El anteproyecto de la polémica Ley Wert (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), ha sido aprobado por el Consejo de Ministros de este pasado viernes 17 de mayo 2013.
Esta supone la séptima reforma educativa de la democracia; prevé la desaparición de la materia educación para la ciudadanía; que la asignatura de religión cuente para la nota media por primera vez desde la LOGSE, defiende los conciertos a las escuelas que segregan a los alumnos por sexo, y establece tres reválidas.
El Gobierno cede así, ante los obispos y sitúa la asignatura de religión, a la altura de las matemáticas, que además contará para la media. Con esta decisión, una de las reivindicaciones históricas de la Conferencia Episcopal, el sistema educativo español regresa al modelo franquista.
Incluye asimismo varias modificaciones, con respecto al actual modelo en vigor, la LOE, aprobada en 2006 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Establece tres evaluaciones externas, y una suerte de reválidas –en los casos de ESO y Bachillerato: los alumnos efectuarán su primera prueba cuando acaben sexto de Primaria. Aunque esta no poseerá carácter eliminatorio sí figurará en el expediente. La segunda prueba, que tendrá lugar en cuarto de ESO, sí tiene carácter excluyente y contará un 30% frente al 70% del total de la Secundaria. Si el alumno no aprueba, no podrá obtener el Graduado Escolar. Desaparece la actual Selectividad, el criterio de acceso a cada universidad será determinado por cada centro, y para obtener el título de Bachiller también será necesaria la superación de una nueva "reválida".
Se produce un adelanto en la elección y trazado de itinerario, planteándose separar a los alumnos a los 15 años, en función de lo que quieran estudiar. Esto es en cuarto de ESO los escolares tendrán que optar entre una vía académica y otra profesional.
Por mucho que se quiera justificar esta reforma apoyándose en ciertos, indicadores "negativos"; entre ellos, “una tasa de paro juvenil del 57% o el hecho de que el 23,7% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja, datos, que no se puede negar que son muy malos,” más bien es incuestionable que dichos datos son consecuencia de la falta de tejido industrial, de las insuficientes oportunidades que existen para la creación de empleo o de la mediocre inversión en educación. Así nuestros jóvenes se ven obligados a consumar en masa esa “movilidad exterior”, que amargamente nos empobrece como país, en estas actuales circunstancia económicas y sociales; como lo demuestran las continuas noticias de logros de científicos españoles que son despedidos en España, víctimas de recortes y eres, y al día siguiente son contratados por prestigiosos entes y universidades, punteras a nivel mundial.
Esta ley ha alcanzado el logro unir en contra a toda la comunidad educativa, que la tacha de antidemocrática, por la absoluta falta de participación de la comunidad docente y de la propia comunidad educativa, (del alumnado, de las familias) siendo una reforma impuesta y sin consenso.
Elimina asignaturas juzgadas como "no instrumentales", vislumbra el sistema educativo como un escenario cuyo único fin es el mercado laboral, buscando crear una mano de obra sumisa, mansa y acrítica.
Segrega y supone una desigualdad de oportunidades; pues la reducción de becas, el aumento de las tasas, los exámenes y reválidas a modo de cribas, el concierto de centros que segregan en razón de sexo a las alumnas y los alumnos y la desaparición de 4º de E.S.O. tal como lo conocemos. Supone poner más trabas a aquellos estudiantes que más dificultades tienen. Esta es pues una ley sectaria, que favorece solo a los hijos de papá. Una cacicada que solo busca, privilegiar a los colegios privados ideológicamente afines, y conseguir dejar en la cuneta a los pobres, volver a la cultura de los años de la posguerra.
Es esta una reforma neo franquista, impuesta por la fuerza (de la mayoría absoluta) no por la razón del dialogo, la tolerancia, la democracia y el consenso. El gobierno ha hecho una reforma a medida de la intransigencia y el sectarismo de la iglesia.
Los recortes y reformas que está imponiendo el ministro Wert, manifiestan una auténtica masacre de la educación pública y una vuelta al modelo escolar franquista, elitista y segregado, no desean que nuestros hijos y nietos posean formación y raciocinio, quieren borregos para convertirlos en esclavos para el fomento del nacionalcatolicismo. La religión a fuerza de decreto. La intención de la ley no es el bien de la enseñanza sino el adoctrinamiento más puro.
En conclusión es una reforma ideológica, sin consenso, segregadora, contra los hijos de los pobres, contra el profesorado contra la libertad.
Pero no hay mal que cien años dure esa es mi esperanza.
No me queda más que recordar aquellas palabras de un profesor de instituto que ejerció en Teruel y Zaragoza, y que un día se echó un país a la mochila, que además fue escritor, poeta, político y sobre todo ser humano.
