Este sábado, día 9 de abril, a las doce de la mañana, en el salón de Plenos del ayuntamiento alhameño, tendrá lugar el acto de entrega del Título de Hijo Predilecto y de la imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad a Antonio Ramos Espejo, acto público al que puede asistir quien lo desee..
Concretamente, fue el Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Alhama, en sesión celebrada el 25 de Junio de 2020, por unanimidad de cuantos lo constituyen, acordó nombrar Hijo Predilecto de la Ciudad, y, por lo tanto, como corresponde y conlleva esta máxima distinción de la ciudad, otorgarle la Medalla de Oro de la misma, a Antonio Ramos Espejo en reconocimiento a toda una vida de excepcional periodista a nivel regional y nacional que sobresale, especialmente, por ser considerado uno de los grandes renovadores del periodismo en nuestra Andalucía.
Conozco a Antonio, como se suele decir, de toda la vida, su madre y la mía fueron inseparables amigas, y la diferencia de edad entre ambos -mi gran amigo era de niño y en los primeros años de juventud su entrañable hermano Miguel, Michel para nosotros-, pronto quedó atrás en los primeros años de juventud. Compartimos gustos literarios y hasta estrenamos conjuntamente obras de teatro. Mis dramas pusieron en evidencia su calidad de actor y sus piezas breves reflejaron su inteligencia y talento para escribir y llegar a los demás. Creado el Festival Músico Teatral, el domingo de Resurrección de 1966, estrenamos en la iglesia del Carmen, cuando aún estaba ocupada por la vieja maquinaria harinera que allí se pasó toda una vida, o en el mismo Cinema Pérez, aquel 4 de enero de 1969,con la puesta en marcha de la Agrupación Artística del Carmen, con dos funciones y luego un recorrido comarcal que comprendió Santa Cruz y Zafarraya, con obras de los dos, los dramas míos -auténticas piezas teatrales al estilo más lacrimógeno- y los sainetes suyos -llenos de gracia y referencias a conocidos-.
En 1967, con la mili ya realizada por él, a mi me quedaban unos años para ir, incorporado yo ya al periódico “Sol de España” y él en Málaga, pensando entonces concluir estudios de Filosofía y Letras, se inclinaba por dedicarse a la enseñanza, cuando mi director, el gran periodista Cándido Calvo, nos dijo en la redacción que se necesitaba un redactor para efectuar la página diaria de Torremolinos, le dije que yo tenía una persona apropiada para ello. Confió en mí -mi inolvidable José Luis de Mena me echó una mano en esto como lo hizo hasta para que yo me vinculara de por vida con Málaga- y al día siguiente, entrevistándose con Antonio, observó que sí, que era la persona apropiada para ello.
Saludo de los protagonistas de mi drama, en abril de 1966. De derecha a izquierda, Conchi Castillo Zamora, Antonio, Manoli Cerezo Retamero, Álvaro Molina Jiménez e Ichi Velasco Martel, en la entonces abandonada como almacén, iglesia del Carmen
Antonio comenzó a realizar a diario su página, y pronto, muy pronto, viviendo más la noche que el día, lo exigía la realidad turística y festiva del Torremolinos de la época, sorprendió a todos por su buen escribir y olfato periodístico. Los fines de semana que no vine a Alhama, fue porque me iba con él a echar el día en el apartamento que se había alquilado en el mismo corazón de aquel Torremolinos inigualable abarrotado de turistas del mundo entero, donde sí era cierto la abundancia de rubias y atractivas suecas, aunque más de una fuera de Ciudad Real o de la misma barriada de Ciudad Jardín de Málaga.
¿Quién nos iba a decir a mí y a él mismo que, de este modo tan circunstancial, se abría la vida vocacional y profesional de uno de los mejores periodistas de toda la historia de Andalucía? Además, con una veintena de libros todos ellos singulares, por los temas que ha ido abordando y la forma de culminarlos. Conseguidos trabajos de investigación e inteligencia, revolucionando el periodismo tanto en redacciones así como fuera de ellas.
Pronto, pasados un par de años, se le quedó chico Torremolinos y el mismo “Sol de España” -y eso que era el nuevo periódico avanzado y prometedor de Andalucía- y, de buena a primeras, un día me dijo que se marchaba para el extranjero, a Roma, a la aventura pero sabiendo bien lo que se hacía. Una vez allí, se entera que al frente de la Agencia Efe estaba el periodista granadino Melchor Sáiz-Pardo, de tan grato recuerdo. Éste observa rápido las cualidades excepcionales de Antonio y, además de hacerse buenos amigos, disfrutan y gozan de lo que es el periodismo en libertad real en aquellos años. Cuando al segundo le nombran director de nuestro siempre querido “Ideal”, toda una sorpresa por su juventud, requiere a Antonio que ya ejercía como corresponsal de “Ya” en Roma.
Antonio Ramos, como vicepresidente del Comité Organizador del II Festival de Alhama, con Antonio Moreno Cabello secretario general, el presidente y las madrinas de esta edición Ascensión García Santaella y la hija del Gran Carrete
Antonio acepta y pronto lo tenemos como un reportero esencial en aquella nueva etapa de este diario, como escribe nuestro compañero Andrés Cárdenas: “En Granada se convierte en un reportero para la cadena EDICA. Tan pronto elabora un reportaje sobre los vendimiadores que se van a Francia como recala en Alemania a escribir sobre los emigrantes españoles”, o se introduce y recorre el mismo “manicomio” de Granada para ver como es la vida y atención de los enfermos mentales graves, alguno de ellos como mi mismo hermano Félix Luis, buen amigo de él y que más de una madrugada veraniega les cogió a ambos charlando en el Paseo de Alhama de las cuestiones más diversas.
