Continuando con los actos programados por el IV Centenario de las Hermanas Clarisas en Alhama, el pasado viernes 19 de octubre tuvo lugar en la iglesia del convento de San Diego una amena tarde-noche cultural.
Los actos programados para ese día se iniciaron con la charla sobre la Iconografía Franciscana y la historia de las Clarisas que ofreció al público asistente Juan Antonio Sánchez López, doctor en Filosofía y Letras por la sección de Historia y profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Málaga.
El conferenciante fue presentado por Andrés García Maldonado, Presidente del Patronato de estudios Alhameños, una de las entidades organizadoras de los actos, quien tras saludar al público y autoridad presente y agradecer la presencia de todos, comentó los muchos méritos académicos y humanos del conferenciante.
Seguidamente Juan Antonio Sánchez disertó sobre lo que el pensamiento franciscano supuso para una renovación de la visión del mundo y la naturaleza, concebida como un señuelo del maligno y, tras la renovación franciscana como el “rostro de Dios”. El pensamiento de Francisco de Asís y el Franciscanismo fue una autentica revolución cultural y religiosa universal y cambió los esquemas mentales de su tiempo y la manera de comunicarse con Dios.
Todo esto tuvo su reflejo en el arte, por supuesto, que si anteriormente reflejaba una negación del cuerpo y una visión del temor a Dios, después pasó a expresar la belleza y el amor de Dios.
La charla, más que conferencia, según el propio Juan Antonio Sánchez, estuvo ilustrada por una serie de proyecciones de pinturas que reflejaron las diversas visiones que los artistas tuvieron de Francisco y Clara de Asís, que fueron comentadas y explicadas por el conferenciante que aportó detalles reveladores de lo que la iconografía de la época pretendía conseguir a través de los diversos símbolos empleados, como el de la palma, que se puede doblar pero recupera su forma original y es, por tanto, símbolo de la victoria.
Una exposición interesante y amena que supuso una auténtico disfrute cultural para unos y espiritual y religioso para otros, que hay que agradecer al buen hacer del Patronato de Estudios Alhameños.
Tras agradecer nuevamente al conferenciante su presencia, Andrés pasó a presentar a los miembros del ‘Cuarteto de Viento EMAG’, profesores de la Escuela de Música de Alhama de Granada, compuesto para la ocasión por Beatriz López, Rafael Molinero y Blanca Jiménez, clarinetes y Pablo Peula, saxofón tenor.
Se trató de un concierto corto pero bellísimo e intenso, tanto por la actuación de los maestros como por la calidad y emotividad de las obras seleccionadas para la ocasión, que comenzó con la Canzona nº 7 del compositor renacentista italiano Francesco Rognoni Taeggio, tras la cual nos sumergieron en el universo impresionista del compositor francés Maurice Ravel del cual interpretaron la suite Má mére l´oye compuesta por cinco movimientos e inspirada en cuentos infantiles y la cual el cuarteto arregló para viento, y ejecutó tres movimientos el primero, el segundo y el último:
1- Pavana de la bella durmiente. Lento
2- Pulgarcito. Moderado.El conferenciante fue presentado por Andrés García Maldonado, Presidente del Patronato de estudios Alhameños, una de las entidades organizadoras de los actos, quien tras saludar al público y autoridad presente y agradecer la presencia de todos, comentó los muchos méritos académicos y humanos del conferenciante.
Seguidamente Juan Antonio Sánchez disertó sobre lo que el pensamiento franciscano supuso para una renovación de la visión del mundo y la naturaleza, concebida como un señuelo del maligno y, tras la renovación franciscana como el “rostro de Dios”. El pensamiento de Francisco de Asís y el Franciscanismo fue una autentica revolución cultural y religiosa universal y cambió los esquemas mentales de su tiempo y la manera de comunicarse con Dios.
Todo esto tuvo su reflejo en el arte, por supuesto, que si anteriormente reflejaba una negación del cuerpo y una visión del temor a Dios, después pasó a expresar la belleza y el amor de Dios.
La charla, más que conferencia, según el propio Juan Antonio Sánchez, estuvo ilustrada por una serie de proyecciones de pinturas que reflejaron las diversas visiones que los artistas tuvieron de Francisco y Clara de Asís, que fueron comentadas y explicadas por el conferenciante que aportó detalles reveladores de lo que la iconografía de la época pretendía conseguir a través de los diversos símbolos empleados, como el de la palma, que se puede doblar pero recupera su forma original y es, por tanto, símbolo de la victoria.
Una exposición interesante y amena que supuso una auténtico disfrute cultural para unos y espiritual y religioso para otros, que hay que agradecer al buen hacer del Patronato de Estudios Alhameños.
Tras agradecer nuevamente al conferenciante su presencia, Andrés pasó a presentar a los miembros del ‘Cuarteto de Viento EMAG’, profesores de la Escuela de Música de Alhama de Granada, compuesto para la ocasión por Beatriz López, Rafael Molinero y Blanca Jiménez, clarinetes y Pablo Peula, saxofón tenor.
Se trató de un concierto corto pero bellísimo e intenso, tanto por la actuación de los maestros como por la calidad y emotividad de las obras seleccionadas para la ocasión, que comenzó con la Canzona nº 7 del compositor renacentista italiano Francesco Rognoni Taeggio, tras la cual nos sumergieron en el universo impresionista del compositor francés Maurice Ravel del cual interpretaron la suite Má mére l´oye compuesta por cinco movimientos e inspirada en cuentos infantiles y la cual el cuarteto arregló para viento, y ejecutó tres movimientos el primero, el segundo y el último:
1- Pavana de la bella durmiente. Lento
3- El jardín encantado. Lento y grave.
Seguidamente interpretaron la versión arreglada para viento del Adagio, opus 11 del músico contemporáneo y neorromántico norteamericano Samuel Barber, adagio muy usado en diversas bandas sonoras de películas, por ejemplo en Platoon. Obra de extraordinaria belleza, emotividad y capacidad evocadora y genialmente interpretada por nuestros músicos.
Finalizó este corto, pero intenso concierto, con el movimiento final del Exsultate jubilate k 165 aleluya de Wolfrang Amadeus Mozart, escrito por su autor a la edad de 17 años.
Fue una tarde noche de gran contenido cultural, emotivo y, para algunos, religioso en el cual el arte, la música y el especial marco en el que tuvo lugar nos alejaron durante un par de horas de la rutina, el fútbol y la cultura de todo a cien, que parece predominar en nuestra sociedad y en la cual los profesores de la Escuela de Música de Alhama de Granada demostraron una vez más su total disponibilidad para poner su arte, tiempo y entrega a disposición de nuestro pueblo y su gente.