Los mayores del centro de día de Alhama revitalizan la fiesta participando de la misma.
La florida cruz en el patio central del centro de día hermosea con la luz que directamente pasa a través de la cristalera, y sus colores se hace más vivos combinados con los mantones de manila y el cobre que, junto al resto de la ornamentación circundan un espacio muy elaborado para la ocasión. La guitarra, el vino, las aceitunas y el jamón que, aunque sean parte decorativa, muestran sin embargo la invitación a la fiesta. Es la bienvenida que recibe cualquier persona que haya querido participar de la tarde con los mayores de Alhama.
Llegamos a las siete, como si el olor del chocolate que se repartía nos hubiese llegado hasta la redacción y nos indicara que era la hora de la merienda, chocolate espeso y sabroso, de ese que guarda el calor y al que hay que soplar hasta el último trago, y, al que acompañado con unas magdalenas de la tierra nos traslada al recuerdo de cualquier época se tenga la edad que se tenga, porque te vuelve niño con los dulces y con los sabores tradicionales, los sabores de siempre, los sabores que han marcado nuestra línea de la vida, los sabores que siempre apetecen y agradan, y mientras, entre trago y trago, soplando el chocolate y mordiendo la magdalena el cruce de palabras con las personas que conocemos de siempre, las que forman igualmente el paisanaje de toda la vida.
Mientras Indalecio Canónigo y Salvador Pérez afinando instrumentos, preparando las partituras, organizando los cables y acondicionando el espacio musical, para, después de la merienda empezar con el baile. Los miembros de la actual junta directiva primero repartiendo y luego recogiendo, hay que dejar espacio para la pista de baile, ha sido todo un día de preparativos y de actividad frenética para que todo esté listo y que la fiesta luzca los mejor posible, que para eso muchos de los socios se han ataviado con los trajes típicos de este día, y es que están estupendas con el color y el olor de la fiesta y las ganas de pasarlo lo mejor posible, de participar y de bailar, y también de estar sentados si es lo que apetece, compartiendo un rato de animada conversación con amigas y vecinas.
Son nuestros mayores del centro de día, en este tres de mayo de 2018.
Juan Cabezas