Ya hace 27 años, cuando tuve noticias de él, me sorprendió como excepcional persona que un día comenzó a andar por esos mundos, todos los alcances de cualquier ser humano en esta vida, y nos ha dado un ejemplo de una forma de vivir la existencia aprendiendo y enseñando ejemplarmente de seres humanos de todas las latitudes de esta Tierra. Merece la pena seguir su trayectoria y saber de sus experiencias singulares, especialmente con la radio por todos los continentes.
Entonces, en 1994, en nuestra querida e inolvidable publicación mensual “Alhama Comarcal, en la edición dedicada al mes de junio -para los que la conserven- el título del artículo a doble página era “Juan Franco Crespo, enseñanza y radio humanitarias”.
Viene siempre que puede por Alhama y, por donde va, cuando le hablan de su origen no olvida ni Alhama, ni Andalucía, y menos aún España, siendo su lugar de residencia desde hace tantos años Cataluña, en concreto en Valls, población de la provincia de Tarragona.
SU VENIDA A ESTE MUNDO
Arriba, el primero por la derecha, con sus compañeros de clase y su profesor, mi inolvidable amigo Juan Castro Valladares.
Vayamos al inicio de su vida: “Nací un 19 de mayo de 1953 –nos dice- en el Callejón de la Parra número 5 [actualmente 7] donde también lo hicieron el resto de mis hermanos y hermanas. Era una época donde los niños llegaban “con la cigüeña” y en casa, o sea no había posibilidad de cambio, ni de niños robados y otras milongas posteriores”.
Sus padres fueron Diego Franco Portales y María Crespo Crespo; abuelos Juan Franco Rodríguez –nos recuerda la pena que le dio observar que, el sibanco, con sus iniciales, se eliminó de la que fue su casa materna- y Natividad Portales Navas. Maternos Juan Crespo Jiménez y Trinidad Crespo Benítez. A él, desde bien chiquito le enseñaron aquello de los ocho apellidos, para todos los efectos: Juan Franco Crespo, Portales-Crespo, Rodríguez-Navas, Jiménez-Benítez, a los que podría añadir Moreno-Ávila. Sus hermanos de mayor a menor Natividad, Rafael, María, [Juan, o sea: él], Mario, Trinidad Franco Crespo [vive en Asturias y su hijo ha sido destinado como jefe de la Oficina Comercial de España en Ciudad Ho Chi Minh-Vietnam]. Cabeza y cola no están en Valls, donde viven los cuatro centrales.
De joven, en Madrid
Su vida transcurrió por mil vericuetos, aunque es fácilmente rastreable. Digamos que su infancia feliz fue vivida en esa casa del Callejón -que compartía con la familia de su tío Cristóbal, o sea: Josefina, Antonio y Jesús que están todos también en Tarragona-, el Cortijillo Ponche [otra familia numerosa de la época José García y Teresa Pinos, cuyos hijos son Teresa, José María, Paqui, Rosario, Juan Miguel y María Ángeles García Pinos] que aún pervive, en solitario, allá en la loma y que tantas veces nos cobijó a nosotros [o al revés en el callejón a ellos que allí recibían la correspondencia]. Digamos que todos esos tajos de Mariano Pérez fueron su particular patio de juegos “que, en verano, nos obsequiaba con la frescura de las alamedas y la siempre gratificante e inolvidable Acequia Alta. ¡Dios mío, cuánto abandono en la actualidad!”
“De ahí pasaríamos al Cortijo Portón [abuelos maternos], luego al Cortijo de las Cuadras con las tierras que labraba mi padre y, finalmente, El Robledal al que mi tía María Teresa Márquez, prácticamente, me llevaba todos los años de aquella infancia donde el caminar libremente nos parecía algo extraordinario y nos llevaba tan lejos a pesar de los pocos años que teníamos, las distancias se calculaban por horas y por el sol”, nos recuerda.
