Nace la Asociación Amigos del Molino La Purísima de Alhama

 Cuando se repasa la historia de Alhama o se habla de sus rutas, una mención especial se debe de hacer a sus molinos. No hay que olvidar que Alhama y su comarca fueron tierras de molinos, llegando a existir cerca de los 22 molinos de agua harineros, repartidos entre los cinco ríos de su partido judicial: dos en el río Armas, uno en el Puerto-Blanco, tres en el Añales, dos en el Játar, uno en el Jayena, cuatro en el Cacín y nueve en el río Marchán. De estos últimos, siete estaban próximos a Alhama y los otros dos estaban situados entre las poblaciones de Santa Cruz del Comercio y Moraleda de Zafayona, justo antes de la unión del río Marchán con el Cacín. Estos molinos aprovechaban la fuerza del agua que transcurría por el río junto al que se construían, para mover las piedras del molino que molían el grano de trigo con el objetivo de obtener la harina.

 Concretamente, a los pies de Alhama, junto al río y desde hace cientos de años se encuentran las fábricas de harina de Santa Teresa, La Purísima, San Antonio y San Francisco; un gran complejo que forma parte de un monumento natural de excepcional belleza y que le da valor a los mismos: los Tajos de Alhama. Sin embargo, las que otrora habían sido prósperas fábricas de harina en las que empresarios de nuestro pueblo desarrollaron durante siglos su actividad de moler el trigo, en la actualidad no son más que ruinas. La Fábrica de Harinas La Purísima es la excepción, es la única fábrica superviviente de una época y la única testigo que queda en pie de una industria de nuestro pueblo que muchos alhameños desconocen. Su buen estado de conservación en todos los sentidos, edificación y maquinaria, se debe a que sus propietarios, los hermanos Castro Valladares, en un acto de rebeldía contra el destino, se han sobrepuesto y han plantado cara a multitud de adversidades y dificultades que se han ido presentando para su conservación, siendo la más importante el propio paso del tiempo y el más frecuente los continuos actos injustificados de saqueo y vandalismo.

 Después de un tiempo en el que la actividad de conservación se había abandonado debido a diversas causas, las nuevas generaciones de la familia, han decidido que es momento de volver a las trincheras, de seguir rebelándose y de echar a andar para seguir manteniendo y contando la historia de La Purísima, el último vestigio en pie de una época de Alhama de Granada. Pero en ese viaje no quieren ir solos, conocedores de que la unión hace la fuerza, y por ello han creado la Asociación Amigos del Molino La Purísima, una asociación cultural sin ánimo de lucro que quiere incorporar las visitas a la misma dentro de la oferta turística del pueblo.