Montero a Montoro, “Colega, suelta la tela”



Naturalmente la consejera de hacienda andaluza no se ha dirigido en estos términos al ministro de hacienda del gobierno español.

 Pero a fin de cuentas creo que me he ganado el derecho a ser un poco frívolo, al menos en el modo de redactar el título de esta mirada, después de varios años acudiendo casi cada viernes a dejar constancia de mis opiniones. Y si no he lo he ganado, pido disculpas.

 El caso es que el ministro Montoro debe creer, como Ortega y Gasset, que los andaluces somos gente frugal y poco amiga de riquezas y que en esta tierra andaluza la feraz naturaleza cubre sobradamente nuestras necesidades nutricias y de todo tipo sin intervención del hombre, de ahí la fama de poco amantes del trabajo que cargamos los andaluces. Debe creer, como creyó José Solís Ruiz que a los andaluces nos basta con el sol, imagino que debió decir El Sol de España, con énfasis y que no necesitamos industria ni inversiones, como respondió a un grupo de próceres andaluces que le pedían más industria. Si, ya sé que esta anécdota la he contado ya, pero cono hijo de emigrantes, creo que tengo no sólo el derecho si no el deber de contarla cada vez que lo estime oportuno y venga a cuento. Puede pensar el ministro Montoro lo que le dicten sus masculinidades, que no seré yo quien le niegue el derecho a hacerlo, pero también yo me amparo en el derecho a recordarle que la ley es de obligado cumplimiento para todos, ministros de hacienda incluidos.

 ¿Y Montero?, a eso iba, Montero le ha recordado al ministro que los andaluces somos el 18 por ciento de la población española y que en los Presupuestos Generales del Estado la partida en concepto de inversiones es del 13,5 por ciento, con lo cual se pierden 668 millones respecto al año anterior. Y, que, lógicamente, si no rectifica, nuestra comunidad impugnará dichos presupuestos.

 A ustedes puede que casi 400 millones de euros les parezca poca cosa, pero estoy seguro de que con cuatrocientos millones de euros más la Junta puede invertir en creación de más puestos de trabajo que sin esos millones. O en mejorar instalaciones deportivas, culturales o asistenciales. Por ejemplo. No son, ni mucho menos el chocolate del loro o ‘pecata minuta’ si no que pueden suponer una gran diferencia en lo que respecta a los más necesitados. Los dependientes, por ejemplo, o una ayudita para el AVE de Granada o el acondicionamiento de los dos hospitales...

 Además, es que no se trata de una dádiva, ni de un socorro con el que la menesterosa Junta de Andalucía importune al ministro; es que es un derecho contemplado en nuestro estatuto de autonomía, que tiene rango de ley de obligado cumplimiento para todos. Insisto, ministros inclusive.

 Yo, que tiendo a ser ingenuo y bien pensado no digo ni por asomo que ese recorte ilegal de la partida presupuestaria tenga una finalidad punitiva contra una comunidad gobernada porque el pueblo así lo ha querido, por el PSOE desde su misma creación, ni que el señor Moreno vaya a aprovechar la coyuntura de los recortes del señor Montoro para insistir una vez más en que Andalucía va de mal en peor con los gobiernos socialistas y que si él gobernase iríamos tan bien, o mejor que en otra regiones, como Madrid (modo irónico on), por ejemplo, en los que gobierna el Partido Popular. Estoy convencido de que el señor Moreno va a poner Andalucía en primer lugar y va a pedir al señor Montoro que rectifique y cumpla sus deberes fiscales para con Andalucía, del mismo modo que Andalucía cumple sus deberes para con España.

 Y es que los comentarios sobre los tópicos andaluces me dejan bastante indiferente, no del todo, pero casi, dado que los llevo escuchando prácticamente toda la vida y ya me he acostumbrado a que por el hecho de ser de esta tierra hablo fatal, soy absolutamente vago y me paso el año entre los carnavales de Cádiz, El Rocío, la Semana Santa de Sevilla ; y cuando no, en fiestas flamencas en las que el vino manzanilla y el fino corren como el agua. Eso o pasarme todo el día en el bar, que para eso me dan un per. Pero lo que me resulta sangrante es que se recorte en inversiones, sea en Andalucía o donde sea, porque sé que esos recortes acaban perjudicando seriamente la vida, la salud y el bienestar de los más desfavorecidos. Montoro, suelta la tela.

- Los lectores interesados pueden consultar el siguiente enlace de Europa Press.