Antonio Ramos Espejo reedita ahora dos libros, García Lorca en los dramas del pueblo y El caso Almería. Abierto para la historia, ambos en el Centro Andaluz del Libro (Sevilla, 2011).
-- Usted es un apasionado de la figura de García Lorca, al que ha dedicado muchos de sus escritos. ¿Por qué esta reedición de 'García Lorca en los dramas del pueblo'?
-- Cuando uno escribe un libro, en este caso sobre Federico García Lorca, estás atento siempre a cualquier dato relacionado con las tres tragedias rurales que nos ocupan: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba . Han pasado trece años desde la primera edición y ha llegado ese momento de la revisión y ampliación. Lorca es un pozo sin fondo, su obra está permanentemente activa, en ebullición, como ocurre con los grandes escritores. Para conocer el alcance de actualidad que todavía suscitan Lorca y sus obras --por ejemplo, La casa de Bernarda Alba --, me voy a referir a dos casos relacionados con la muerte del poeta y con la trascendencia de esta tragedia. De Valderrubio, aldea donde vivía la protagonista, es de donde parte, como se viene publicando todavía con nuevos datos, una de las denuncias que influyen en la detención y posterior asesinato del poeta. Y en relación con la obra, no dejan de hacerse versiones. La que más me ha impactado ha sido la representación en 2010 de La casa de Bernarda Alba por gitanas, analfabetas, pobres y chabolistas del barrio del Vacie (Sevilla). Probablemente Rocío Montero, de origen gallego, sea la Bernarda más auténtica.
-- ¿Por qué Lorca sigue tan actual? ¿Qué representa para Andalucía?
-- Lorca, como Góngora, representa la imagen universal de la cultura andaluza. Hace unas semanas, en el Teatro Campoamor de Oviedo, con motivo de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, lo que realmente resuena son dos fenómenos andaluces: el Flamenco y García Lorca, unidos por Leonard Cohen, que confiesa que han sido las piezas claves de su música.
-- Lorca, Góngora, el 27...
-- Siguiendo la estela de Góngora, el Guadalquivir, las sierras y las campiñas, probablemente Córdoba, brota la pasión más lírica y, a la vez más trágica, en la obra de Lorca. Siempre me impactó ver "los corceles de Córdoba", relinchando en la "catedral del caballo". Esa imagen la trasladó a El Público .
-- ¿Hasta cuándo va a seguir escribiendo sobre Lorca?
-- No sé... es muy difícil renunciar a un personaje con el que has crecido. Me gustaría dirigir la mirada a Nueva York, donde está enterrado el patriarca, don Federico. Esa figura, y todo lo que supone de la permanencia aún en el exilio, cuando ya todos sus familiares y conocidos, vivos o muertos (Fernando de los Ríos) regresaron a España. Don Federico sigue allí. Será para mí un apasionante reto.
-- ¿Y sobre 'El caso Almería'?
-- El caso Almería se publicó en 1982; lo escribí cuando aún no se había celebrado el juicio y no se podían decir tan abiertamente las cosas que sucedieron. Llevaba el subtítulo Mil kilómetros al Sur porque fue el trayecto que hicieron las tres víctimas: Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas. Viajaban de Santander a Almería, donde fueron confundidos con etarras. Sus cuerpos aparecieron carbonizados en el barranco de Gérgal. Ese subtítulo lo he cambiado por el de Abierto para la Historia .
-- ¿Por qué?
-- Porque aquel juicio, que sentó en el banquillo al teniente coronel Castillo Quero y a dos guardias, ha sido reconocido como un "apaño".
-- ¿Qué hay de actualidad?
-- Que las familias solicitan que ese caso sea reconocido como terrorismo de Estado.
Entrevista publicada por el Diario de Córdoba.
Antonio Ramos Espejo, periodista, escritor y profesor. |
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