Nacido en Alhama en 1846, llegó a Sevilla en 1872, convirtiéndose en todo un personaje esencial en la historia de la más importante ciudad andaluza, desempeñando toda clase de cargos y representándola en las Cortes como diputado republicano, siendo fundamental en la creación y progreso del Sevilla FC, así como para otros muchos equipos del sur español.
Los alhameños, al igual que los paisanos de los queridos pueblos de nuestra comarca, no han pasado desapercibidos allí donde estuvieron y desarrollaron sus actividades y logros. Tanto ahora como en los siglos transcurridos de los que tenemos noticia. Últimamente gracias al descomunal avance de los medios técnicos de comunicación de hechos y noticias de todo tipo y tiempo, aflorando todo de una forma sorprendente gracias a ese avance que en estos últimos años lo es por meses y casi hasta por semanas.
Lo mismo contamos con un rector de Universidad del siglo XVII como de uno del siglo XX, y así sumando a ello los muchos personajes que, a lo largo de más de media siglo, hemos ido rescatando del olvido y el desconocimiento. Ahora, los cuatro hijos de Antonio Lino Montes Peregrina y María Magdalena Sierra Puerta, entre la segunda mitad del siglo XIX y primera veintena del XX, nos sorprenden hasta donde llegaron y la huella que dejaron en sus respetivas actividades que llevaron a cabo así como en los cargos desempeñados.
Hemos hablado, desde 1997, de Nicasio Montes Sierra, el tercero de los cuatro hermanos y quien dio nombre a la calle Guillen -completamos datos en la próxima Revista Anual del Patronato que se editará y distribuirá con ocasión de la entrega de los “Premios Alhama”-, pero es que están: el primero, Antonio, que fue presidente de la Audiencia de Huelva; el segundo, Mariano, destacado abogado y jurista en Madrid, y el cuarto, al que vamos a dedicar el “Volviendo al ayer” de hoy, José de Montes Sierra, realmente singular en su capacidad en el desempeño de funciones y cargos, convirtiéndose en una de las piezas más importantes de la historia de Sevilla y hasta del mismísimo Sevilla F.C.
Nacido el 22 de enero de 1846, en una gran casa de la conocida calle Guillen, teniendo por ejemplo, además de a sus padres -su progenitor fue alcalde de Alhama-, a sus tres hermanos por su inteligencia y capacidad para el estudio y la entrega, en el año 1864 ingresa en la Administración Principal de Hacienda de la Provincia de Granada, como oficial, siendo nombra a finales de aquél mismo año interventor especial de Minas de la Provincia de Granada, puesto que deja a finales de 1865 cuando ejerce la abogacía, atrayéndole siempre los negocios y el comercio.
Pocos años después, en 1873, acompaña y vive dos años en La Habana, a donde fue en unión de su hermano Nicasio -como otros alhameños y granadinos que se llevó con él-, a la sazón ayudante de campo del general Joaquín Jovellar Soler, Capitán General de la Isla de Cuba, quien había sido presidente del Gobierno en 1875. Ocupando cargos de la Administración Pública, tras permanecer también en EE.UU., regresa a España en 1875, fijando su residencia en Sevilla en ese mismo año, contrayendo matrimonio con Ana Huidobro y Prieto, hija de uno de los grandes banqueros andaluces, regentando así la casa de Banca que con la razón social de “Hijos de P.L. Huidobro” existía.
A su llegada a Sevilla no tarda en formar parte del Círculo Mercantil donde accede a la presidencia en 1886, puesto que ocupará en una primera fase hasta 1890, época en la que desde las instalaciones de la calle Sierpes se madura la idea para dar forma al Sevilla Foot Club y a otras organizaciones con fines deportivos, como nos expone Vicent Masiá en la “Enciclopedia del Fútbol Español”.
Ya en 1892 preside la Compañía de Navegación del Guadalquivir, empresa fundada en 1888 y con base operativa en el Puerto de Sevilla, estrechando los lazos ya previamente establecidos con la importante naviera británica McAndrews Company Lid y, en especial, con el propietario de la misma Edward F. Johnston, vicecónsul británico en Sevilla. Como nos dice Masiá “El espíritu empresarial de de Montes Sierra es infinito y siguiendo con la vertiente iniciada en 1892 tutelará después la Compañía Naviera Sevillana junto a uno de sus hijos y en 1907 la Compañía Naviera de Navegación a Vapor”.
