Mercados y mercadillos



Anda la palabra mercado en estos últimos tiempos en boca de casi todos los expertos en economía,los unos le atribuyen un notorio afán de beneficios propios, sin importar los perjuicios ajenos y los otros claman por una menor intervención del estado para aliviar cuantos males económicos nos afligen. Lo cual, si se me permite opinar, es como dejar a los lobos el cuidado de los corderos...


 Pero como yo de estos temas de economía tengo escasos conocimientos no hablaré de mercados, sino de mercadillos, piojitos o baratos, de los cuales tengo más conocimientos y experiencia.

 Supongo que herederos de los mercados y zocos de la edad Media, nuestros baratos se caracterizan por ser semanales y vender algo más barato que los establecimientos fijos, con lo cual vienen a ser sus vendedores algo así como los nómadas del mercadeo.

 En Alhama la primera vez que estuve en el barato fue en un veraneo ,allá por los años setenta y creo que entonces estaba en la Calle Ancha; después los hemos conocido en La Plaza del Rey y calles adyacentes y hoy los viernes vamos al Barranco del Aserradero, lugar en el cual, por fin, tanto los vendedores cono los compradores disponemos de unos servicios adecuados donde aliviar la vejiga y zonas amplias para aparcar. También en esta ubicación resulta mucho más fácil su limpieza , una vez acabado.

 Por lo demás, y dadas sus características poco ha cambiado en los últimos años y el ambiente propio de un barato, esa mezcla de colores, olores, sabores, gentío de toda procedencia, griterío de, vendedores atrayendo a  los compradores, ir y venir de unos y otros, poco ha cambiado ni es necesario que lo haga; algunas cosas, como los chupachups, las fregonas y las guitarras eléctricas, tampoco han evolucionado demasiado y continúan siendo  básicamente lo mismo, un palo con un caramelo, un trapo y una pastilla piezoelectrica, respectivamente. Y les va estupendamente. Vale, a la guitarra también hay que ponerle cuerdas y otros componentes...

 En cualquier caso ropa, fruta y verdura, zapatos, complementos, bisutería, juguetes, perfumería etc se pueden adquirir a menor precio, sin detrimento de la calidad en la mayor parte de los casos y si se tiene la paciencia y sabiduría necesaria, se pueden obtener autenticas joyitas a precio más que interesante. Por que esa es otra característica , que si para vender en un barato se necesita arte, para comprar en él es preciso también un cierto arte de comprar, lo mismo que se puede aplicar al ambiente de las bolsas donde compradores y vendedores  gritan y “arremeten más que una vieja en un barato” según reza el dicho “deciero”. Me refiero a las bolsas de acciones esas que están siempre en plena desazón atentas a las ocurrencias de gobernantes, banqueros y agencias de calificación.

 En nuestros baratos, todo es más simple, claro y sencillo y además se puede obtener ropa de tallas grandes a precios asequibles  no en vano algunos lo llaman, el “corteinglé” sin techo, ventaja esta de las tallas grandes que a este servidor de ustedes le acomoda bastante.

 Pero no solo a comprar se va al barato, como a la misa de los domingos, se va también a ver y ser visto; a participar de ese espectáculo , en el cual las mercaderías, los mercaderes y los compradores ponen un ambiente casi festivo en lo que, a fin de cuentas es el inicio del fin de semana. Buena compra tengan ustedes.