Consejos para adaptar la Noche de brujas a nuestra idiosincrasia



 Como tecleo estas líneas a toro pasado, puedo hacerlo desde la tranquilidad que da saber que ningún niño disfrazado de nada raro llamará a mi puerta a decirme eso de “truco o trato”, que, tras arduas investigaciones he logrado averiguar que es una petición de dulces, golosinas, caramelos o similares.

 Traducido ya lo de noche de brujas, en vez de esa palabra que se me escapa y no alcanzo a recordar, o si recuerdo, me niego a escribir, propongo que los niños en vez de trato o truco digan, “chuche o trastada” que es la traducción más castiza que se me ocurre de solicitar algo dulce o, caso de no ser obtenido, hacer alguna broma o travesura.

 Pero es en el apartado de la vestimenta e impedimenta a emplear en esta fiesta de reciente aparición en nuestras tierras andaluzas y alhameñas donde hay que cambiar radicalmente. Las brujas, momias, aparecidos, fantasmas, esqueletos andantes, vampiros, brujos, nigromantes, monstruos de toda clase y otros seres parecidos ya no asustan a nadie de puro banalizados.

 En el intento de mejorar y adaptar a nuestras costumbres la fiesta aludida y después de repasar lo que da miedo, asusta y acongoja de verdad sugiero para los niños: Traje negro con portafolios en el que se lea Banco Central Europeo, por ejemplo, sustituible por traje de anti-disturbios, porra incluida en el acto de disolver una manifestación. Para las niñas, formal traje de secretaria judicial en el trance de comunicar y efectuar un desalojo en un piso embargado. Esto es de una efectividad total y puede combinarse con los niños de la porra. Gran éxito implican los disfraces de Lagarde y Merkel, dúo terrorífico donde los haya, capaz de asustar a los más duros presidentes.

 El traje de empresario comunicando un ERE a su plantilla es siempre de mucho pavor y miedo, por lo cual es altamente recomendable. En este caso da igual que sea niño o niña.

 Disfraces de Fátima Báñez diciendo que estamos saliendo de la crisis, queridas niñas, os darán siempre un excelente resultado y a vosotros, mis pequeños amigos os recomiendo encarecidamente el de rey en la tesitura de decir que desde fuera España se ve bien, pero desde dentro todo son penas..cosa que los del interior aún no sabíamos, por lo visto.

 Con estos sencillos consejos se puede conseguir que una fiesta ajena a nuestras costumbres, tradiciones y usos se adapte al máximo a nosotros y deje de ser algo importado de tierras lejanas , para incorporarse a nuestro folclore, de manera eficaz, de modo que puedan ser trasmitidos a nuestros descendientes y herederos sin menoscabo de nuestra cultura.

 Si hay que celebrar la noche de las brujas, celebrémosla, pero siendo consecuentes con nuestro entorno, estado social y económico y tradiciones.