¿Qué hay de lo mío?; vuelva usted mañana



Donde se intenta dar cuenta de la evolución de la cosa administrativa española y sus funcionarios pasados y presentes.


 Desde que Larra escribiera su famoso artículo, Vuelva usted mañana, en el folklore español los funcionarios públicos son considerados como absentistas,  y poco productivos y, por tanto, objeto de  las iras e invectivas de todos los administrados , que por cierto, como hacienda, somos todos. Yo estoy convencido de que esta mala fama de los funcionarios es otro de esos tópicos que los españoles llevamos a cuestas y que lo normal es que los funcionarios funcionen haciendo funcionar el país; que por mal que esté económicamente, funcionar, funciona.

 No hay nadie exento de pasar en algún momento de su vida por alguna ventanilla u oficina de la administración pública y ,cómo no, en esto también ha habido cambios y mejoras en los últimos años. Todos recordamos las antiguas dependencias del Ayuntamiento que nada tienen que ver con las actuales más modernas y funcionales y dotadas de cuantos medios se precisan para el desempeño de la labor; tiempo hubo en que el medio más moderno era una maquina de escribir electrónica, una sola; tal vez habrá quien aún lo recuerde. Otro tanto ocurre con las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo y del INEM, que también han sido modernizadas y trasladadas al antiguo matadero con lo cual tanto funcionarios como usuarios han ganado en comodidad y amplitud.

 Hoy por hoy, el acceso a cualquier información o trámite burocrático resulta mucho más fácil que cuando eramos niños; y estoy por decir que el trato personal de los funcionarios es bastante más amable y cercano que en otras épocas en las cuales lo normal era que faltase siempre un papel, que el sito al que te dirigías no era el adecuado o ambas cosas a la vez, todo ello amenizado por largas colas de gente agobiada.

 Naturalmente siempre puede haber excepciones, pero en mis últimos encuentros con la administración  pública, especialmente en los ámbitos de salud y seguridad social  que son los que más he frecuentado, he podido resolver mis asuntos con facilidad, prontitud y con un trato amable y estoy convencido de que eso es la norma, lo habitual.

 Pero es que además, gracias a la incorporación de la administración electrónica son muchas las actuaciones que podemos llevar a cabo  a través del ordenador, e incluso existe una pagina web especifica, www.60.es, mediante la cual se puede navegar en el proceloso mar de las distintas administraciones con cierta soltura y facilidad y con la ventaja de que no hay que ir de ventanilla en ventanilla, ni de una oficina a otra, sino que lo podemos realizar desde nuestra propia casa.

 Parece, pues que aunque ese ¿Qué hay de lo  mio?, seguirá preguntándose mientras existan en el mundo trámites a resolver, peticiones que hacer y asuntos a tratar con las administraciones públicas, la respuesta, lejos de estar en el viento se podrá obtener presencialmente, por teléfono a través de Internet y mediante las tecnologías que nos depare el futuro. En este caso, la respuesta si está en el viento...