Además, sus reportajes en la “rebelde” revista “Triunfo” son todo un ejemplo del mejor periodismo de denuncia, valiente y claro. Como cada uno de sus libros, por ejemplo el dedicado al “Caso Almería”, exponiendo hasta su integridad física, ó los muchos dedicados a Federico García Lorca, espoleando a toda la hipócrita sociedad andaluza y española, dejando en pelotas a más de uno con las verdades que nadie se atrevía a encontrar y menos a difundir, haciendo participe de la evidencia, de la injusticia de todo orden, a miles de lectores para que no siguiesen a oscuras o aborregados.
En el verano de 1968, en mi mesa de la redacción de “Sol de España” en Málaga
Necesitaba más horizontes que le imponía su forma de ver la esencia de un nuevo periodismo, participa decididamente en la creación de “Diario de Granada”, en 1982, que lo dirige durante prácticamente durante los tres años de vida que tuvo. Le llaman para dirigir el diario “Córdoba”, lo que hace durante trece años, con excelente acierto, para después marcharse a Sevilla para dirigir “El Correo de Andalucía”, y aprovechar para preparar su doctorado y dar clases en la Universidad, lo que consigue y se convierte en inolvidable profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla con decenas y decenas de alumnos que jamás le han olvidado y se sienten muy orgullosos por haberle tenido como inigualable maestro en el auténtico periodismo.
No sólo es un magnifico periodista que todos respetan y admiran como un número uno de Andalucía con proyección hacia toda España, sino que se convierte también en maestro de periodistas excelentes, en ocasiones, sin estar éstos en su redacción como tantos otros que tuvieron la suerte de tenerlo cerca profesional y vocacionalmente.
En la entonces Peña Malaguista, en el centro junto a José Luis de Mena y yo, tras la celebración de una nueva edición de la revista oral “Atalaya”
Y Alhama, siempre la tuvo presente. Recuerdo sus reportajes semanales de dos y tres páginas dedicadas a los pueblos de Málaga y, entre los mismo, metió a Alhama a la primera de cambio. Siempre su especial colaboración en todos los actos culturales que poníamos en marcha y organizábamos, fue en varias ediciones vicepresidente del Festival de Alhama, el primero que me apoyó periodísticamente con aquél artículo, que jamás dejé de agradecerle, de “Andrés García Maldonado y el Festival de la Canción”, el logro de fines de fiesta muy dignos e interesantes de artistas que triunfaban en la Costa del Sol y que los traíamos a Alhama realmente a cambio de unos reportajes en nuestro periódico, llegando hasta a atenderlos en su propia casa. La realización de la I Exposición Poética, en los primeros días de enero de 1968, con poemas de ambos, así como su interés y preocupación por todo lo de nuestra tierra, formando también parte de la primera etapa de los años setenta del Patronato de Estudios Alhameños ¡Con cuanto cariño preparó su casa de Alhama para seguir viniendo siempre que le fuese posible!
Y llega el tiempo de los reconocimientos institucionales, tuve el honor de, como presidente de la Asociación de la Prensa de Málaga y la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa, en nombre de la totalidad de entidades de prensa y periodistas andaluces, ser el primer firmante para que se le concediese la Medalla de Andalucía en 2006, un merecido galardón que fue solicitado por cientos de personas, cuando ya diversas entidades le habían otorgado sus máximas distinciones. Como cuando el Patronato lo nombra “Alhameño del Año” en 1997, o la Asociación de la Prensa de Málaga le concede su Medalla de Honor por su trayectoria ejemplar como periodista que se inicio en la provincia malagueña.
En la entrega del “Premio Alhameño del Año de 1997”
Cuando se dice que lo que somos es memoria, no es cierto que esto se refiera al recuerdo de lo meramente vivido, si no a lo mucho que hemos hecho, conseguido y dejado para los que nos acompañan o suceden en el constante caminar y, en este caso, puedo afirmar y afirmo que como Antonio Ramos Espejo ha creado y elevado la cultura andaluza por medio del periodismo, en todos sus facetas y diversidad de medios, incluidos sus muy conseguidos reportajes y programas en televisión, o la misma “Enciclopedia General de Andalucía”, muy pocos. Por ello, es un honor compartir con él el llevar a honra y gala la distinción que tan justamente se le otorga.
Querido Antonio, como te decía hace un tiempo, ya somos hermanos también como Hijos Predilectos y Medallas de Oro de esta noble y leal ciudad nuestra, donde nos encarnaron y parieron nuestras respectivas madres y lo que nos gratifica serlo con Antonio García Trevijano (Q.e.p.d) y mi hermano Juan Manuel, Juan Manuel Brazam -los cuatro nacidos en la calle Enciso, curiosidades de la vida- con quien siempre compartiste amistad y admiración mutua por vuestras singularidades en vuestras entregas vocacionales.
Con sus compañeros de los que fue El Diario de Granada, en 2019
Y todo esto recordando, a la altura de nuestros años, que hemos vivido con la suerte de llevar a cabo tantas y tantas de nuestras ilusiones y esperanzas. En su caso, el conjunto de su obra es realmente singular y, por fortuna, en prácticamente toda su gran extensión, se está disponiendo -digitalizando- de tal forma que se conservará para siempre, todo ello bajo la dirección de ese gran compañero y amigo que siempre fue suyo y viceversa él de él, Manuel Gómez Cardeña.