Pizzería Infinito, del Padul a Argentina y viceversa, ahora en Alhama

 Regentada por Gustavo Molina y Xiomara Romero, él argentino y ella de nuestra tierra, desde este pasado jueves, 31 de marzo de 2022, está abierto el nuevo establecimiento, que, aunque está dedicado especialmente a las pizzas, es un café bar tradicional, con un amplio horario de atención al público donde, además de sus especialidades, sirve desayunos y lo propio de cualquier establecimiento de estas características.

 Gustavo nos invitó a la inauguración, y nos contó parte de su historia, de como en los años 50 del pasado siglo su padre, Antonio, emigró a Argentina desde el Padul, y allí conoció a una italiana, Emilia, con la que contraería matrimonio, y de ese fruto surge él, Gustavo, en una Argentina que por aquellos años era tierra de oportunidades. Gustavo hace carrera y se licencia como protésico dental, pero no era lo suyo, e inicia un bar en Buenos Aires, pero las cosas empiezan a ir regular en Argentina, y, hace unos treinta años decide probar fortuna en la tierra desde la que salió su padre haciendo el recorrido inverso, así llega a Padul donde hace una serie de trabajos esporádicos, prueba fortuna en la restauración y se establece en los Ogíjares, donde regenta su anterior pizzería, pero la pandemia acaba con el negocio pese a tener una buena reputación gastronómica.

 Por avatares y circunstancias, en Alhama donde su mujer tiene familia, conoce a Antonio Ramos, propietario de lo fue el bar Conilejo, y decide probar suerte, en algo de lo que es profesional y conoce perfectamente y lleva en parte de su sangre italiana, como son las pizzas, para continuar con su anterior negocio, pero en otro sitio, en este caso en Alhama. Se pone manos a la obra y monta la pizzería con el mismo nombre, Infinito, cuyo símbolo es parecido al del volteo de la pizza en su confección, aunque detrás también hay una historia de amor…. -nos dice-.

 El horno para las pizzas lo trae especialmente de Italia, tiene que ser el mejor, confeccionado con el material que hace que los grados sean los justos y precisos para el mejor y más auténtico sabor de las especialidades que prepara. El bar lo decora con la nostalgia de su tierra y de algunos recuerdos familiares, como son algunos anuncios de los medios de comunicación argentinos de cuando su padre, sin tener ni idea de calzado, montó una fábrica de zapatos cuando llegó a la Argentina y logró éxito en su empresa. No falta la bandera española de su padre, la italiana de su madre y la argentina de su origen, combinado todo en un recinto sencillo pero agradable y luminoso, y con las expectativas y ganas de que su mejor publicidad sea su trabajo esfuerzo, dedicación y el sabor y calidad de lo que prepara, dando trabajo a varias personas.

 Lógicamente desde aquí le deseamos lo mejor, y que el establecimiento esté como en el día de su apertura, en que no faltaron felicitaciones, ambiente y buen sabor.