Hoy rompo una de mis más arraigadas costumbres y escribo la mirada unos días antes de su publicación, y otra, de que se publique lo escrito un año después.
Por lo general es el mismo viernes en horas de oficina, soy así de convencional, cuando suelo escribirla, pero hoy 6 de enero se cumplen 31 años del inicio de las emisiones de Radio Alhama, y, poco más o menos dos meses después me incorporaba a la misma. Y he querido que sea esa fecha y esa añoranza la que impregne el tono de esta mirada en la que quiero contar que el pasado sábado 3 de enero nos volvíamos a reunir algunos de los que aquel invierno de 1984 hacíamos aquella radio, junto con otra gente muy joven que hace la de ahora, la digital. Todos amparados bajo Alhama Comunicación.
Eran las dos y a esa hora ya estábamos muchos de los colaboradores y en la barra nos tomábamos ese primer aperitivo antes de sentarnos a la larga mesa que hubo que preparar para la gente que nos reunimos.
Había gente que venía de ese pasado, al que aludía, Juan Cabezas, Andrés García Maldonado o Antonio Arenas, por ejemplo; gente que se ha incorporado recientemente, Pablo Ruiz, Juan Carlos Sánchez, José Luis Benítez y, también amigos que colaboran en la parte más importante de todo esto, que es en la de participar en este medio, que pretende ser nexo de unión de toda la Comarca de Alhama, como Jesús Pérez, Eladia Rus, Emilio Iguaz, Rosa Herrero o Verónica García, gente amiga que con su apoyo y consejos nos ayudan a mejorar en nuestro quehacer, como lo vienen haciendo desde hace tiempo Pedro Martín, Jorge Espejo, Prudencio Gordo, Antonio Mateo, Raúl Gálvez, Diego Ballesteros o José Ignacio Molina, entre otros.
Nos reunimos en esta convivencia acogiéndonos a la hospitalidad del Pato Loco, personificada por José Serrato que nos sirvió con el buen hacer que le caracteriza, a hacer un breve repaso de lo que el año anterior dio de sí en lo que concierne a nuestro medio, y a hacer planes de futuro, un futuro esperanzado. Pero no seré muy concreto, porque en realidad fue una charla de amigos y lo que estos dicen y comparten debe quedar, no en secreto, que no tenemos nada que ocultar, pero si en ese ámbito de la privacidad que implica hablar entre amigos.
No fue una reunión nostálgica aunque se habló del pasado. Nuestro presente es ilusionante, el reto de intentar día a día dejar constancia de lo bueno y lo menos bueno de nuestra Comarca, con sus grandes y pequeñas historias, es lo bastante atractivo como para que no nos quede tiempo para el recuerdo, más allá de los comentarios sobre nuestros inicios y de la justa indignación por la desaparición de una radio, “La radio que nos une” desaparecida de manera injusta y arbitraría por mor de la Junta de Andalucía.
Pero, con todo, se habló más del futuro, de ese futuro esperanzado y esperanzador que se encarna en los jóvenes que se han integrado en esta familia que somos las gentes de Alhama Comunicación.
Juntos, un año más, los miembros de esa familia y los amigos agregados para recibir el año con alegría y con el firme propósito de seguir haciendo lo que nos gusta y queremos hacer mientras pensemos que somos útiles a alguien de esta Comarca. Mientras nuestro trabajo sirva a alguien, seguiremos intentando que Alhama Comunicación sea la voz de todas las personas de esta comarca que compartan su línea editorial que es de sobras conocida.
Con mi agradecimiento a mis compañeros y amigos de Alhama Comunicación.
Precioso regalo del libro de la publicidad que nos recuerda desde las octavillas a los banner
(Teníamos pendiente desde hace unos días… (370 exactamente)
Treinta años no es nada
O casi nada, si nos vamos a poner exactos y detallistas; pero el caso es que ese ha sido el tiempo trascurrido desde que un día de la ilusión de 1984 Radio Alhama emitía por vez primera.
