Los amaños en los partidos de fútbol y el dopaje, entre los casos de corrupción más habituales en el deporte



El diario El Mundo dedicó un reportaje a Ignacio Benítez, el día 5 del pasado mes, sobre las jornadas de 'Corrupción y fraude en el deporte. Respuestas jurídicas' que dirigió en la Universidad Internacional de Andalucía. Reproducimos lo publicado por este periódico.


 Detectar y perseguir los casos de corrupción en el mundo del deporte no es una tarea sencilla. Pero el hecho de que en estos momentos sus causas sean prácticamente inexistentes en las sedes judiciales no significa que no existan. Esta es una de las conclusiones que estos días se han desvelado en el curso en torno a las respuestas jurídicas frente a la corrupción y el fraude en el mundo del deporte que se celebra hasta este viernes en la sede Antonio Machado de Baeza.

 El deporte es un mundo en el que se mueven enormes cantidades de dinero, el único movimiento capaz de unir o dividir a miles de personas. Ignacio Benítez Ortúzar, catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Jaén y director del curso, asegura que a la luz de los datos judiciales el deporte está limpio de corrupción. O mejor dicho: los fraudes que se cometen son convencionales y tienen que ver con fraudes económicos o a la hacienda pública, que se desatan en el mundo del deporte como se pueden desatar en cualquier otra actividad humana. Sin embargo, la realidad es bien distinta. "Sí existen conductas fraudulentas", dice. Demostrar que un enfrentamiento deportivo, un partido de fútbol, por ejemplo, ha sido amañado es muy difícil. "Pero existen fraudes de esa naturaleza", añade. El juego limpio, el fair play, muchas veces no es así y la ética desaparece. "En el deporte de alta competición, en el profesional, hay muchos intereses económicos. Ahí es cuando el fair play deja de estar", asegura el director del curso. "Pondré un ejemplo: Descender de primera a segunda división, o ascender de segunda a primera pasa por dejar de percibir muchos millones, o por el contrario ingresarlos. Y si a eso unimos todo lo que rodea a las apuestas deportivas para las cuales el deporte es imprescindible la situación aún es más grave", asegura Ignacio Benítez.Y es que, como asegura el director del curso, en el caso de las apuestas el deporte es algo anecdótico para el sujeto que apuesta desde China o la mafia organizada que apuesta desde cualquier ciudad del este de Europa.

 "Es difícil demostrar corruptelas de esta naturaleza porque el derecho penal necesita pruebas fiables", recuerda el director del curso. En la actualidad, hay solo dos casos abiertos por presunto amaño de partidos de fútbol. "Pero quién nos dice que esa no es una práctica más común de lo que en principio creemos", se preguntan los expertos reunidos estos días en los cursos de verano de Baeza. Lo que ocurre la mayoría de las veces es que un presunto caso de corrupción en la esfera del deporte acarrea un ruido mediático enorme, que al final se diluye como un azucarillo por falta de pruebas incriminatorias. "No hay nada que pruebe o asegure que lo que comenzó siendo un indicio acabe por ser un delito", dice el director.

 El dopaje es otro de los fraudes que arrastra el deporte. Pero lo primero que han hecho los profesores es fijar la definición de dopaje en este ámbito. Superar la ingesta de sustancias prohibidas acarrearía la expulsión del deportista de la competición, pero desde un punto de vista judicial la tipificación es distinta. "¿Qué es lo que protegemos? ¿La salud pública o la salud individual?", se han preguntado estos días los profesores participantes en el curso. "Lo que se dirime es el fraude que arrastra el dopaje. O dicho de otra manera: El dopaje es un tipo de fraude cuyas consecuencias tienen que ser recogidos en el código penal", fija el director del curso.

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