Tras un par de días de dudas al final decidieron que sí, que salían a hacer lo que más les gusta y mejor saben hacer. Tocar música.
O una de las cosas que más les gusta y mejor saben hacer, si hemos de hablar con propiedad. El caso es que decidieron salir a la calle fuera de los eventos programados, por su cuenta, para regalar a la ciudadanía un pasacalles de música popular y propia de estas fechas, y para regalarse a ellos mismos un magnífico rato de convivencia, amistad, compañerismo, risas y músicas. Que fue lo que pudo compartir todo el que desafiando al fresco de la noche quiso acompañar a los miembros de la banda a lo largo de su recorrido por las calles de nuestro pueblo y por los temas, nacionales e internacionales con que se suele amenizar estas fiestas.
A las ocho y media se reunían en la Plaza del Rey, para seguir hacia Duque de Mandas, concretamente a la altura de la ‘Cafetería 25’, que fue donde los localizamos. Allí, interpretaron parte del repertorio, hicieron los honores a la botella de excelente vino del terreno que les habían obsequiado y prosiguieron hasta detenerse en las cercanías de la gasolinera, lugar en el que se hizo otra parada para tocar, intercambiar risas, bromas y alegría.
Calle Fuerte arriba hasta parar a la altura del Bar del Tigre, done hubo nueva parada, interpretaciones y tientos, no musicales, a las botellas, que no tocaron tientos sino que dieron unos tientos. A unos pasos y en Casa Ochoa continuó la fiesta musical con nuevas interpretaciones y con una muestra del no tan fácil arte de beber en porrón.
El nuevo destino fue el Bar la Placeta, lugar en el que se cambió un poco el tono musical para interpretar el pasodoble Paquito el Chocolatero, entre otras piezas no exactamente invernales.
De allí se dirigieron hacia el Mesón en el que finalizó este recorrido musical y festivo y este regalo de fiestas de invierno que se hacían a ellos mismos y hacían a quiénes con ellos querían compartirlo.
Y todo esto sin apenas preparación, dos días, pero con todo el entusiasmo y amor por la música a que nos tiene acostumbrada la gente de la EMAG, que este año además de los actos oficiales programados por el Ayuntamiento, han querido festejar las fiestas con un acto sorpresa en el que destacó el buen humor, el compañerismo, la amistad, la buena música y la alegría.
El repertorio fue el siguiente:
- Blanca Navidad
- Pero mira como beben
- Canta, ríe, bebe
- San José bendito
- Cabalgata real
- Campana sobre campana
- Ande, ande, ande
Por cierto que tocaron con auténtico ángel (gracia, simpatía, encanto) dos, a falta de uno, que el reportaje gráfico no miente.
Lo que debemos agradecer a la gente de la EMAG, como tantas otras veces en las que la medalla se las han puesto otros, que no sé si me explico.
Redacción gráfica: Prudencio Gordo