Perplejidad, esa fue la palabra que define el estado en el que me quede, cuando vi la nueva “señalización” que tiene el camino de Los Tajos, para indicar un punto de interés.
El autor de estos grafitis, (porque llamar lo que ha hecho señales seria de mal gusto), al que sin duda le sobraba la brocha y la pintura, y le faltaba un poco de “sensibilidad” hacia la conservación del patrimonio.
Sin duda lo hizo con muy buena voluntad, como el caso de la anciana que hace poco restauró un cuadro en Zaragoza, pero al igual que este caso, el resultado resulta poco menos que desagradable.
El asunto es que a la altura de la ermita de Los Ángeles, y con el propósito de que ningún visitante se vaya de nuestro pueblo sin ver las famosas huellas de las herraduras del caballo en la piedra, ya conoce el lector la leyenda, se han realizado una serie de señales, que a mi parecer, atentan contra el buen gusto y contra la conservación de este espacio tan singular.
Sin duda lo hizo con muy buena voluntad, como el caso de la anciana que hace poco restauró un cuadro en Zaragoza, pero al igual que este caso, el resultado resulta poco menos que desagradable.
El asunto es que a la altura de la ermita de Los Ángeles, y con el propósito de que ningún visitante se vaya de nuestro pueblo sin ver las famosas huellas de las herraduras del caballo en la piedra, ya conoce el lector la leyenda, se han realizado una serie de señales, que a mi parecer, atentan contra el buen gusto y contra la conservación de este espacio tan singular.
Tras finalizar el paseo y tras recuperarme del impacto de los brochazos en la roca, quede un poco decepcionado por el estado actual en el que se encuentra el camino.
Recuerdo que el camino forma parte de la Ruta Termal, puesta en valor hace pocos años, y que Los Tajos fueron declarados Monumento Natural de Andalucía hace muy poco, lo que debería conferir al entorno una especial protección, que debería traducirse en una conservación minuciosa de dicho entorno.
Las acciones vandálicas (paneles informativos rotos y otros desaparecidos, mesas serradas, papeleras rotas), y la falta de mantenimiento (papeleras que no se recogen, puente del chiringuito deteriorado), dan una imagen negativa de nuestro principal atractivo turístico.
Desde estas líneas, insto a que se conserve la zona por parte de todos los alhameños y alhameñas que tenemos la suerte de disfrutarla, al igual que insto a los responsables municipales a que actúen mejorando la conservación, y suprimiendo este horror de señales pintadas en la misma roca, y haga lo posible por que este tipo de acciones no vuelvan a repetirse.
Espero que el encanto del camino de Los Tajos, podamos seguir conservándolo durante muchísimos años, sin necesidad de recordar continuamente la belleza y majestuosidad del mismo.