 de octubre de 1921.

 De todo este trasiego y el perjuicio a los pueblos por parte, tanto del marqués de Campotéjar como de su administrador general Señor Sajía, se hacen eco los medios de comunicación de la época. Aunque la venta se finiquita en 1920, el hecho viene ya de tiempo atrás. Pues el 28 de mayo de 1919 el Administrador general, en ese momento, del marquesado de Campotéjar, contrata la venta con los representantes de la futura Sociedad Garrido Romero Rojas y compañía.

 En el Defensor de Granada se relata que se organizó una gran manifestación por parte de todos los campesinos de los pueblos de Campotéjar, Dehesas Viejas y Jayena, ya que verbalmente el administrador se las había ofrecido a los campesinos. El 7 de junio de este año (1919) en una asamblea entre representantes de todas las partes, se reúnen en la Casa de Los Tiros en Granada, y se acuerda que sean los campesinos quienes compren la tierra por dos millones y medio de pesetas. A la asamblea asisten además de la Administrador general del marquesado, Fermín Camacho, y el médico de Campotéjar Hernández Carrillo, junto a otros líderes sindicalistas de la época. Pero tras este tejemaneje, dando una y otra vez largas el administrador a los campesinos, y reuniéndose a espaldas de estos con representantes de la Sociedad, acuerdan finalmente, la venta de los pueblos en dos millones de pesetas. Una vez más los vecinos de estos pueblos, y entre ellos los de Jayena son despojados de sus derechos históricos, tras haber sido una y otra vez expoliados. Caso especial es el de Jayena que a pesar de haber sido defendidos los campesinos en numerosas ocasiones contra esa expoliación, como ocurriera en 1907, cuando el beneficiado de la catedral de Granada Don Fermín Martin Zarco, agitó la protesta contra el expolio, pues la marquesa de Campotéjar, quiso a través de un expediente posesorio adueñarse de todo el término municipal. De esta protesta se hizo eco en el Congreso Montes Jovellar, y Luna Pérez. Aunque los Vecinos de Jayena ganaron varios pleitos interpuestos contra el marquesado de Campotéjar, este finalmente acabaría logrando su pretensión en 1917, en otro falaz y engañoso expediente posesorio.

 Los nuevos dueños: La Sociedad Garrido Romero y Rojas, ofrecieron las tierras en renta, arriendo, o en venta a los antiguos colonos, pero las condiciones, fueron tan duras que muchos de ellos se echan atrás. Pocos fueron los que pudieron comprar, y numerosos los que en pocos años, hubieron de renunciar a ellas, debido a las persistentes penalidades que en aquellos años azotaron el campo jayenero. Así las tierras quedaron otra vez en manos de muy pocos terratenientes, que una vez más seguirán manteniendo el yugo de un pueblo habituado a vivir bajo él.

 Así, aquel señorío de Jayena, que tuviera su génesis en la Cedula Real de 3 de septiembre de 1483, donde se dio por los Reyes católicos a Hernando del Pulgar en premio a su valor y heroísmo, “ciento e cincuenta yugadas de tierra de pan sembrar… e unas casas cuales vos quisierades tomar en la dicha aldea e quinteria de Jayena”, esas mismas ciento e cincuenta yugadas, que en 1752 ya se habían convertido en manos del marqués de Campotéjar en 4600 fanegas, y en 1917 prácticamente toda la jurisdicción de la villa, tras incoar un expediente posesorio resuelto satisfactoriamente a favor del marquesado. Es hoy un pueblo, históricamente, golpeado, cicatrizado, insumiso y esperanzado.

 Verdaderamente en aquel año de 1920, se apagaría para siempre el hecho innegable para Jayena, de ser tierra de Señorío. Que lo ha sido desde el mismo instante de su conquista por las fuerzas cristianas, con la caída de Alhama de Granada, y su donación por los Reyes Católicos en premio a Hernando del Pulgar (que solo la poseyó 11 años), y finalmente su integración a través de los Granadas Venegas, en el marquesado de Campotéjar. Si, una tierra de Señorío, (que ni siquiera el Rey Alfonso XII quiso visitar en aquel famoso terremoto de Andalucía de 1884, cuando se acercó por la Comarca de Alhama a examinar los daños, causados por esa fatal tragedia; el mismísimo rey le dio esquinazo a Jayena. Tampoco se dignó el Marques a visitar la villa, que dejó todo en manos de sus subordinados). Un acontecer histórico este, para analizar en otro artículo.

 Desde aquí recomiendo al interesado en el tema, la lectura de un artículo firmado por el insigne Fernando de Los Ríos, en defensa del pueblo de Jayena, editado en “El Sol”, Diario independiente y republicano, el sábado 1 de junio de 1918(cuya transcripción ya ha sido publicada en esta sección http://www.alhama.com/digital/comarca/jayena/6023-jayena-en-la-prensa-historica U otro de Crisol diario de la Republica, de 16 de julio de 1931, en los que se basa esta humilde crónica.

Enlaces:
- Conferencia de Fernando de los Ríos, en el diario La República.
- El caso de Jayena, en el diario Crisol de Madrid, en 1931.
- Venta de pueblos, Jayena el 11 de junio de 1919.