En tiempo de 'mili'
Las primeras letras las recibió de la imborrable Sor Josefina, en las Hermanas Mercedarias de la Carretera de Granada [actual residencia de la tercera edad u Hogar de San Jerónimo], siguió un año con don Juan en las aulas del paseo [tú también tienes una buena anécdota con las rejas -me recuerda, cuando metí la cabeza acabándose el recreo para volver de donde me había escapado y me quedó el cuerpo que ni para dentro ni para fuera], don Epifanio y don Juan Castro Valladares en las Escuelas del Callejón o Conde de Tendilla. Ahí, a los diez años, rendía los exámenes para el entonces certificado de Estudios Primarios que ya recibiría con 11 años cumplidos y firmado por el entonces veterinario don Francisco Verdejo Benítez, don Juan Castro y él mismo. Eso se realizó en un acto público en 1964 en el inolvidable Cinema Pérez. Nos encanta a ambos la película “Cinema Paradiso” que, en cierta medida, reflejaba parte de esa infancia, nuestra, feliz, imborrable: los niños éramos niños y nuestras cuitas nos las teníamos que cuidar solitos]. Fue la época en que también comenzó a frecuentar la biblioteca que, entonces, regentaba Manolo Melguizo, primero en los bajos del Ayuntamiento y luego en el lamentable edificio que hace unos años fue derribado; digamos que ahí se fue formando su mente viajera y un relato que le marcó fue “Un viaje a la India y Ceilan” de Rudyard Kipling, un tocho de casi mil páginas que le atrapó y le llevó a unos mundos como sólo la literatura bien combinada con inteligencia e imaginación es capaz de transportarnos.
En San Bartolomé, Caribe
NIÑO DE TELÉGRAFOS Y DOS INOLVIDABLES JEFES
“En esa inigualable etapa, laboral y formativa, que nos hacía adultos antes de nuestro tiempo cronológico y que, visto desde la distancia que da la experiencia de la vida, fue toda una bella época]”. “A los diez años esas aventuras fueron disminuyendo -nos comenta- no porque no me gustasen, sino porque ya me tocó entrar en la rueda de la fortuna de la vida laboral [lo que cambian los tiempos ahora tienes 30 años y no te sacan de casa ni con agua hirviendo y un buen puñado de haraganes prefieren la sopa boba de la ayuda a hincar el lomo], comenzaba la parte laboral como “niño de telégrafos” [ya habían pasado mis primos Retamero Franco y Franco Ruiz] donde sería la tercera pata de la familia endición. En esa época tuve dos jefes: Ricardo Medina de la Torre [su padre había sido el Portero del Ayuntamiento y tú te debes de acordar de la gracia que le hacía a la chiquillería cuando rajaba el balón que caía en sus manos en el patio del Cuartel] y Miguel Ibáñez Sánchez que se casó con María del Carmen Velasco Delgado”.
Tres días antes de la mayoría de edad, rendía exámenes para la entonces categoría de cartero urbano, se cambiaría a Escala Auxiliar de Clasificación y Reparto, comenzaba el trilerismo con el lenguaje y se despojaba de nombres hermosos a profesiones que honraban a los que las ejercían. Teóricamente no se podía si no tenías la edad, pero recuerda que Miguel Ibáñez le animó y decidió que era hora de estudiar y había que intentarlo, total si llegado el caso no podía examinarse, tampoco perdía nada. Efectivamente, tras los exámenes, ya tendría la mayoría necesaria y entonces podría hacerme cargo de la plaza a la que me destinaran.
En las Islas Vírgenes
Así sucedió y meses después, justo medio año de calendario, le llegaba la carta certificada y la documentación informativa dándole cuenta de la plaza a la que tendría que presentarse y lo que significó que toda la familia elevara anclas y dijera adiós al Callejón de la Parra número 5. “Nos convertíamos en unos exiliados económicos más o si lo prefieres en inmigrantes. La vida daría un tremendo giro y la realidad que nos traía nuestra inolvidable Alhama a la cotidiana comida, desaparecía. Gracias al trabajo de todos, sólo quedó en el pueblo mi hermana mayor -Natividad- que ya estaba casada con Salvador Ortiz Orihuela, se acabaron las penurias económicas y se abrieron horizontes que hasta entonces estaban totalmente oscuros”.
Esa fue una época en la que en Cataluña había trabajo para todos y varias decenas de alhameños se aposentaron por aquellos andurriales, progresaron, formaron sus familias y añoraron -cuando no lloraron, como nos dice Juan- su tierra natal: “
El desarraigo del inmigrante/emigrante sólo se comprende cuando se ha vivido, lo demás queda muy bonito para Hollywood o para Españoles por el Mundo, en ambos casos, centrados en casos de éxito, aunque Elia Kazán con su “América, América”, sea una excepción a la regla. El fracaso, ese queda en el olvido, nadie le gusta recordar cosas malas y, sin embargo, esas cosas son las que, en determinados momentos, te han dado fuerza para seguir luchando o si, lo prefieres, batiéndote el cobre para no quedarte en el camino”.
