Sandra García; Pasión por su tierra



La delegada de Turismo, defensora del ámbito rural y una de la más longevas en el cargo, tiene como ´obsesión´ vender el potencial turístico de la provincia
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Caricatura de Sandra García Martín, Delegada Provincial de Comercio, Turismo y Deportes en el diario La Opinión de Granada.

 El diario La Opinión de Granada dedicaba el pasado sábado día, 31 de enero, un amplio artículo a la Delegada de Comercio Deporte y Turismo de la Junta de Andalucía en Granada, la alhameña Sandra García Martín. Caricatura incluida reproducimos para nuestros lectores este artículo.

 El guión de la vida no siempre está escrito. Los ricos, habitualmente, lo tienen más fácil para triunfar en la vida. Como se suele decir, nacen con ´un pan debajo del brazo´. Los sueños, sin embargo, se pueden conseguir igualmente partiendo desde un origen modesto y apartado de los grandes núcleos del poder. La receta en este último caso está clara, aunque no sea sencilla de aplicar: si se procede de una familia humilde y afincada en una localidad remota, hay que trabajar más que nadie y sin descanso para demostrar la valía. Es un reto personal, en definitiva, que sólo unos cuantos pueden superar. En este sentido, María Sandra García Martín, nacida hace 36 años en Alhama de Granada, en el modesto Poniente provincial, se puede considerar una triunfadora. No ha tenido los padrinos que respaldaban a otros, pero su capacidad de trabajo ha hecho que se consolide en la Junta de Andalucía como una de las ´figuras fuertes´ de la siempre compleja trama administrativa y política autonómica. Además, lo ha hecho en el ámbito del turismo, uno de los sectores más importantes para una provincia tan limitada en otros muchos aspectos.

 Su importancia para la política autonómica en la provincia queda patente por la longevidad en el cargo. Llegó a la Delegación provincial de Turismo en 2004 y ni se ha apartado ni la han ´retirado´ del sillón desde entonces. Ni siquiera el amago que hizo de abandonar la delegación hace dos años -se presentó como número dos de la lista socialista por su pueblo, Alhama de Granada, en las elecciones municipales de 2007- desencadenó su salida de la Administración autonómica. Su buen hacer hasta ese momento, su trabajo callado y su huida de las polémicas en un sector como el del turismo, que precisa de grandes dosis de consenso, eran notorios avales como para desaprovecharlos por parte de la Junta, que insistió en su continuidad en el cargo. Y ya se sabe, cuando el más poderoso quiere algo, termina consiguiéndolo. Sandra renunció a su puesto de concejal para continuar con las labores que hasta entonces realizaba en Granada capital.

 García, que durante esta semana se encuentra en plena vorágine de actos públicos, reuniones, acuerdos e incluso de marketing por mor de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid, es ante todo una defensora del potencial de la provincia. Por supuesto, reconoce que desde el punto de vista turístico hay espacios como la Alhambra o la Costa que hay que defender, pero al mismo tiempo considera que en las zonas rurales granadinas hay importantes valores todavía escondidos que hay que sacar a la luz. La economía provincial se lo agradecerá.



 A Sandra se le podrán discutir muchas cosas, pero lo cierto es que en cuestiones provinciales no cabe hacerle grandes objeciones, puesto que es una óptima conocedora de la realidad de los municipios granadinos. Así lo avala su experiencia tanto en política local como en comarcal. Ha sido tanto concejal a de su localidad natal, Alhama de Granada, como agente de desarrollo local en Jayena.

 La delegada de Turismo nació en el seno de una modesta familia de agricultores alhameños conocida en el pueblo como ´Los taneros´, básicamente porque contaban con una finca llamada ´La Tana´ y en la predominan los viñedos. Quienes conocen a Sandra destacan su carácter afable, "de gente sencilla", un rasgo que sin duda procede del ambiente familiar. Sus padres, sabedores de la dureza y de los pocos beneficios del trabajo no sólo en el campo, sino en el ámbito rural en general, apostaron por mandar a la joven a Granada para que estudiase una carrera, un esfuerzo sin duda encomiable para unos progenitores que debían cuidar de hasta seis hijos -lamentablemente uno de ellos ha fallecido-.

 La jugada le salió bien a la familia, puesto que la joven Sandra García se mostró durante su experiencia universitaria como una joven desenvuelta, estudiosa, con sus propias aspiraciones y ambiciones en la vida. Cursó y se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada y fruto de estos estudios nació su idilio con la político, su otro amor al margen del de su marido, un agricultor de Alhama con el que tiene dos hijos.

 Tenía claro que su ideología y postulados coincidían con los del PSOE y, poco a poco, fue haciéndose un hueco en la política de su pueblo. Sandra se presentó por primera vez a unas elecciones en la lista socialista municipal de 1999. Con tan sólo 27 años fue elegida concejal, responsabilidad que repitió tras las elecciones locales de 2003. Su pasión por su pueblo y por la política municipal en general le llevó a asumir funciones sin importale la carga de trabajo. La joven también fue agente de desarrollo local en varias localidades e incluso ahora, pese a que podría estar apartada de la política local por sus responsabilidades en la Junta, sigue manteniendo el contacto con este ámbito como vicesecretaria general del PSOE de Alhama. "Pese a su juventud conoce como pocos las singularidades de la Granada profunda, lo que ha hecho que sea el mayor aval para, por ejemplo, promocionar el turismo de interior en esta provincia", explican algunos de los la conocieron en su etapa municipal, unos años, por cierto, en los que no escatimaba a la hora de recorrer kilómetros para acudir a los numerosos anejos que la comarca de Alhama.

 Su apego al pueblo en el que nació hace que Sandra siga viviendo en Alhama pese a tener su lugar de trabajo en Granada capital. Allí viven su esposo y sus hijos, por lo que no le importa pasar una hora y media diaria en el coche -45 minutos para llegar a la capital y otros tantos para volver a casa- con tal de disfrutar de la calidad de vida que ofrece el campo o, como dirían otros, de la ´tranquilidad rural´.

 Su trabajo sin reparos encontró recompensa en 2004, cuando estaba cumpliendo su segunda legislatura como edil alhameña. La Junta, siempre en busca de jóvenes valores, la ´reclutó´ para hacerse cargo de la Delegación de Turismo, Comercio y Deporte. Desde entonces, su carácter afable le ha servido para mantener una correcta relación con el complicado empresariado hostelero granadino. Ha logrado que reine la paz en el sector, y casi siempre sin realizar demasiado ruido. Unas virtudes que, en los tiempos que estamos, siempre son apreciadas.

JORGE PARADINAS. GRANADA