“Habrá un día
en que todosEl Gobierno cede así, ante los obispos y sitúa la asignatura de religión, a la altura de las matemáticas, que además contará para la media. Con esta decisión, una de las reivindicaciones históricas de la Conferencia Episcopal, el sistema educativo español regresa al modelo franquista.
Incluye asimismo varias modificaciones, con respecto al actual modelo en vigor, la LOE, aprobada en 2006 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Establece tres evaluaciones externas, y una suerte de reválidas –en los casos de ESO y Bachillerato: los alumnos efectuarán su primera prueba cuando acaben sexto de Primaria. Aunque esta no poseerá carácter eliminatorio sí figurará en el expediente. La segunda prueba, que tendrá lugar en cuarto de ESO, sí tiene carácter excluyente y contará un 30% frente al 70% del total de la Secundaria. Si el alumno no aprueba, no podrá obtener el Graduado Escolar. Desaparece la actual Selectividad, el criterio de acceso a cada universidad será determinado por cada centro, y para obtener el título de Bachiller también será necesaria la superación de una nueva "reválida".
Se produce un adelanto en la elección y trazado de itinerario, planteándose separar a los alumnos a los 15 años, en función de lo que quieran estudiar. Esto es en cuarto de ESO los escolares tendrán que optar entre una vía académica y otra profesional.
Por mucho que se quiera justificar esta reforma apoyándose en ciertos, indicadores "negativos"; entre ellos, “una tasa de paro juvenil del 57% o el hecho de que el 23,7% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja, datos, que no se puede negar que son muy malos,” más bien es incuestionable que dichos datos son consecuencia de la falta de tejido industrial, de las insuficientes oportunidades que existen para la creación de empleo o de la mediocre inversión en educación. Así nuestros jóvenes se ven obligados a consumar en masa esa “movilidad exterior”, que amargamente nos empobrece como país, en estas actuales circunstancia económicas y sociales; como lo demuestran las continuas noticias de logros de científicos españoles que son despedidos en España, víctimas de recortes y eres, y al día siguiente son contratados por prestigiosos entes y universidades, punteras a nivel mundial.
Esta ley ha alcanzado el logro unir en contra a toda la comunidad educativa, que la tacha de antidemocrática, por la absoluta falta de participación de la comunidad docente y de la propia comunidad educativa, (del alumnado, de las familias) siendo una reforma impuesta y sin consenso.
Elimina asignaturas juzgadas como "no instrumentales", vislumbra el sistema educativo como un escenario cuyo único fin es el mercado laboral, buscando crear una mano de obra sumisa, mansa y acrítica.
Segrega y supone una desigualdad de oportunidades; pues la reducción de becas, el aumento de las tasas, los exámenes y reválidas a modo de cribas, el concierto de centros que segregan en razón de sexo a las alumnas y los alumnos y la desaparición de 4º de E.S.O. tal como lo conocemos. Supone poner más trabas a aquellos estudiantes que más dificultades tienen. Esta es pues una ley sectaria, que favorece solo a los hijos de papá. Una cacicada que solo busca, privilegiar a los colegios privados ideológicamente afines, y conseguir dejar en la cuneta a los pobres, volver a la cultura de los años de la posguerra.
Es esta una reforma neo franquista, impuesta por la fuerza (de la mayoría absoluta) no por la razón del dialogo, la tolerancia, la democracia y el consenso. El gobierno ha hecho una reforma a medida de la intransigencia y el sectarismo de la iglesia.
Los recortes y reformas que está imponiendo el ministro Wert, manifiestan una auténtica masacre de la educación pública y una vuelta al modelo escolar franquista, elitista y segregado, no desean que nuestros hijos y nietos posean formación y raciocinio, quieren borregos para convertirlos en esclavos para el fomento del nacionalcatolicismo. La religión a fuerza de decreto. La intención de la ley no es el bien de la enseñanza sino el adoctrinamiento más puro.
En conclusión es una reforma ideológica, sin consenso, segregadora, contra los hijos de los pobres, contra el profesorado contra la libertad.
Pero no hay mal que cien años dure esa es mi esperanza.
No me queda más que recordar aquellas palabras de un profesor de instituto que ejerció en Teruel y Zaragoza, y que un día se echó un país a la mochila, que además fue escritor, poeta, político y sobre todo ser humano.
“Habrá un día
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad”
Canto a la Libertad (José Antonio Labordeta)
Documentos para consultar • Anteproyecto de ley orgánica para la mejora de la calidad educativa. (PDF) • Dictamen del Consejo de Estado. (PDF) |
||