También a mi, como a todos los niños, me han preguntado esa estupidez y, supongo que, como todos los niños, contestaba lo primero que se me ocurría.
Procuraba contestar algo que yo consideraba que entraba dentro de mis posibilidades, carpintero, casi siempre, no se bien porque. Después y satisfecha la curiosidad malsana del mayor, continuaba con mis juegos olvidando por completo cualquier preocupación por el futuro.
Nunca he formulado esa pregunta y si hoy la planteo es de forma retórica ante el convencimiento de que lo primordial en estos días aciagos que vivimos, es llegar a mayor con alguna posibilidad de seguir siéndolo. Naturalmente no hablo de este primer mundo que habitamos nosotros , sino en ese otro mundo olvidado de todos los dioses, el judío, el cristiano y el musulmán; de ese mundo en el cual abrir un grifo y que salga agua, por ejemplo es todo un milagro. Poco a poco, incluso este primer mundo se está pareciendo más a ese tercero que aludía. Los entes que nos controlan, incapaces de acercar el mundo subdesarrollado al nuestro, diriáse que han optado por llevar el nuestro al de ellos, incapaces, por egoísmo puro y duro, de repartir la riqueza, han optado por extender la pobreza y repartirla con generosidad.
Colectivos que en anteriores épocas gozaban de un holgado nivel de vida, ven desaparecer su trabajo, vivienda,ahorros y futuro bien por esa crisis que tan útil resulta al ideario del liberalismo salvaje, (Francisco,dixit), bien por las guerras que asolan el mundo para liberarlo de todos aquellos poderes que incomodan a quienes el mundo gobiernan, o , simplemente, para acceder a recursos energéticos que escasean. Sí, me estoy refiriendo a todas las guerras que han creado nuestras democracias occidentales para que el mundo sea más libre, democrático y feliz. Ponga quien lea la guerra que prefiera de las últimas de los últimos años.
Dada esta situación lo mejor que se le puede desear a cualquier niño de cualquier parte del planeta es que tenga un lugar para vivir bajo techo con sus padres, ropa que vestir, acceso a una enseñanza de calidad, gratuita y laica, que coma todos los días, en su casa, al menos tres veces y que, si lo necesita, pueda acceder a medico y medicinas necesarias para restablecer su salud. Hay sitios, como en Cuba, donde esto si es posible. Aunque no pueden votar como botamos nosotros. Y que alcance la juventud y edad adulta con las ideas claras para decidir que quiere ser ,ahora que ya si es mayor.
Lógicamente ahí no acaba el viaje, sino que empieza, y una vez que decida de que modo se va a ganar el sustento, tendrá que ver si puede o no sufragar ( él o sus padres) la carrera por la que haya optado, si esa carrera tiene o no posibilidades de proporcionarle una salida digna en su país o tendrá que irse a otro a limpiar cuartos de baño, si con el sueldo puede pagar la hipoteca o el alquiler...
El camino a recorrer es tan amplio, abrupto,lleno de obstáculos y sinsabores para llegar a ser lo que todo el mundo aspira que es ser feliz, o casi feliz, que yo, aconsejo que los niños a quienes se pregunte lo de que quieres ser de mayor contesten, “ tengo toda una vida para decidirlo, de momento,déjeme ser niño mientras pueda”. Si es que puede.
Nunca he formulado esa pregunta y si hoy la planteo es de forma retórica ante el convencimiento de que lo primordial en estos días aciagos que vivimos, es llegar a mayor con alguna posibilidad de seguir siéndolo. Naturalmente no hablo de este primer mundo que habitamos nosotros , sino en ese otro mundo olvidado de todos los dioses, el judío, el cristiano y el musulmán; de ese mundo en el cual abrir un grifo y que salga agua, por ejemplo es todo un milagro. Poco a poco, incluso este primer mundo se está pareciendo más a ese tercero que aludía. Los entes que nos controlan, incapaces de acercar el mundo subdesarrollado al nuestro, diriáse que han optado por llevar el nuestro al de ellos, incapaces, por egoísmo puro y duro, de repartir la riqueza, han optado por extender la pobreza y repartirla con generosidad.
Colectivos que en anteriores épocas gozaban de un holgado nivel de vida, ven desaparecer su trabajo, vivienda,ahorros y futuro bien por esa crisis que tan útil resulta al ideario del liberalismo salvaje, (Francisco,dixit), bien por las guerras que asolan el mundo para liberarlo de todos aquellos poderes que incomodan a quienes el mundo gobiernan, o , simplemente, para acceder a recursos energéticos que escasean. Sí, me estoy refiriendo a todas las guerras que han creado nuestras democracias occidentales para que el mundo sea más libre, democrático y feliz. Ponga quien lea la guerra que prefiera de las últimas de los últimos años.
Dada esta situación lo mejor que se le puede desear a cualquier niño de cualquier parte del planeta es que tenga un lugar para vivir bajo techo con sus padres, ropa que vestir, acceso a una enseñanza de calidad, gratuita y laica, que coma todos los días, en su casa, al menos tres veces y que, si lo necesita, pueda acceder a medico y medicinas necesarias para restablecer su salud. Hay sitios, como en Cuba, donde esto si es posible. Aunque no pueden votar como botamos nosotros. Y que alcance la juventud y edad adulta con las ideas claras para decidir que quiere ser ,ahora que ya si es mayor.
Lógicamente ahí no acaba el viaje, sino que empieza, y una vez que decida de que modo se va a ganar el sustento, tendrá que ver si puede o no sufragar ( él o sus padres) la carrera por la que haya optado, si esa carrera tiene o no posibilidades de proporcionarle una salida digna en su país o tendrá que irse a otro a limpiar cuartos de baño, si con el sueldo puede pagar la hipoteca o el alquiler...
El camino a recorrer es tan amplio, abrupto,lleno de obstáculos y sinsabores para llegar a ser lo que todo el mundo aspira que es ser feliz, o casi feliz, que yo, aconsejo que los niños a quienes se pregunte lo de que quieres ser de mayor contesten, “ tengo toda una vida para decidirlo, de momento,déjeme ser niño mientras pueda”. Si es que puede.