Según el calendario estamos en los últimos días de este año 2013 del que pocos recuerdos buenos podemos tener los sufridores españoles, que somos casi todos menos una minoría privilegiada.
Y, sin embargo, la sensación que tengo es la de estar retrocediendo en el tiempo, de estar dejando un año viejo para llegar a otro más viejo todavía. No sé si esta sensación de “dejá vu”, de esto ya lo he vivido yo, es solo mía o es compartida por quienes tuvimos la desdicha de vivir esa España en blanco y negro del NODO en la cual un señor mayor, casi siempre vestido de uniforme se dedicaba a inaugurar pantanos...
Retrocedemos en derechos, libertades y protección social, aumentan los precios, congelan el salarió mínimo interprofesional, que ya es uno de los más mínimos de Europa; da la sensación de que Mariano y sus ministros se han propuesto acercarnos a esa España de la que ellos deben tener magníficos recuerdos, esa España de la película “La gran familia”, muchos niños, poco espacio para compartir en pisos angostos y el padre, eso sí, pluriempleado para mantener a esa gran familia. ¿Y la madre?, la madre, bien, gracias, en la cocina y pariendo a mayor gloria de España.
Pero, en fin, que estamos en la fiestas de invierno así que me dejaré de política y desearé a todos los habitantes de España un gobierno en el cual se pueda votar al jefe del estado también, un trabajo satisfactorio que sirva no solo para obtener ese pan nuestro de cada día, sino que también colme las aspiraciones personales de quien lo desempeñe. Y si no puede ser, si no hay bastante trabajo para todos, al menos que se implante una renta básica de ciudadanía para todos los mayores de edad. Desearé también para todos los habitantes de España una sanidad libre, gratuita, pública y de calidad. Una educación que forme ciudadanos libres, críticos, pensantes. Todo ello, debería llevarnos al futuro que deseo, que ya sé que no va a ser posible para este 2014 que esperamos con más desánimo que ilusión. Pero como estas fechas son las adecuadas para desear lo mejor a todo el mundo, yo lo que deseo es exactamente lo que acabo de escribir unas líneas más arriba, y que se resume en una sociedad más justa, solidaria, igualitaria; en una sociedad donde sea posible una vida plena para todos, lo que implica que todos puedan desarrollar al máximo sus posibilidades y capacidades.
Una sociedad en suma radicalmente distinta de esta sociedad en la que tener un trabajo mal pagado, por debajo de la propia capacitación y con condiciones de cuasi esclavitud se considera algo digno de ser celebrado.
Como pese a mi agnosticismo he sido educado en el Cristianismo, pese a que nadie me preguntó si quería o no, es cierto que algún resabio me queda de ese poso de creencias y una de ellas es que no quiero para nadie lo que no quiero para mí, en este caso esta sociedad en la que estamos sumergidos hasta las cejas y si quiero para los demás lo que quiero para mí. Justo la sociedad utópica que acabo de describir, pero todas las realidades alguna vez han sido proyectos sueños, ilusiones.
Con mis mejores deseos para todo el mundo. Que el próximo año sea algo mejor que este que estamos dejando, lo cual tampoco resulta tan difícil. Digo yo.