El pasado día 17 nos hacíamos eco de la noticia de la muerte de Miguel Padial Martín, el que fuera el último superviviente de la guerrilla de la Agrupación de Granada tras la derrota de la República en 1939. Hoy en la Federación Estatal de Foros para la Memoria lo recuerda uno de sus amigos, que le dedica una carta que reproducimos en su totalidad, y gracias al cual hemos recuperado la fotografía de este alhameño desconocido para sus paisanos.
A mi amigo el Guerrillero Miguel Padial
Y me queda mi bandera republicana, en la que quedó escrito para siempre “Con cariño de Miguel Padial guerrillero de Granada, a su amigo Luis” y firmado Luis García Bravo (Foro por la Memoria de Cádiz, 22-10-07)
22/10/2007.- Aquel sábado 1 de diciembre de 2001 decidí ir con mi coche, y junto a mi hijo David, hasta El Viso (Córdoba), con anterioridad había intentado buscar algún lugar donde poder quedarnos pero fue imposible, todo estaba lleno, así que tuvimos que reservar habitación en Pozoblanco, el pueblo mas cercano a donde se iba a celebrar el primer encuentro sobre “La Guerrilla Antifranquista en Sierra Morena”.
Los actos que tuvieron lugar entre los días 1 y 2 de diciembre de 2001, comenzaron en la mañana del día uno, terminó la jornada de aquel día con la proyección del documental de “La Guerrilla en la Memoria”.
Cuando llegamos después de un viaje algo cansado, a causa de la niebla a Pozoblanco, solo nos dio tiempo a soltar el equipaje y a salir hacia El Viso. Una vez en la Casa de la Cultura ya había comenzado el documental, entramos con el mayor sigilo posible para no molestar en la sala, y nos sentamos por fin cómodamente para ver el documental. Los nervios del viaje y la tensión de conducir bajo la niebla se fueron apagando, para dar paso a la incertidumbre y la ilusión que me había llevado hasta allí, que no era otra que el conocer a aquellos hombres que habían luchado en los montes de toda nuestra geografía, “Los Guerrilleros”, de los que yo había comenzado a investigar en la provincia de Cádiz y Serranía de Ronda, Los Guerrilleros antifranquistas, últimos soldados republicanos que durante tantos años habían mantenido la lucha armada contra un régimen impuesto.
La verdad que aunque me interesaba el documental mi mirada estaba más atenta al lugar de las filas delantera donde ya intuía que estaban sentados los guerrilleros, mi ilusión por conocerlos era tan grande que se me hacia interminable el documental. Después de haber visto con posterioridad el mismo documental docenas de veces comencé a darme cuenta de que no era tan largo.
Cuando terminó la proyección y se encendieron las luces me puse en pie, desde el lugar en donde me había sentado se veía perfectamente a los guerrilleros, casi como un niño no paraba de decir a mi hijo las ganas que tenia de poder hablar con ellos, cuestión esta que dado la cantidad de personas que asistieron al acto, era casi imposible el poder llegar hasta las primeras filas para presentarme a la secretaria de la asociación AGE que era la única persona con la que había conectado y a la que aun no conocía personalmente, auque si habíamos hablado en bastantes ocasiones por teléfono y estaba esperando nuestra llegada.
No recuerdo bien si fue antes del debate que venía a continuación de la proyección del documental, o después de haber terminado este, cuando por fin pude bajar hasta las primeras filas donde todos los presentes querían conocer a guerrilleros, historiadores y a cuantos componían la organización, pronto supe quien era la secretaria y haciéndonos paso llegamos hasta ella mi hijo y yo, recuerdo que al presentarme exclamo, hombre tu eres Luís que alegría que ya estéis aquí. Le presente a mi hijo y era tan grande el barullo que había alrededor de todos ellos que a pesar de que ella quería presentarme a todo el mundo era imposible. Por fin me pudo presentar a alguno de ellos y recuerdo que llamó a Miguel Padial y le dijo; “mira ellos vienen de Algeciras”, Miguel me dijo; “ yo soy de Granada”, pero en aquel barullo era prácticamente imposible poder hablar y optamos por mezclarnos entre los demás y esperar al día siguiente.
Terminados los actos de aquel día regresamos a Pozoblanco para descansar y tras cenar nos acostamos con la intención de despertarnos temprano para estar cuanto antes en El Viso para el comienzo de los actos del día siguiente.
Salimos de Pozoblanco muy temprano, tan temprano que cuando llegamos al lugar de los actos no había ni un alma, es mas, la casa de la cultura ni había abierto al publico. Aparcamos el coche y nos fuimos andando hacia un bar para desayunar, cuando entramos en el bar apenas había nadie, solo algunos vecinos desayunando, nos sentamos en una mesa y nos dispusimos a hacer lo propio, al poco rato comenzaron a entrar grupos de personas que ya si nos eran familiares, por haberlas visto el día anterior en el lugar de los actos.
Llegó un segundo grupo y ese si me era más familiar, pues en el venía Miguel Padial que me había sido presentado el día anterior, él ya era mi referente por saber que había pertenecido a la guerrilla de Granada. Se sentaron en una mesa y nos dieron los buenos días como si nos conociéramos de toda la vida, yo le dije a mi hijo lo que me gustaría poder hablar con ellos pero la verdad que no me atrevía a molestarles solo miraba para el lugar donde estaban. Por fin creo recordar que fue Miguel quien se dirigió a nuestra mesa y tras entablar conversación con nosotros nos fue presentando a cuantos componían el grupo, Amada su compañera y a los demás, convirtiéndose en el anfitrión. Mientras charlábamos e iban entrando los demás guerrilleros nos los iba presentando, yo al igual que mi hijo no podíamos creernos que nos estábamos haciendo fotografías y charlando con todos ellos.
