La boda de Inma y Pedro volvió a repetirse el martes, 23 de septiembre, en el centro ocupacional de discapacitados de Alhama rodeados de cariño.
Que cada uno recibe en la medida de lo que da es una verdad innegable. Nos comentaban Inma y Pedro que su compromiso matrimonial no habría estado completo de no haberlo celebrado también con los usuarios del Centro Ocupacional de Discapacitados de Alhama, con el que Pedro colabora y del que fluye un cariño recíproco.
Así pues, este martes, y antes de iniciar el viaje de novios, la celebración volvió a repetirse en este centro, una celebración a la que nadie más estaba invitado, porque estaba reservada para estos amigos de los novios, pero en la que nos colamos abusando de la amistad, y porque estos gestos no pueden pasar inadvertidos, entre otras cosas porque dan testimonio de la valía de las personas.
En el centro los estaban esperando como corresponde, les hicieron el pasillo con el arroz preparado y volvieron a escucharse los vítores de ¡vivan los novios!. Todo fueron besos y abrazos en una cita a la que los novios llegaron con un arsenal de regalos, viandas y chuches para pasar una mañana compartiendo su felicidad con quienes reparten afecto. ¡Que se besen, que se besen!, toda una repetición de la ceremonia con discursos que volvieron a emocionar en algún momento a los novios y que les hicieron pasar unos momentos muy entrañables.
El centro, por su parte, les regaló a los contrayentes una canastilla con productos de los que hacen ellos.