Se hizo el tradicional recorrido de la ermita a la iglesia de San Diego y a la iglesia del Carmen para saludar a la Patrona.
El 2 de agosto, que este año 2024 fue viernes, y como es tradición, se llevó a cabo la procesión de la Virgen de los Ángeles, un evento cargado de devoción y fervor religioso que une a la comunidad y a devotos de diversas localidades. Este ritual, que se ha mantenido a lo largo de los años, inicia con preparativos minuciosos realizados por las camareras de la Virgen unos días antes de la fecha señalada.
A las ocho de la mañana del día dos, comienza la procesión con el traslado de la Virgen desde la ermita a la iglesia de San Diego. Durante el recorrido, los participantes rezan el rosario, una práctica que fortalece el sentido de comunidad y espiritualidad entre los fieles. Al llegar a la iglesia de San Diego, se celebra una misa especial que permite a los asistentes ganar la indulgencia plenaria, un importante acto de fe y redención para los católicos.
La Virgen permanece en la iglesia de San Diego hasta las siete de la tarde, momento en el cual se organiza el regreso a la ermita. Este trayecto de retorno no es menos significativo, pues la procesión realiza paradas en las casas donde los mayores esperan con ansias ver pasar la imagen sagrada desde sus balcones. Este gesto, cargado de emoción y respeto, permite a aquellos que no pueden unirse al recorrido participar de alguna manera en esta venerada tradición, con el aliciente añadido que durante el trayecto de regreso a su ermita es acompañada por un tamborilero.
Además, la procesión incluye una visita a la iglesia del Carmen para saludar a la Patrona, la Virgen de las Angustias. Este acto simboliza la unión entre las distintas advocaciones marianas y refuerza los lazos entre los creyentes.
Cada año, la celebración atrae a un número creciente de personas no solo del pueblo, sino también de otras localidades de la comarca, así como de residentes en el balneario. Muchos de estos visitantes han conocido a la Virgen de los Ángeles gracias a las excursiones organizadas por Silverio, el guía local que ha sabido transmitir la importancia de esta tradición. Algunos de estos nuevos devotos acuden en agradecimiento por los favores concedidos, lo que añade una dimensión de gratitud y testimonio personal a la festividad.
En resumen, la procesión de la Virgen de los Ángeles el 2 de agosto es más que un simple evento religioso; es una manifestación de fe, tradición y comunidad que continúa creciendo y fortaleciendo los vínculos entre los participantes, año tras año.