Hubo de ser persona abierta, muy amable e inteligente, pues su vida social y de representación en la sociedad sevillana es realmente singular. Además de ser prácticamente el primer presidente de la Cámara Oficial de Comercia, Industria y Navegación de Sevilla, creadas estas instituciones en abril 1886, primera ley que firma la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena tras la muerte de sus esposo Alfonso XII, a finales de noviembre del año anterior, accediendo a la presidencia del Gobierno Práxedes Mateo Sagasta. Una vez constituida la Cámara de la provincia de Sevilla, se elige presidente a Tomás de la Calzada, que sólo permanece en el cargo unos días, siendo elegido nuestro paisano que ostentaba la vicepresidencia de esta corporación y cubriendo el cargo hasta 1888, en un primer mandato, y entre 1890 y 1893, en un segundo.
“La vida social del banquero granadino es prolífica y alterna la presidencia del Círculo Mercantil con el mismo cargo en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación hispalense, entidad fundada en 1886, donde entabla amistad con las más altas esferas sevillanas en las que se encuentran personas tan conocidas como el mismo Tomás de La Calzada, Pedro Rodríguez de la Borbolla y Edward F. Johnston”. Este último destacado empresario, vicecónsul británico, muy amigo de Montes Sierra y quienes hacen una gran realidad el Sevilla F.C. trabajando conjuntamente.
Relacionemos los cargos que desempeñó, muchos de ellos a la par y otros alternativamente, siempre destacando dentro de la actividad y la vida pública sevillana: presidente del Círculo Mercantil, consejero del Banco de España, presidente de la Compañía Sevillana de Navegación a Vapor, presidente de la Compañía Anónima de las Minas del Castillo de las Guardas, cargos que ostentó hasta su fallecimiento, presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, presidente del Ateneo, de la Sociedad Excursionista, de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla, también fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla, etc.
Abandona la presidencia del Círculo Mercantil en 1890 como damnificado durante la lucha establecida por tomar el control del Puerto de Sevilla, volviendo al cargo en 1893 hasta que cinco años después le sucede en el cargo Pedro Lázaro Sánchez. Iniciando don José un nuevo mandato presidencial en el Círculo Mercantil en 1900, permaneciendo en el cargo dieciocho años, hasta su muerte.
Como nos expone Antonio López Villa, en su obra “José Montes Sierra. Política y economía, una doble pasión”, en 1903 organiza la Unión Republicana de Sevilla, que dura hasta 1910, que se disuelve por controversias internas. Fue elegido como diputado republicano a Cortes en cinco ocasiones, concretamente los mandatos de 1905, 1907, 1910, 1916 y 1918, cuando su sobrino Joaquín Montes-Jovellar, a partir de este primer año, lo era por el Distrito Electoral de Alhama y lo sería hasta en diez ocasiones, hasta la dictadura de Primo de Rivera en 1923, y su hermano Nicasio, tras haber sido diputado a Cortes en distintas ocasiones por este Distrito Electoral de Alhama, 1893, 1898 y 1903, era elegido senador por la Provincia de Granada en distintas ocasiones, en la última como senador vitalicio el mismo año que le llega la muerte, en 1914.
José de Montes Sierra es un político reconocido, serio y sincero en su actuar como tal, cuando en 1914 el importante diario francés “Fígaro” le hace una entrevista, entre sus declaraciones, como entresaca López Villa, están estas palabras que lo definen magníficamente: “Yo pude haber hecho que el partido en Sevilla tomara derroteros de franca rebeldía, pero juzgué que no era humano llenar las cárceles en sacrificios estériles, mientras la población requería nuestro concurso en una obra común de progreso”. Así, como fue reconocido en su mismo tiempo, era la cabeza visible de los demócratas sevillanos, además admirado como sobresaliente protagonista de la política sevillana y andaluza.
