Existen en el mundo personas que, como el Coyote de nuestra infancia, no dejan de perseguir sus sueños, ideas e ilusiones, aún a sabiendas de que nunca alcanzaran al Correcaminos.
Una de esas personas, personaje literario en este caso, es Valli Querol octogenaria maestra republicana, que debe enfrentarse a los planes de su alcalde de vender su vieja escuela, aquella en la que ella dio clases durante la Segunda República Española, para, en su lugar, poner un casino, bloques de pisos o un centro adscrito a Eton College, la escuela inglesa más clasista y exclusiva del mundo en la cual se forman las élites que lo gobiernan sin presentarse a las elecciones.
Demasiado para Valli, demasiado para quien se educó en la Residencia de Señoritas, el equivalente a la Residencia de Estudiantes, ejerció de maestra con la República, sufrió el exilio y combatió en el maquis antifranquista. Ante los planes de un alcalde más tonto que hecho de encargo (aclaro que es independiente para que ningún partido se dé por aludido) esta joven octogenaria no puede mantenerse al margen y esperar que alguien salve su escuela. De manera que se moviliza ella y atrae a algún que otro aliado para evitar que la escuela acabe convertida en casino o algo peor.
Elena Moya, la autora de esta novela recrea la historia de esta maestra, desde que, hija de unos humildes campesinos, llega al Madrid de los inicios de la República hasta casi ayer mismo, lo cual le permite contarnos ese sueño de valores de igualdad, libertad y progreso que supuso la llegada de la República. Dalí, Alberti, y Lorca comparten paginas en esta novela con otros nombres no menos importantes en la época pero mucho menos conocidos: María de Maeztu, Victoria Kent, María Lejárraga, María Zambrano o Margarita Nelken, mujeres que, desde distintos ámbitos ideológicos creyeron en la igualdad y los valores republicanos y en la enseñanza pública, laica y gratuita. Y con esos valores, ya en la actualidad, Valli debe oponerse a los valores del dinero ganado a toda costa y como sea, del interés económico por encima del interés común, de los negocios ilícitos e inmorales que la burbuja inmobiliaria trajo consigo.
Ademes “La maestra republicana” es un libro divertidísimo, lleno de un humor surgido de los problemas de un alcalde de regional que quiere jugar en primera y compararse con los “grandes”, alcalde que al final de la novela casi llega a inspirar un poco de lástima y ternura. Hay, además personajes de esos que uno acabaría por incorporar a su grupo de amigos de conocerlos: el empleado de la Caja de Ahorros del pueblo, el profesor de filología Española de Eton College, los hijos del alcalde, por ejemplo son los primeros que me vienen a la memoria, personajes que van creciendo en interés para el lector durante la lectura de la novela.
Solo un pequeño detallito se le puede achacar y es el tono algo folletinesco de alguno de los desenlaces de la novela, pero esto sólo puede molestar a quien no haya disfrutado con “Los tres Mosqueteros”, “El conde de Montecristo”, “Los Miserables”... Para quienes no tenemos reparos en leer de todo, y disfrutar con cualquier lectura, no creo que eso suponga un problema, sino más bien un incentivo más.
“La maestra republicana” de Elena Moya se puede adquirir en Alhama en la Librería Ruiz.