En Trinidad
SERVICIO MILITAR CON PADRINO
Llegó la hora del servicio militar, le tocaba bajar a Málaga para incorporarse al 5º llamamiento de 1974. Pero no fue, simplemente habló con el responsable de Quintas en Valls, del que dice: mejor no recordarlo, menudo personaje, le facilitó “el vaya” y hasta Cartagena; se incorporó, digamos, de manera poco habitual. Al llegar a la ciudad portuaria ve unos uniformes y pregunta por el mando responsable que le recibe con una sonrisa, era el capitán Justo Cruz. ¿Cómo es que vienes solo? ¿Qué vienes a hacer la mili? ¿Dónde está tu grupo?, le pregunta.
Explica su caso y le “apadrina”, “te vienes conmigo a mi compañía hasta que lleguen tus paisanos de Málaga [casi una semana más tarde y, por lo visto, paradas interminables por el camino]. Aquellos días sirvieron para hacerme “viejo” en aquella compañía de servicios donde estaría añadido hasta mi jura de bandera”.
En el parlamento de las islas de San Martín
Tras ese acto, unos días de reposo y tanteo, la correspondiente instrucción, carreras, formación y jura de bandera. El capitán que le apadrinó le ofreció varios puestos, pero ninguno le acababa de “enganchar”, hasta que se interesó por su vida laboral y entonces le dijo: ya tengo tu destino, ahora mismo te vas a Comunicaciones a realizar unas pruebas, hazlo bien que vas a ir destinado a la ETEA. La zozobra le cayó encima, muy poquitas personas le decían nada sobre esas letras [Escuela de Transmisiones, Electricidad y Electrónica de la Armada-Vigo-Pontevedra]. Y seguía en la compañía, hasta que una semana después le llaman para anunciarle el viaje vía Madrid, inicialmente formando grupo con todos los que iban a realizar su servicio militar en la capital del país:
“Tú recibirás instrucciones una vez descanséis del viaje y te harás cargo de los 16 que iréis destinados a la ETEA [la mitad voluntarios que tenían firmados dos o tres años de mili]. Unos cuantos días en Madrid, lectura de las posibilidades de ser acreedor de “pena de muerte”, si alguien se te despista, inmediatamente, tienes que dar parte a la Guardia Civil que va en el tren o en la primera estación. ¡Menudo acojonamiento! Reunidos todos, antes de partir en el Camión de la Agrupación de la Armada, informo a mis compañeros que no podemos hacer gilipolleces y que ya han escuchado a los oficiales con su “clásica monserga”. Llegada a Vigo y otro camión de la Armada nos está esperando para “depositarnos” en la ETEA donde, en cierta medida, viviría otra de esas experiencias inolvidables de la vida, sobre todo de la buena vida, el buen marisco, la dulzura de las galleguitas y un largísimo etcétera. Por algo ha sido el lugar que más veces he regresado, aunque la ETEA simplemente “se esfumó”, vaya que vendría a ser como la Acequia Alta de mis años felices, algo que ya no está. Nuestro país tiene esa característica de desmontar o dejar caerse cualquier cosa anterior, como si eso hubiera sido gratis. Y pensar que en Uzbekistán me encontré con templos de Zoroastro”.
En la plaza de Tiananmén, Pekín, China
600 PULSACIONES Y “MARCHA VERDE”
Tras el curso de formación como Operador de teletipos, las anécdotas, muchas, aunque la que nunca se le olvida es cuando comienzo en el Tercio de Armada-San Fernando-Cádiz, a mediados de enero del 75 y el colega de la otra línea le interrumpía continuamente “Pasa a manual”, “Pasa a manual”, “Pasa a manual”, oye chico que estoy en manual le contesta, y él enfadado, seguía en sus trece “Pasa a manual”. En aquella etapa formativa llegué a las 600 pulsaciones por minuto y era lo que desconcertaba al operador que estaba al otro lado de la línea.
