Los vecinos denuncian la dejadez institucional, la falta de limpieza en solares y la precariedad de servicios básicos en el entorno urbano más antiguo del municipio.
Un incendio declarado en torno a las 16:00 horas del lunes en un corral ubicado en el barrio conocido como las “Calles Bajas” de Alhama de Granada ha desatado la preocupación y la indignación entre los vecinos de la zona. Aunque no se han producido daños personales, las llamas afectaron a propiedades colindantes y obligaron a una intervención prolongada del servicio de bomberos, cuyas sirenas se escucharon en todo el casco urbano.
Según testigos presenciales, el fuego se originó en un solar con maleza seca y restos de escombros, muy cerca de viviendas habitadas. “No ha sido una gran humareda, pero sí lo suficiente para alarmarnos a todos. Ha saltado de un corral a otro, y podría haber sido mucho peor”, explican residentes, que acusan al Ayuntamiento de desatender sistemáticamente esta zona del casco histórico.
Los vecinos recuerdan que no es la primera vez que ocurre un suceso similar. “Ya se incendió hace tiempo la casa del vecino de al lado y también tardaron mucho en llegar los bomberos. Parece que no ha servido de nada esa experiencia, porque aquí no se ha actuado después para prevenir otro caso así”, señalan. Además, denuncian que la maleza, los cascotes y los muros caídos siguen acumulándose en solares tanto privados como de responsabilidad municipal, sin que se adopten medidas eficaces de limpieza o control de riesgos.
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Un barrio emblemático, en situación precaria
El barrio de las “calles bajas”, también conocido como el barrio árabe, es una de las zonas con mayor valor histórico y patrimonial de Alhama de Granada. Sin embargo, sus habitantes aseguran sentirse abandonados por las autoridades locales. “Aquí han nacido y crecido muchas de las familias que hoy forman el pueblo. ¿Qué pasa, que porque quedemos ya pocas no importamos?”, expresa un vecino en uno de los audios difundidos tras el incendio.
Las quejas abarcan múltiples aspectos de la vida cotidiana: farolas que no funcionan, accesos sin asfaltar, parques infantiles en mal estado y escasa presencia de los servicios municipales. “La calle y la Mina, por ejemplo, lleva años pidiendo a gritos un asfaltado digno. Por ahí pasan coches y vecinos, y sigue siendo un camino de tierra mal nivelado. De noche no hay ni una sola farola. ¿Eso no es también Alhama?”, se preguntan.
Uno de los principales puntos de fricción es la falta de limpieza en solares abandonados, que se convierten en potenciales focos de incendio o riesgo estructural. “Puede pasar un niño por debajo de una casa medio derrumbada y que le caiga una viga encima. ¿Qué estamos esperando, a que ocurra una desgracia para actuar?”, lamentan.
Responsabilidades compartidas, soluciones pendientes
Los vecinos son conscientes de que muchos de los solares en mal estado tienen propietarios particulares, pero insisten en que el Ayuntamiento tiene herramientas legales y operativas para actuar de oficio en aquellos casos en que la seguridad y la salubridad estén comprometidas. “Pueden coger una máquina y hacer un cortafuegos, limpiar arbustos, retirar árboles secos o insalubres. No hace falta que alguien vaya a quejarse cada vez. Es una responsabilidad institucional que no se está cumpliendo”, afirman.
En este sentido, reclaman mayor presencia de los técnicos municipales en el barrio, así como un plan específico de mantenimiento que tenga en cuenta las singularidades del casco antiguo. “Aquí no pasa nadie del Ayuntamiento desde hace años. No pedimos privilegios, solo que nos traten como al resto del pueblo”, apuntan.
También hay críticas al deficiente acceso de los servicios de emergencia. “Cuando ocurre algo, los bomberos no pueden ni entrar con el camión. Llamas a la Guardia Civil y tardan horas en venir. ¿Qué pasa si hay una urgencia real?”, advierten.
Patrimonio descuidado, imagen dañada
Más allá de las reivindicaciones vecinales, el deterioro del barrio también tiene una dimensión turística y cultural. “Esto es lo que se enseña a los visitantes cuando vienen: las calles empedradas, las casas moriscas, el trazado árabe. Pero ¿qué impresión se llevan si ven basura, solares sucios o parques abandonados?”, se preguntan algunos residentes, que proponen aprovechar el potencial turístico del barrio como argumento adicional para su conservación.
“Cuando hay una carrera ciclista o llega un grupo de extranjeros, entonces sí que se arregla algo deprisa. Pero el resto del año, esto es tierra de nadie”, critican.
Una llamada a la acción
El incendio del 7 de julio ha sido, en palabras de los vecinos, “la gota que colma el vaso”. Tras años de promesas incumplidas y peticiones desatendidas, exigen al Ayuntamiento de Alhama de Granada una respuesta inmediata, que incluya actuaciones urgentes de limpieza, iluminación, asfaltado y control de riesgos estructurales.
“No queremos esperar a que ocurra una tragedia. Ya hemos avisado, y vamos a seguir haciéndolo”, concluyen.