Un emotivo acto familiar despidió al periodista, esposo, padre, abuelo, tío, hermano…, dejando en el recuerdo los afectos familiares y humanos y su prolífico legado.
Fue el pasado 19 de marzo “Día del padre” y a las doce y media, cuando su hija, Manmen Ramos, depositó las cenizas en Polilla, finca familiar, lugar que adoraba y que le vio crecer junto a su cabra nodriza “Claveles”.
En representación de toda la familia, en el acto de entregar las cenizas a la tierra, su sobrina Carmen, emocionada, quiso recordar a Antonio Ramos Espejo como esposo, padre, hermano, primo, abuelo, tito, chacho, cuñado, suegro… y por supuesto amigo, contando anécdotas de su vida. Anécdotas con su hija Manmen, sus nietos Iván y Paula, anécdotas con sus sobrinos, a los cuales no dudaba en llevarse de vacaciones a Marruecos, Nerja, Disney o a cualquier parte, incluso o a su despacho de redacción.
Se recordó lo que Antonio quería a su Alhama y la ilusión que le hacía traer a compañeros, amigos y familiares a su tierra; bien a pasar un día de tapas, un día junto a su familia o incluso ser jurado en algún que otro festival. Como él decía “Ser de Alhama te aporta desde niño una sensibilidad especial, y la inquietud por conocer la historia de un pueblo que es una síntesis de culturas”.
Antonio siempre iba feliz a todos lados, feliz en el coche cantando con su hija, sobrina o nietos, feliz cuando pudo ir detrás de su Virgen de las Angustias, feliz cuando iban sus familiares a verlo a Córdoba y feliz siendo el periodista y escritor que fue.
Antonio no paraba, iba con su máquina de escribir a todos lados y si tenía un tiempo libre allí que se ponía a escribir
Después de recordar a Antonio Ramos como persona, se pasó a recordar al Antonio Ramos periodista, y contar algunas de sus entrevistas y anécdotas a lo largo de su carrera.
Al Antonio Ramos que no veía nada imposible y que una vez que escuchaba a sus compañeros, decía: “Bueno, pues vamos a hacerlo”. Siempre dispuesto a todo, a colaborar donde hiciese falta.
Se recordó incluso al Antonio Ramos actor. A nivel local participando en diversas obras de teatro en Alhama, así como en la gran pantalla participando de extra en una película en Torremolinos o una serie alemana.
“Yo iba a entrevistar a una de las protagonistas (Marianne Koch) y como iba con mi traje nuevo, me cogieron como médico, porque les faltaba. Yo salía auscultando a la actriz y bajaba las escaleras, me despedía y ya se iban. Me pagaron 5.000 pesetas. Aunque me costó sacárselas, 5.000 pesetas o mil duros, casi tanto como ganaba en un mes haciendo entrevistas por Torremolinos”. Entrevista personal del 5 de octubre de 2007 de la Tesis Doctoral de Quico Chirino y por la que sacó Cum Laude basada esa tesis en Antonio Ramos “Un reportero con pasaporte andaluz”.
Se recordó al Antonio Ramos profesor y lo fascinado que estaba con cómo se había encontrado las aulas al llegar a la Facultad, a una juventud con ganas de saber, de prepararse y de abrirse puertas como profesionales. Les decía que “vivan su momento… la guerra, la dictadura, el túnel de la transición, la democracia, la normalización… Ahora objetivamente, el compromiso está más diluido, más disperso si cabe…. Los mayores queremos que los más jóvenes no pasen por los campos de minas que nosotros hemos tenido que sortear. Debemos alegrarnos que los más jóvenes no tengan que comer pan duro, hacer la mili, ni recibir un bofetón o un correazo para afrontar su destino”.
También se recordó cuando le preguntaron que como se sentía si periodista o escritor a lo que respondió que por encima de todo: “Soy periodista”. Le llamaba mucho la atención esos periodistas, por lo general americanos, que se veían en las películas, ya muy mayores, pero siempre con su bloc de notas al pie del cañón, así le gustaría a él que lo vieran y así ha sido.
Por último y no podía faltar, se recordó al Antonio Ramos “Andaluz” por lo que tanto y tanto ha escrito ya que como él decía, le había tocado sufrir la transición andaluza como ciudadano, por ejemplo; cuando le dijo a su madre que le hiciera una bandera de Andalucía para que ondeara en su balcón de Alhama y una época tan complicada para el andalucismo. Como lo que pasó mucho tiempo después y por un acto similar y que costó sangre y murió el joven García Caparrós. También vivió esa transición como periodista en la que su dosis de rebeldía y su inclinación por los temas humanos, contra los casos de represión salieron numerables libros desde su primer libro “Andalucía: Campo de trabajo y represión”, “Pasaporte Andaluz”, “El caso de Almería”, “Después de Casas Viejas”. Luego vinieron los que giran al entorno de Lorca y Gerald Brenan.
Terminó este entrañable acto familiar con la emotividad con la que empezó, sonando la canción de su amigo Carlos Cano: “Verde blanca y verde”.
Verde blanca y verde. Carlos Cano
También Hijo Predilecto in memoriam
Un artículo de Israel Talavera.