El ciclista alhameño Juan Fernández entrevistado por IDEAL



El Hijo Predilecto, ciclista destacado y director deportivo se asoma a las páginas del diario provincial con esta entrevista.

Juan Fernández: «De Granada saldrán más campeones»

El tres veces medalla de bronce en campeonatos del Mundo de fondo recuerda que la provincia «siempre ha dado grandes corredores»

 El granadino de Alhama Juan Fernández (05/01/1957) disfruta «de la vida» mientras reside en Vitoria, que es donde puede presumir de haberse tratado de una prestigiosa figura en el deporte de la bicicleta.

 Como ciclista logró cincuenta victorias, destacando las tres recompensadas con medallas de bronce en Campeonatos del Mundo de fondo en carretera. Y como director deportivo dirigió a grandes corredores como Tony Rominger o Ángel Casero que le permitieron obtener cuatro triunfos finales en la Vuelta España y otro en el Giro de Italia. De ese pasado glorioso y también del futuro en el que augura «campeones» para Granada se pronuncia en esta entrevista.

- Antonio Jiménez Quiles, usted... ¿qué tiene Alhama de especial para ser tierra de tan buenos ciclistas?
- No sé. Quizás un entorno de montaña o un ambiente limpio, sano y saludable. Y eso es inmejorable ya no sólo para un deportista, sino para cualquier persona. Pero que yo saliera de allí fue circunstancial. Mis primeras andanzas como ciclista fueron en Granada. Para ir al colegio me desplazaba en bicicleta desde Bobadilla hasta Maracena. Ahí nació la afición.

- Y la potencialidad para ser un ciclista que hoy es comparado con Alejandro Valverde. ¿Le gusta el símil?
- Sí. Él es muchísimo mejor corredor en vueltas de lo que fui yo. Pero sus características son parecidas a las mías. Él es un sprinter, capaz de ganar ante treinta o cuarenta ciclistas, como lo era yo. Y en clásicas también presentamos un perfil muy similar.

- Ya se vio en 1980, que es cuando logró en Sanchalles el primer bronce en un Mundial y también su victoria en el Giro. ¿Siente que las grandes expectativas que creó entonces como ciclista del Fosforera las pudo cumplir o se lo impidió la lesión sufrida en la Vuelta España de 1983?
- No, no pude. Tengo esa espinita clavada. La caída que tuve en aquella Vuelta me obligó a someterme a tres operaciones en la rodilla izquierda. Y ya no quedé al cien, porque siempre tenía molestias. Eso hizo que en las rondas por etapas no rindiera bien. Y que me centrara en las carreras de un día. Me resultó motivador pensar que podía ser campeón del mundo.

- ¿A esa mentalización se debe que en 1987 y 1988, los dos últimos años de su carrera, obtuviera otros dos bronces en los Mundiales celebrados en Villach y en Ronse?
- Pues sí. Yo ya estaba en el Zahor y me preparaba para esas pruebas. Sabía que llegado esos días no podía fallar. Prácticamente mis temporadas se centraban en los Campeonatos del Mundo y en el de España, que logré ganar en dos ocasiones (1980 y 1988).

- Entremedias usted también corrió para el Kelme (1981-1982), donde conoció de lleno a Vicente Belda. ¿Le sorprendió su posterior implicación en la Operación Puerto?
- Bueno, el ciclismo vivió una época muy complicada por aquel episodio de dopaje. Yo lo que puedo decir es que tengo un grandísimo recuerdo de Vicente. Era un profesional estupendo. Vivía por y para su profesión. Se entregaba al cien por cien y era un ejemplo de sacrificio y pundonor. Te contagiaba muchísimo su pasión.

- También entremedias usted estuvo cuatro años en el Zor (1983-1986) bajo las órdenes de Javier Mínguez. Una figura clave en su trayectoria...
- Sí. Me enseñó muchísimo. Él fue uno de los grandes directores deportivos de este país. Cuando yo lo fui intenté reflejarme en él. Y aplicar todo lo aprendido táctica y técnicamente.

- En aquella época usted asistió a la explosión de Álvaro Pino. ¿Le sirvió para brillar como gran escudero?
- Sí. Pero más que un grupo con liderazgo Mínguez logró que lo fuéramos de amigos. Creó una familia. Si en un momento Pino era el más fuerte, se le ayudaba a él. Pero si en otro la etapa favorecía a mis condiciones el equipo se volcaba conmigo.

- En ese clima de fraternidad caería como una bomba el fallecimiento en accidente de Alberto Fernández...
- Sí, fue horrible. Nos marcó mucho. Nos costó recuperarnos de aquel palo. Le queríamos muchísimo. A nivel deportivo pudo haber logrado mucho.

- Al año de retirarse se convirtió en director técnico. ¿Qué le parece la opinión de que usted fue mejor en esa faceta que en la de ciclista?
- Je, je, la respeto. Fue una etapa muy buena. Guardo un grato recuerdo porque lo llegué a ganar casi todo. Me quedó la espinita del Tour de Francia, pero aun así estoy muy satisfecho.

- ¿Le tocó vivir un ciclismo distinto al que ya conocía?
- Totalmente. Me encontraba en un ámbito completamente diferente. Sobre todo, en aquellos años, donde el director deportivo hacía de todo. Pero fue muy gratificante.

- Estando usted al frente del Clas, luego fusionado con Mapei (19891996), Tony Rominger le hizo ganar tres Vueltas a España (1992, 1993, 1994) y un Giro (1995). ¿Es el mejor ciclista que pasó por sus manos?
- Sin duda. Era un ganador nato. Vencía en cualquier tipo de terreno. Fue uno de los corredores más completos que hubo en la historia del ciclismo.

- En aquella etapa también dirigió al doble campeón de España Abraham Olano. ¿Más que el positivo por cafeína que dio en 1994 le perjudicó la comparación con Induráin?
- Yo creo que no. Él siempre trató de hacerlo lo mejor posible conforme a sus capacidades. Intentaba superarse en vez de compararse con nadie.

- Al mando del Festina usted también hizo campeón de la Vuelta a España a Ángel Casero (2001). Un ejemplo de ángel caído por los problemas económicos que tuvo después...
- Él brilló a una gran altura en los años en que estuvo conmigo o con Mínguez. Iba muy bien en contrarreloj y en montaña se defendía. Sufrió mucho el fallido cambio al Coast.

- Casero también 'cayó' en la 'Operación Puerto'. ¿Tiene la sensación de que el dopaje existió siempre, aunque antes se conociera menos?
- El dopaje en el ciclismo, como en cualquier otro deporte, ha existido siempre. Pero pienso que ya se está erradicando. Se ha escarmentado mucho. Directores deportivos y médicos van por un camino transparente.

- A usted ya le tocó llevar a cabo una limpieza en el propio Festina (19992001), seno de una gran red de dopaje previa al Tour de 1998...
- Sí, me encargué de todo con el compromiso de que cualquier tema de doping que viera debía denunciarlo. Para mí fue un gran reto. Y por fortuna Festina pudo seguir tres años más.

- También lo es que vuelva a brillar el ciclismo granadino. ¿Qué le dice que no haya ningún corredor de la tierra en un equipo de Primera?
- La crisis y el dopaje le han hecho mucho daño a España, donde sólo queda un equipo de máxima categoría. Y las consecuencias de ello la pagan los de abajo. Desconozco cómo está ahora el tema amateur en Granada, una provincia que siempre ha dado grandes corredores. Pero estoy seguro que saldrán más campeones.

SERGIO YEPES. GRANADA
IDEAL Granada Página:48 Publicado:19/10/2017