Precisamente, coincidió con su hermano Nicasio en Sevilla siendo éste gobernador civil, a finales de la década de los ochenta del siglo XIX. Detalle curioso, mientras uno de los hermanos era ya toda una personalidad en la ciudad de la Giralda desempeñando diversos cargos y contando con importantes empresas, el otro era la primera autoridad de la provincia, cada uno con sus ideas y respetándose y queriéndose como correspondía, ahí está una de las pruebas cuando éste segundo se lo lleva con él al marchar de ayudante de campo del Capitán General de Cuba, Joaquín Jovellar, quien, además, fue suegro de nuestro ilustre militar.
“Montes Sierra, avispado hombre de negocios -afirma Vicent Masiá- y propietario de varias empresas, facilita al Sevilla Foot-ball Club el camino para su mejor organización a partir de enero de 1900 con su amigo y empresario el vicecónsul británico, pero es en 1905 cuando lo pone plenamente en marcha y hace posible su progreso hasta convertirlo en uno de los grandes de España. Gracias a su trabajo y estrecha relación con el consistorio sevillano, el Círculo apoya la gestión de José María Miró Trepats para conseguir del Ayuntamiento la cesión de terrenos en el Prado de San Sebastián con el fin de habilitar el Campo del Mercantil, nombre dado por su situación continua a la caseta de esta entidad en la Feria”.
Nuestro activo y constante paisano don José, en este recinto otorgado al Círculo Mercantil dispone una tribuna para sus socios e invitados especiales del Círculo y la provee de lo necesario para que se viesen los partidos muy bien y bastante cómodamente, estando todo esto concluido con la misma llegada del año 1913.
“La estrechísima vinculación que Montes Sierra mantiene con el club sevillista desde 1890 le permite en 1914 ser aclamado como vicepresidente honorario, puesto que en 1915 le valdrá bajo la iniciativa del Sevilla Foot-ball Club para acceder a la presidencia de la recién constituida Federación Regional del Sur de Clubs de Foot-ball, organismo supremo futbolístico que abarca las por entonces regiones de Andalucía, Extremadura, Canarias y el Protectorado de Marruecos”, como nos afirma Masiá.
En el año 1917, José Montes Sierra, tras esta intensa actividad y entrega por Sevilla, actuando siempre como persona de altas miras y no dejando de ser abogado y emprendedor empresario, ejemplo para tantos en el sentido de ofrecerse a los demás por medio del fiel y eficaz cumplimiento de los cargos que desempeña a lo largo de toda su vida, se siente enfermo y abandona este cargo federativo deportivo, en el que tan fructífera labor desarrolló a favor del fútbol y sus equipos en todo el territorio que representaba, el 24 de febrero de 1918 es elegido nuevamente diputado a Cortes, falleciendo en Sevilla el siguiente 2 de mayo. Toda una vida dedicada al hoy Sevilla F.C. y a la ciudad y provincia sevillanas.
El Ayuntamiento de Sevilla, por unanimidad, a este diputado a Cortes republicano le dedicó, reconociéndole su entrega de toda la vida a la misma, una calle con su nombre, a la par que el Círculo Mercantil, el que presidió durante treinta y ocho años, le dedicó un sonado homenaje en nombre de todas las entidades culturales, recreativas, deportivas y sociales, círculos y casinos, de Sevilla en el que se le descubrió una artística placa conmemorativa con su busto.
Documentos históricos sobre su persona
Bibliografía:
Esencialmente estos datos y notas me han sido facilitados por mi buen amigo y compañero Pedro José Delgado Moreno, secretario general de la Cámara de Comercio de Sevilla, con quien tan excelente amistad y afecto me une, especialmente desde los años del desempeño de ese cargo en la Cámara de Málaga. Una vez más mi gratitud y afecto hacia él y todos los compañeros de las Cámaras de Comercio Andaluzas, de su Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio, comenzando por su secretaria general, mi buena amiga Estrella Freire Martín.
Y también me he valido de la “Enciclopedia del Futbol Español”, de su capítulo “Sevilla C.F y 1902”, de Vicent Masiá; de “Notas para una Historia de la Banca de Andalucía” de Agustín Peñuela Jiménez, y de “José de Montes Sierra. Política y economía, una doble pasión” de Antonio López Villa, en la colección “Andalucía en la Historia”, 2015. Cuatro fuentes que han sido interesantes y fundamentales.