El embalse de Los Bermejales con 10.69 hectómetros cúbicos, un 10,41% de nivel de agua embalsada es ya prácticamente un embalse muerto

Sus peores años en cuanto a nivel de agua embalsada han sido; en 1966 llegó a tener 11,1 hectómetros cúbicos, en 1967 12,2 igual que en 1974 (12,2) hectómetros cúbicos. 

 Un embalse se da por muerto generalmente cuando su nivel embalsado se encuentra por debajo del 11%. La presa de Los Bermejales no se veía con un nivel tan bajo desde 1988 cuando llegó a los 10,659, hectómetros cúbicos.

 Sus peores años en cuanto a nivel de agua embalsada han sido; en 1966 llegó a tener 11,1 hectómetros cúbicos, en 1967 12,2 igual que en 1974 (12,2) hectómetros cúbicos. En 1975 fueron 18, en 1980 llegó hasta los 17, en 1981 16,4. En 1982 los hectómetros serían 13,96, y en 1987 15,85, pero el peor año de todos sin duda ha sido hasta la fecha 1988, con 10,659, hectómetros cúbicos; la cantidad de agua embalsada volvería a ser critica en 1993 con 12,425 y 1994 con 11,722 hectómetros cúbicos respectivamente.

 El agua embalsada en la presa de los Bermejales a 4 de septiembre de 2022 a las 07:00 horas era de 10,72 hectómetros cúbicos a las 20:00 del mismo día era de 10,69, su nivel más bajo de la historia, desde que se produjera su llenado, junto al alcanzado en 1988. Considerando su capacidad original de 102,6 hectómetros cúbicos su nivel de porcentaje sería del 10,419%. Aunque según las tablas que se manejan en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir su capacidad actual rondaría los 91,011 hectómetros cúbicos, lo que supondría un 11,74% el nivel embalsado de 10,69 hectómetros cúbicos. Por comparar esta última semana, el nivel embalsado a 27-09-2022 era de 15 hectómetros cúbicos un 14.56%, en la misma semana de 2021 el agua embalsada era 24 hectómetros cúbicos un 23.30% de su nivel, en la misma semana (Media de 10 Años), el agua embalsada es de 52 hectómetros cúbicos, un 51.07% de su nivel.

 Con la sequía el nivel de agua embalsada va decreciendo en nuestro país debido a la ausencia de lluvias. Ello está provocando que se hable de los embalses con el término de "embalses muertos", en los medios de comunicación. Probablemente si la meteorología no cambia, y sigue sin llegar las precipitaciones, y los embalses no dejan de vaciarse este será un término que se popularizará. En si un embalse muerto es un embalse que, sin estar vacío, de él no se puede extraer agua. Aunque definir a qué nivel ha de llegar es complicado.

En función de la altura del agua, se distinguen cuatro tipos de niveles:

- Nivel de embalse muerto (NME): nivel mínimo de agua.
- Nivel mínimo de operación del embalse (NMOE): se trata de un estadio algo superior a la altura mínima necesaria para el correcto funcionamiento de toma de agua.
- Nivel normal de agua (NNE): delimita superiormente al volumen útil del embalse.
- Nivel forzado de agua (NFE): se produce en situaciones de lluvias abundantes que provocan crecidas de los ríos. Esta circunstancia puede inducir a abrir las compuertas para evacuar el agua sobrante.

 Así pues, el nivel de embalse muerto detalla el nivel mínimo que puede alcanzar el embalse y coincide con el nivel mínimo de la toma situada en la menor cota, en que es imposible hacer "operaciones" de salida del agua porque el nivel es tan extremadamente bajo que no hay posibilidad de evacuación. Se podría decir que un embalse muerto es el estado previo a secarse completamente un pantano, momento en que queda totalmente vacío y el agua almacenada es inexistente. El umbral para declarar un embalse como embalse muerto suele situarse en el 11% de la capacidad.

 España vive el 2022 como el tercer año más seco en lo que va de este siglo, según informó el martes 5 de julio la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), además de ser el tercer "año hidrológico" más seco del siglo XXI, es el cuarto desde 1961, según este organismo.

En tiempos recientes España solo ha estado con una mayor sequía en 1999, 2005 y 2012, desde que se iniciaron los registros en 1961

Periodos de sequías en España

De 1749 a 1753:
Es la primera gran sequía de la que se tienen registros. Llegó a secar el río Tormes y afectó a la mitad septentrional del país que, por lo general, es la más húmeda.

De 1944 a 1946:
Es considerada la peor sequía que ha padecido España en estos siglos, ríos como el Ebro perdieron casi por completo su caudal y el río Manzanares desapareció totalmente. Según la Agencia Estatal de Meteorología, el porcentaje de precipitaciones fue el más bajo registrado entre 1940 y 2003.

De 1979 a 1983:
Lo peor de este periodo seco no fue tanto la intensidad, sino la extensión en el tiempo, ya que se alargó durante cuatro años y afectó a buena parte del sur y el este de la península ibérica, ciudades como Sevilla tuvieron que cortar el agua al menos 10 horas al día.

De 1991 a 1995:
Durante los tres primeros años de este periodo, los recursos hídricos se encontraban al 28% de su capacidad, y llegaron en 1995 a disminuir hasta el 15%.

2017 a 2018
El mes de septiembre fue el más seco del siglo XXI, con tan solo 15 l/m². Se vivieron situaciones extremas en provincias como Toledo, Badajoz, Sevilla, Cádiz o Tarragona, en donde se abastecía a la población con camiones cisterna. Otros periodos importantes fueron: el de 1975 a 1976, el de 1987 a 1988, el de 2000 a 200.

Para saber más:

- Situación histórica del embalses Los Bermejales al 04-10-2022 (PDF)

- https://www.chguadalquivir.es/saih/DatosHistoricos.aspx

- https://www.tiempo.com/noticias/ciencia/sabes-cuando-se-dice-que-un-embalse-esta-muerto.html

- https://observasequia.es

Vista general desde el muro de la presa de los Bermejales de la Central Eléctrica

Vista del Pantano de Los Bermejales desde la mesa de Fornes
Detalle del Pantano de Los Bermejales en el cartel informativo de 2008 de la Mesa de Fornes
Vista del Pantano de Los Bermejales desde La Cruz de Higueras, en la subida a La Mesa de Fornes
Imagen vista pantano Bermejales 2017
Vista pantano Bermejales mismo lugar que la anterior, pero en este octubre de 2022
Fuente de Cueva Secreta, o de los Berros, en La Resinera...el agua siempre fluye, como fuente de vida, pero es imprescindible, inevitable y necesario hacer un uso responsable y adecuado de ella, sin agua no hay vida.

Texto y fotos: Jesús Pérez Peregrina