Aunque hay otras vías, como la federal, la confederal…, ¿cuál es la de Isabel?
Cuando se erige un monumento, cuando se nombra o renombra una calle o plaza, siempre hay opiniones para todos los gustos, los hay a favor, en contra, a los que le da igual, los que cambian de opinión dependiendo del interlocutor y los que por delante dicen una cosa y por detrás otra, es la condición humana, o eso dicen.
Quien entienda que el monumento a Isabel (primera de Castilla y España) va de afectos políticos, de declararse más monárquico o antirrepublicano o de posicionarse ideológicamente en la España actual no ha entendido nada, porque esto sólo va de historia, y, si se quiere, también de arte y embellecimiento.
El Patronato de Estudios Alhameños ha sido el impulsor, y el que ha costeado el monumento, el Ayuntamiento corrió con la infraestructura, y en el Patronato no hay una sola sensibilidad, hay una por cada unos de sus miembros, diversa, enriquecedora e inquieta por mejorar y preservar cualquier aspecto que tenga que ver en lo referente a nuestra historia y nuestra cultura, no es una entidad adscrita a ninguna ideología concreta, como no podría ser de otra manera, y sin embargo apenas hay disparidad exacerbada de criterios, pero como en todas la asociaciones unas propuestas se acepta y otras no, sin estridencias, con la normalidad de una institución con unos estatutos, unas normas y a una gente que lo único que le preocupa es su ciudad, su pueblo.
Se entendió desde un primer momento lo evidente; Alhama no sería, no habría sido lo que fue sin que Isabel I de Castilla y España se hubiera volcado con ella, ni tan siquiera tendríamos la misma silueta que nos define, ni mucho menos habríamos tenido una historia que contar. No se honra pues a una reina por afines a la monarquía, no se honra a una católica por su fe, simplemente se enumeran, como se hizo, todo lo que una mujer, Isabel, hizo por lo que hemos sido desde entonces, al tiempo que vamos embelleciendo nuestra ciudad “Muy noble y muy leal”, también gracias a ella, que los títulos eran muy importantes para la economía el desarrollo de la época, que por supuesto ni comparamos ni equiparamos con la actual, no tiene nada que ver, pero ese monumento es un halago a nuestra propia historia, que no se puede cambiar y que nos ha traído hasta lo que somos y que lo representa la alegoría del monumento inaugurado el pasado 23 de octubre de 2021, algunos esperaban una estatua, pero es mucho más que eso, es el símbolo de nuestra Granada, de ese reino, coronado, que un día fue, de esas hojas que siguen creciendo como fruto renovado cada temporada de futuro y esperanza, y de esa Y de Isabel que fue la misma que llevaron las abanderadas insignias de los barcos del descubrimiento y por lo cual se habla español en prácticamente toda América.
Podemos aceptarlo o no, allá cada cual, pero nadie, nadie, puede cambiar la historia, y después vendrían otros acontecimientos que arruinarían nuestro orgullo como el de Trafalgar, o la debilidad política y económica que supuso la invasión francesa y que, aprovechándose de esa debilidad se empezaran a independizar los territorios de ultramar, de los que en estos tiempos se van cumpliendo los doscientos años… entre otros.
Como digo, la historia no se puede cambiar, y podemos añorar un pasado de prosperidad, angustiarnos con vaivenes históricos, simplemente conocer la historia y amar y respetar nuestros monumentos apostando por nuestra cultura para un mejor futuro, además de reírnos con los ‘memes’ que han circulado estos días por internet con motivo de la inauguración del monumento, y es que se nota que el Carnaval se va acercando.
Quien entienda que el monumento a Isabel (primera de Castilla y España) va de afectos políticos, de declararse más monárquico o antirrepublicano o de posicionarse ideológicamente en la España actual no ha entendido nada, porque esto sólo va de historia, y, si se quiere, también de arte y embellecimiento.
El Patronato de Estudios Alhameños ha sido el impulsor, y el que ha costeado el monumento, el Ayuntamiento corrió con la infraestructura, y en el Patronato no hay una sola sensibilidad, hay una por cada unos de sus miembros, diversa, enriquecedora e inquieta por mejorar y preservar cualquier aspecto que tenga que ver en lo referente a nuestra historia y nuestra cultura, no es una entidad adscrita a ninguna ideología concreta, como no podría ser de otra manera, y sin embargo apenas hay disparidad exacerbada de criterios, pero como en todas la asociaciones unas propuestas se acepta y otras no, sin estridencias, con la normalidad de una institución con unos estatutos, unas normas y a una gente que lo único que le preocupa es su ciudad, su pueblo.
Se entendió desde un primer momento lo evidente; Alhama no sería, no habría sido lo que fue sin que Isabel I de Castilla y España se hubiera volcado con ella, ni tan siquiera tendríamos la misma silueta que nos define, ni mucho menos habríamos tenido una historia que contar. No se honra pues a una reina por afines a la monarquía, no se honra a una católica por su fe, simplemente se enumeran, como se hizo, todo lo que una mujer, Isabel, hizo por lo que hemos sido desde entonces, al tiempo que vamos embelleciendo nuestra ciudad “Muy noble y muy leal”, también gracias a ella, que los títulos eran muy importantes para la economía el desarrollo de la época, que por supuesto ni comparamos ni equiparamos con la actual, no tiene nada que ver, pero ese monumento es un halago a nuestra propia historia, que no se puede cambiar y que nos ha traído hasta lo que somos y que lo representa la alegoría del monumento inaugurado el pasado 23 de octubre de 2021, algunos esperaban una estatua, pero es mucho más que eso, es el símbolo de nuestra Granada, de ese reino, coronado, que un día fue, de esas hojas que siguen creciendo como fruto renovado cada temporada de futuro y esperanza, y de esa Y de Isabel que fue la misma que llevaron las abanderadas insignias de los barcos del descubrimiento y por lo cual se habla español en prácticamente toda América.
Podemos aceptarlo o no, allá cada cual, pero nadie, nadie, puede cambiar la historia, y después vendrían otros acontecimientos que arruinarían nuestro orgullo como el de Trafalgar, o la debilidad política y económica que supuso la invasión francesa y que, aprovechándose de esa debilidad se empezaran a independizar los territorios de ultramar, de los que en estos tiempos se van cumpliendo los doscientos años… entre otros.
Como digo, la historia no se puede cambiar, y podemos añorar un pasado de prosperidad, angustiarnos con vaivenes históricos, simplemente conocer la historia y amar y respetar nuestros monumentos apostando por nuestra cultura para un mejor futuro, además de reírnos con los ‘memes’ que han circulado estos días por internet con motivo de la inauguración del monumento, y es que se nota que el Carnaval se va acercando.
Algunos de estos memes simulaban nuestra web |