Lo que me hace temer cada vez más la celebración del Día de Andalucía es la enorme cantidad de tópicos que se escriben ese día.
Parece que es imposible escribir sobre nuestra autonomía sin caer en los dichosos tópicos que reaparecen cada año en defensa de Andalucía, uno de ellos es la inevitable lista de andaluces universales en las que, por cierto, nunca aparece un andalusí y sí, siempre, los inevitables Lorca, Picasso, Alberti y así hasta completar la lista. Muy cierto es que esos prohombres eran andaluces, en el caso del pintor cubista estaría por decir que es bastante más francés que andaluz o español, pero bueno, nacer es cierto que nació en Málaga. No sé lo que se pretende demostrar con esa lista de talentos andaluces, dado que el resto ni somos poetas, algunos de serlo lo seríamos bajo palabra de honor, ni pintores, ni filósofos, ni artistas de renombre universal y somos, precisamente estos últimos los que cada día nos ocupamos, sin que casi se note, en que Andalucía funcione. Se necesitan personas anónimas para que las cosas marchen. Albañiles, médicos, basureros, periodistas, maestros, vendedores de comestibles y toda la larga serie de profesionales que pagan su pan y su techo con su trabajo, por mucho que se empeñen en que aquí no damos un palo al agua.
Tampoco suele faltar en estas fechas pasadas quien aboga por que en los medios hablados se hable el habla andaluza, reivindicando que el acento andaluz es tan digno de aparecer en las radios y teles públicas, como cualquier otro acento. Creo que lo que se pretende cuando se habla por las radios y las teles es que el hablante sea entendido por la mayor parte de los oyentes, sean estos del pueblo o ciudad que sean, independientemente de su nivel cultural y para ello lo mejor es expresarse en la lengua en la que todos leemos y escribimos que es ligeramente distinta a la que hablamos. Pero la que hablamos ¿cuándo? Les puedo asegurar que yo no hablo del mismo modo en mi casa con mi familia, que en la calle con mis vecinos o si tengo que dirigirme a un desconocido en una calle de Granada a preguntar una dirección. Mi acento, que es el acento de un granadino de la Comarca de Alhama es el mismo en todos los casos, pero en mi casa puedo hablar apelando a sobreentendidos, elipsis o construcciones dadaistas, rococós, que sólo entiende mi hermano y que en la calle me harían parecer un tío raro, pero raro, raro.
Tampoco existe un habla andaluza perfectamente definida para entendernos entre todos ni en todas las zonas de las dos Andalucías se habla y se pronuncia del mismo modo, de hecho , incluso en la ciudad de Granada el seseo o ceceo va por barrios de forma que estimo que para hacerme entender en todas las ciudades de esta tierra que he visitado he optado por un acento granadino digamos culto y unas expresiones lo más castellanas posibles, entendiendo que el castellano, que no es español, es el tipo de habla con el que todos los hablantes de las Españas nos podemos entender por ser aquel en el que hemos aprendido a leer y a escribir. Nada que ver con que en Valladolid se hable mejor que en Cádiz o Sevilla, o puestos a elegir que en México, Nicaragua o Argentina. Como en mi día a día me expreso con toda naturalidad en el tipo de habla propia de la Comarca de Alhama no tengo complejo alguno de que hable peor o mejor que un burgalés, si bien puedo decir que en algunos casos mi forma de conjugar algunos verbos es mejor que la de un burgalés , profesor mío en Barcelona que, con mucha razón, pero poca corrección gramatical solía decirme “Gordo, si estudiarías aprobarías” donde yo hubiese dicho “ si estudiases , aprobarías, aquí el condicional aprobarías, viene determinado por la condición previa de estudiar. Creo que es así, más o menos.
Hablemos sin complejos en el tipo de habla de nuestros pueblos, pero a la hora de hacernos entender por gentes venidas de otras tierras poco acostumbradas a nuestra forma de hablar, hagámoslo en la forma más parecida al castellano, sin renunciar a nuestro acento, que nos sea posible, hasta que se determine cuál es “el habla andaluza estándar” que debemos hablar todos los andaluces para entendernos entre nosotros y hacernos entender de Despeñaperrros para arriba.