Y para celebrarlo y reunirnos a contar anécdotas nos juntamos, no todos, pero si bastantes de las personas que por aquel entonces decidimos hacer radio, como modo de colaborar con nuestro pueblo, o para divertirnos, o aprender. O todo junto, mejor que mejor.
Fue el pasado sábado 4 de enero, cuando en el siempre acogedor Pato Loco, nos unimos los viejos “radieros”, y los colaboradores de Alhama Comunicación, casi todos, también “radiemos” para vernos, echar unas risas y demostrar que el paso del tiempo ha mejorado a algunos y a otros nos ha dejado algún que otro deterioro.
Hacía las dos y tras tomar un aperitivo en la barra nos fuimos acomodando en torno a la mesa dispuesta para acoger la comida- reunión y acomodados que fuimos, tomó Juan Cabezas la palabra para iniciar una breve alocución, que nos recordó a las “reuniones de los viernes” de Radio Alhama, para hacer un poco de historia de aquellos primeros tiempos en los que en Alhama no había móviles, ni internet, ni prácticamente nada de lo que hoy consideramos imprescindible; pero si había un grupo de gente con ganas de trabajar por su pueblo haciendo radio.
En una habitación de una pensión, con discos prestados, pocos medios, mucha ilusión, empezó a fraguarse lo que luego sería “la radio que nos une”.Una radio clandestina y buscada por las fuerzas de orden público. Eran otros tiempos.
Poco a poco fue Juan desgranando esos inicios con las colaboraciones de Belén Jiménez y Lola Ruiz, dos niñas que querían” hablar por la radio”, o programas como “A pleno sol” en el cual una Sonia Jiménez jovencísima ponía su acento lleno de eses proveniente del norte y su entusiasmo, o “Carpetas cerradas” en el cual unos jóvenes desvergonzados y caraduras improvisaban sobre la marcha, siempre con humor; también refirió Juan esa noche en el que el programa “Día a día”, creo recordar, entrevistó a Lola Flores, con problemas con el fisco, por la época.
A los postres fueron Andrés García Maldonado y Antonio Arenas los que recordaron la labor y entrega de Juan Cabezas y de los colaboradores de Radio Alhama, con especial recuerdo para Antonio Martín Puertas y Manuel Martín Medina, “El socio” a quienes todos los que tuvimos la suerte de conocer debemos momentos de entrañable amistad y compañerismo.
Especiales fueron las palabras leídas por Belén Jiménez, quien con la voz emocionada recordó aquellos tiempos en los que “unos ratoncillos adolescentes siguieron al flautista de Hamelin”.
Y así,entre anécdotas, recuerdos, risas y emociones pasaron las horas de una tarde noche, que seguro volverá a repetirse. Esperemos que no tengan que transcurrir otros treinta años para ello.
El flautista de Hamelin
Mediaba ya la década de la movida cuando un gran grupo de "ratoncillos adolescentes" acudimos a la llamada de un prodigioso flautista de Hamelin que, además de ilusionarnos, nos dio un baño en el río de la vida.
Pocos confiaban en que aquel proyecto saliera adelante, pero no contaban con la perseverancia que nuestro maestro puso en el empeño y las ganas con las que los aprendices lo llevamos a cabo.
Nos mantuvimos en onda unos años -los que nos dejaron, si no hubieran sido muchos más- y logramos suscitar el interés de los oyentes, que cada día aumentaban. La satisfacción de sabernos escuchados constituyó para nosotros el mejor de los salarios.
Con la perspectiva de los años aquella experiencia no sólo fue un éxito para la pandilla de amateurs que constituimos la familia de Radio Alhama, fue mucho más: una escuela de vida, un puente entre la adolescencia a la madurez.
Hoy, aquel slogan que enarbolamos "la radio que nos une", vuelve a hacerse realidad treinta años después, porque efectivamente, por más que el destino le haya deparado a cada cual una peripecia, estoy segura de que cada vez que hayamos evocado aquellas vivencias, una sonrisa adolescente se ha dibujado en nuestro semblante adulto.
Es el momento compañeros de disfrutar con los presentes y recordar con todo cariño a los ausentes.
Belén Jiménez Ariza.