Fue poco más de un año por tierras gaditanas, hace poco descubrió en un Boletín Oficial de la Marina su nombramiento de cabo, donde la vida transcurría bien, digamos que fantásticamente bien, y cada 5-6 semanas se escapaba con permiso a casa, sólo se interrumpió esa fase con la dichosa “Marcha verde” cuando les embarcaron hacia Las Palmas-Naval donde estuvo prácticamente todo el mes de noviembre de 1975; con la llegada del mensaje en clave, en la madrugada de aquel 20-N, se recuperaban las lanchas del desembarco, volvían a los navíos y a esperar acontecimientos. A pesar de toda la escapada para visitar a una amiga en Puerto de la Cruz también sería algo imborrable. Hacia mediados de diciembre estaban de nuevo en los cuarteles de San Fernando. Navidad en casa y, tras el regreso, la incertidumbre del momento y el licenciamiento en febrero del 76.
En Panamá
“Licenciado, con la blanca en el bolsillo -recuerda-, te devolvían a otra realidad. ¿Y ahora qué? ¿Volver a Correos? ¡A buscarse la vida! Comencé a trabajar en un Centro de Cálculo que rentabilizó su fichaje por la rapidez que traía del servicio militar. Durante seis años estuve en la empresa privada que, con su bolsa de estudios, financiaba su permanencia en la Universidad. Llegué a ella mediante el sistema de mayores de 25 años. Otra vez no tenía esa edad, pero hechas las gestiones, en caso de aprobar las pruebas sí que los habría cumplido, me admiten la petición y en aquella primavera del 77 supero ese reto in extremis para no perder la plaza ya que tenía trabajo y bien remunerado en ese momento; hasta que apareció Mario Conde en el horizonte y la opa hizo que muchos “Comenzaba mi relación con la Universidad -continua manifestándonos Juan-
que prácticamente duró 25 años hasta que decidí colgar los libros viendo la deriva nacionalista… Ha llovido desde entonces en esta materia y se ha radicalizado la sociedad, de los estudios ya ni te cuento. Pero sigamos, estudios de Magisterio obteniendo el diplomado en Ciencias Humanas en el mínimo tiempo e integración en el cuerpo por el sistema de Acceso directo [Generalmente, al menos en Barcelona, nunca se cubrían esas plazas ante la falta de buenos expedientes, para llegar a eso tenías que tener los cuatro cursos con más de ocho y sin ningún suspenso -tres cursos de estudios, 45 asignaturas más o menos- y un curso de prácticas que tampoco debía bajar de 8-]. Ingreso abandonáramos el barco. Entonces me pasé a dar clases, no como objetivo definitivo, sino para hacer tiempo en busca de una mejor opción y, sin embargo, ahí me quedé durante 30 años”.
En Panamá
MÁS PREPARACIÓN Y PREMIOS INTERNACIONALES
Siguieron la licenciatura en Geografía, posteriormente dos años más preparando los estudios de doctorado, matriculado en Derecho, lo dejé. Aunque en ese ínterin también realicé el postgrado en Lengua Inglesa que le llevó becado a Oxford. Siempre ejerció en la Escuela Pública [Uruguay-Barcelona 2 años, Pau Esteve-L’Hospitalet 16 años, Joan Maragall-L’Hospitalet 2 años y Eladi Homs-Valls, 10 años].
Mientras tanto iban cayendo premios y resultó ganador de las convocatorias de las emisoras de Radio Budapest, Radiodifusión Portuguesa, Radio Varsovia, BBC-Londres, la revista Vida Checoslovaca que le permitiría un primero de mayo sorprendente entre aquellos miles de checos en la gran explanada praguense y portada de Rude Pravo si no recuerda mal, Radio Moscú. En esa etapa también se corrió la leyenda, otros colegas se interesaban si iba a participar en este u otro concurso, un día ante la pregunta de uno de ellos, contestó ¿para qué quieres saberlo? Sencillo: si participas es absurdo perder el tiempo: él los gana todos. “Ya sabes una de tantas leyendas porque en esa época fuimos unos cuantos los que arañamos algún viaje, por ejemplo, a Polonia, también vino un oyente de Málaga y otro de Carballino, para más INRI Guardia Civil en activo y viajando a un país todavía comunista”.
En viaje por Centro América
Viajes inolvidables para este alhameño que, en aquellos momentos no andaba muy boyante económicamente pues eran los tiempos inmediatos al período militar donde, a pesar de todo, recibía una paga que en aquella época casi representaba la mitad de mi sueldo como funcionario de Correos, pues ya había aumentado, pues en mi tiempo pagaban treinta mesetas al mes, nada prácticamente. Y ahí le acabó la fiesta hasta el 2013 en que vuelve al ruedo con el premio de Radio Internacional de China y le llevan a Ningxia, región fronteriza con Mongolia. Si buscamos en la red todavía tienen colgado una visita suya que titularon “El mejor regalo del año”.
