Puede que nosotros (los de clase trabajadora, los de clase media depauperada, los pensionistas, los desahuciados, los dependientes...los damnificados, en suma) no lo veamos, pero España se recupera y crece.
Que vi yo el otro día por la tele que lo decían Mariano y Felipe, que no es una pareja cómica, que son el Jefe del Estado y el Presidente del gobierno y decían eso, que España va bien, ¿o eso era de Aznar? Y mejor que va a ir.
Naturalmente, los que no sabemos de economía más que lo necesario para afrontar el largo mes que queda tras el fin del sueldo, la pensión o el subsidio esto no lo notamos, pero los Mercados de ahí fuera sí que lo notan y sonríen afectuosamente a quienes nos gobiernan, y los animan a seguir profundizando en las políticas que nos han llevado a donde estamos, que creo que es donde no queremos estar casi nadie si hemos de tomar en serio las encuestas de intención de voto.
Los mercados ven alegres notas de crecimiento donde los demás vemos paro, corrupción, menos libertades, recortes a todo lo recortable en bienestar y más recortes. Puede que usted y yo veamos que con la ley de seguridad ciudadana nuestros derechos cívicos se han reducido, que con la ley de protección de la propiedad intelectual se desprovee el derecho a la cultura y la información en el ámbito digital, tasa Google, adiós noticias Google, adiós; pero el gobierno saca pecho y afronta que estamos mejor que nunca y que en el año próximo estaremos aún mejor. ¡Qué mejor!, ¡De lujo, oiga!.
Pero para que eso suceda se necesita que los mercados no pierdan la confianza en la situación, idílica, de España y eso pasa por que en las próximas elecciones municipales y autonómicas el PP obtenga un resultado cercano al treinta por ciento de los votos, mejor el treinta y cinco, porque, “eso enviaría un mensaje de tranquilidad a los sectores económicos que consolidaría una recuperación de nuestra economía, para la que, en su mejor escenario, el Ejecutivo prevé un crecimiento de cerca del 3% y no del 2%.” Lo entrecomillado lo he entresacado de un diario serio y un no menos serio articulista.
Vemos, pues, que el cómo esté nuestro pueblo, el qué hayan hecho nuestros munícipes en estos años de gobierno, el que estemos, pongo por caso, peor que antes, todo eso no debe motivarnos a la hora de votar en las elecciones en las que se elige alcalde y concejales. Eso sería ser corto de miras. Lo que toca es volcarse en llenar las urnas de gaviotas azules para que “los sectores económicos” noten la confianza que los españoles tenemos en la gente del Partido Popular y podamos, avanzar hacia ese 3 mejor que 2 por ciento de crecimiento que hará que en España todos tengamos un puesto de trabajo digno en el extranjero de por ahí fuera, una excelente educación para quien pueda pagarla y una sanidad de lujo para quien pueda pagar lujos. Mientras tanto a los que siempre le toca el de los ojos grandes nos tocará ir aguantando nuevos recortes, corrupciones, falta de libertades, pobreza y todo lo que hasta este mismo momento disfrutamos.
Las razones para votar al PP son poco convincentes, las razones para botarle, las dejo en mente de los lectores, que, a fin de cuentas yo ni quiero influir en el voto de nadie, ni (como Franco) me meto en política.