2013



  Parece ser que el mundo no se ha terminado, como estaba previsto; se han terminado muchos pequeños mundos cotidianos, muchas esperanzas, ilusiones y sueños, los de toda la gente que ha visto como su vida quedaba rota por la pérdida del trabajo, de la casa, de un ser querido o de los ahorros de toda una vida.

 Se está terminando, eso sí, el año y el calendario ha querido que esta mirada mía de hoy sea la última del año con lo cual debería hacer un repaso del año que se está despidiendo, y expresar lo que deseo para el 2013, que está esperándonos tras el fin de semana. El año ha sido para olvidarlo en general, y lo que deseo para todo el mundo es que el próximo año puedan vivir tal y como deseen. Pero para que esto sea posible va a hacer falta algo más que desearlo, para que todos podamos vivir una vida plena y satisfactoria, no simplemente vivible, es necesario que nos pongamos a ello desde ahora mismo.

 Nadie nos va a regalar el arreglo de la carretera, uno de los anhelos que creo que compartimos todos los alhameños, hay que apoyar las iniciativas que hay para reivindicarla. Lo mismo pasa con la educación de calidad, pública y gratuita, o la sanidad o tantas y tantas cosas que están peligrando por la política de privatizaciones y recortes propia de la ideología neoliberal, para la cual es el mercado quien debe regular las relaciones comerciales y laborales. Depende de nosotros que prosigan estas políticas o que no lo hagan. La calle está ahí para el goce y para la lucha pacífica y legal y los derechos de manifestación, reunión, y huelga han costado mucho dolor y sudor a mucha gente anónima que luchó en su tiempo para que ahora los disfrutemos. Por cierto, que los están cuestionado.

 De nuestra actitud depende cambiar las cosas y ese es mi deseo para el año que viene, que seamos capaces de unirnos para reivindicar todo aquello que ya disfrutábamos y que nos están arrebatando con la excusa de la herencia recibida; que gocemos intensamente de todo lo bueno que la vida nos ofrece, pero que también seamos capaces de luchar y no dejarnos vencer por el desánimo. Las cosas pueden cambiar, pero no lo harán solas. Todos los políticos ni son iguales ni aplican las mismas políticas, pese a que a muchos les interese hacer creer lo contrario para desacreditar la democracia y a los partidos políticos que son la esencia de la misma.

 Deseo, para finalizar que todos mis paisanos puedan disfrutar lo que yo anhelo para mí: Una vida intensa llena de actividades culturales, amigos, libros, risas, música, botellas bien compartidas, emociones intensas y la tranquilidad de saber que los medios para hacer realidad todo eso están garantizados. Que así sea y la vida nos sea propicia a todos.