“Decenas de cabeceras de radio y filatelia acogieron sus escritos hasta que ZP clausuró “Crónica Filatélica y Numismática”, primera cabecera cerrada en democracia, si la memoria no me falla, aunque a ellos sí les falla]. No nos da la razón de ello, se lo preguntaremos en la próxima entrevista. Las otras publicaciones filatélicas españolas también verían mis escritos, pero eran algo menos frecuentes. Digamos que publicaciones de España, Portugal, Francia, Dinamarca, Finlandia, Italia, India, Japón, Argentina, Uruguay, Perú, Estados Unidos, etc., vieron alguna vez mis materiales recogidos en sus contenidos. Lo mismo sucede con algunas referencias en la WIKIPEDIA que me he encontrado en diferentes idiomas. Digamos que cuando haces algo nunca sabes hasta dónde llegará”.
En Radio Volcán, en la Granada de Nicaragua
Ahora prácticamente lo poco que hace ya no es remunerado, el palo de Hacienda es tan fuerte que éticamente prefiero hacerlo por placer, nos dice. Pero eso y miles de cosas más tenemos en la red de él tecleando “Juan Franco Crespo” y luego sólo hay que ir seleccionando los periodos de tiempo que deseas observar o investigar. Es verdaderamente sorprendente el material que ha creado. Lo hay desde mucho antes de que se popularizara la red. En estos momentos las dos o tres cabeceras electrónicas que los reflejan son Cultureduda y Letralia. Otras lo hacen más ocasionalmente y algunas echaron la persiana ante la baja rentabilidad de esa actividad. por según qué trabajos.
MÁS DE CIEN PAÍSES RECORRIDOS
La parte de voluntariado, comenzó con los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, luego un trimestre con los desplazados de la guerra en la selva del Ixcán-Petén (Guatemala) en 1994, con los niños de la calle o tutelados en La Ciudad del Niño-La Paz (Bolivia) en 1996, comedores de Barcelona y la última en el 2011 con motivo de las Fiestas Decenales de La Candela en Valls, nuestra Candelaria. “Ahí ya decía adiós a esta otra actividad a la que de una u otra manera consagré dos décadas de mi vida. Una forma, como tantas otras, de dar “gracias a la vida que me ha dado tanto”, a pesar del pellizco del 30% en la nómina y luego dicen que nuestra pensión la pagan otros…”
Nuestro “Marco Polo” alhameño de nuestro tiempo, como afectuosamente le suelo llamar, De países visitados perdió la cuenta, aunque algunos dicen que pasó hace ya años del centenar, seguramente se han ido entreteniendo en realizar estadísticas con las fotos, artículos o entrevistas a lo largo de su vida. Si le preguntas qué emisora le impactó más, entonces nos dice que La Radio de las Isalas Falkland o Maldivas. Por su sencillez y por lo inesperado, se la encontró dando un paseo y no estaba en su pensamiento buscarla, aunque cada vez que tropieza con alguna de ellas suele hacerle una visita si ello es posible. Ante él tiene el bello posavasos y la taza de ese memorable viaje que nunca había planeado y un día fue posible.
En la unidad móvil de una radio en lengua española en New York
“Ya sabes que a veces lo que no planeas -afirma-
es lo que mejor sale. Fue uno de esos cruceros que marcan historia por las vivencias y buenos momentos, arrancó de Valparaíso y finalizó en Buenos Aires. Lástima que el COVID haya destrozado tantos proyectos viajeros, y estoy a la espera de que se vayan abriendo los caminos, en el horizonte tenía ya apalabrados el Venecia-Ciudad del Cabo… [pasando por Seychelles, Mauricio, Reunión] y otro entre Los Ángeles y Singapur para completar definitivamente la vuelta al orbe de la que apenas me separan 3 husos horarios. ¿Lo conseguiré? Eso sólo lo saben los dioses”. Todo un alhameño que ha recorrido mundo y La Tierra.
De su experiencia y proyección en la radio internacional de los cinco continentes, realmente interesante y singular, hablaremos en próxima sección.
Desde China en la cabecera de su sección en esta web en uno de sus artículosCon algunos compañeros en la redacción de Alhama Comunicación (alhama.com)> Desde aquí puedes acceder a sus artículos en esta web.