Así fue como tanto yo como mi hijo entablamos una conversación con uno de aquellos hombres que habían combatido en las sierras, Miguel Padial, quien quizás intuyendo que estábamos deseando inmortalizar aquel momento, dijo vamos a hacernos una fotografía juntos, parecía que el viejo guerrillero me leía el pensamiento e intuía que eso es lo que yo mas deseaba en ese momento.
Ese fue mi primer contacto con todos ellos a quienes quiero con todo el corazón pues desde aquel encuentro en El Viso de Córdoba, algo nos ha tocado andar y vivir juntos. Ellos son para mi como parte de mi familia y así los considero. Podría estar hablando de cada uno de ellos horas, de cuanto me han enseñado con sus formas de ser y actuar, de la historia de cada uno de ellos, y del dolor que me produce cuando a alguno el reloj implacable de la vida se les para.
Pero hoy me toca hablar de uno de ellos a quien el reloj de la vida se le ha parado, de mi querido amigo Miguel Padial, aquel hombre sencillo que en un bar de El Viso, se levantaba de su silla y se dirigía a mi y a mi hijo y con su peculiar voz de tono bajo y amable me dijo “Bueno hombre, paisano de donde habéis venidos”.
Recuerdo la gran alegría que le produjo el saber que éramos de Algeciras, pues Miguel estuvo trabajando en las fortificaciones de la costa hasta la parte de Faro Camarinal, luego actuó con la guerrilla de Granada. Miguel y yo conectamos enseguida y nuestras conversaciones siempre fueron alegres, con el estuve en muchas ocasiones, recuerdo el abrazo tan cariñoso y fuerte cuando llego a Algeciras y vio que lo que le había prometido a todos ellos cuando nos conocimos en El Viso, que organizaría unas jornadas en Algeciras, se cumplía. Fue al año siguiente, nada mas llegó a Algeciras me abrazó y me dijo; “bien paisano, con dos cojones, lo has conseguido”, me contaba Miguel cuando hablábamos por teléfono y me decía que Amada, su compañera, y él nunca olvidarían aquellas jornadas en el Algeciras celebradas el 12,13 y 14 de abril de 2002.
Meses después en octubre de 2002, en otras jornadas cuando hablaba con él me decía que le estaban fallando las piernas pero que había que seguir en la lucha, no cabe duda que ha sido un luchador hasta el final, al igual que lo son todos sus compañeros, por eso quienes hemos tenido la gran suerte de conocerle a él y a los demás guerrilleros y guerrillera tenemos el deber ineludible de seguir ayudándoles en esta lucha que ellos están llevando, y en la que únicamente les puede vencer el reloj implacable de la vida. Ya mi amigo Miguel Padial no podrá estar más con nosotros pero si queda entre nosotros su recuerdo y el cariño, yo nunca olvidaré los ratos que hemos tenido de charla, esas llamadas telefónicas para saber como seguía yo y los míos.
Se que como otros compañeros suyos guerrillero que también se les paro el reloj de la vida, os habéis ido luchando hasta el final y con el sabor de la ingratitud dejado en vuestros corazones, por quienes deberían desde hace mas de veinte años haberse planteado vuestro reconocimiento jurídico y la anulación de todos los procesos por los que fuisteis condenados, a presidios, fusilamientos en el monte y en las ciudades.
Al parecer los oídos se han vuelto sordos y no escucharon tu voz y las de tuscompañeros, la voz de quienes lucharon y defendieron la cultura del pueblo y que aprendieron a luchar con el fusil y el libro, la voz de quienes lucharon hasta el último momento por defender la Republica y la libertad, la voz que como susurros mecidos por el viento en cada hoja y rama de las sierras de España pide justicia por los últimos soldados de la Republica Los Guerrilleros Antifranquistas Españoles.
Me toca decirle hasta siempre a mi amigo Miguel Padial, pero me queda tu recuerdo y la sensación de su mano aferrada a mi brazo subiendo la calle empinada de un pueblo de la sierra, camino de un cementerio donde delante de una tumba se inclina la bandera Republicana a quien fue un luchador por la libertad, me queda tu sonrisa, tu rostro con lagrimas emocionadas, tu voz emociona y temblorosa en aquellos momentos que nos hablasteis a quienes estábamos presentes.
Y me queda mi bandera Republicana, en la que quedo escrito para siempre “Con cariño de Miguel Padial guerrillero de Granada, a su amigo Luis” y firmado. Pero hoy amigo mío al ver tu firma en la bandera la emoción ha invadido de lagrimas mis ojos y es que recordaba el momento en que tu plasmaste la firma en mi bandera Republicana.
Pero como te prometí a ti y a tus compañeros yo tampoco dejare la lucha y siempre te tendré en mi recuerdo y en mi corazón, hasta que en algún lugar nos volvamos a ver y con tu voz tenue me digas hola paisano, y yo te diré hola amigo y volverá a hacer como aquel día 2 de diciembre en un bar de El Viso donde se conocieron dos amigos que se quisieron de corazón.
Hasta siempre, Camarada
Gracias por tu amistad Salud
Luis García Bravo
Foro por la Memoria de Cádiz, 22-10-07
En la foto Miguel Padial, a la izquierda) con el autor de este escrito Luís García Bravo
* Su lugar en Ausencias