El otoño que ya se intuye en el ambiente invita a la evocación, el recuerdo y la nostalgia.
De alguna manera los atardeceres otoñales y los hermosísimos paisajes de nuestra tierra invitan a detenerse un rato, contemplar el panorama y echar la vista hacia atrás, haciendo recuento de lo vivido, experimentado, gozado y sufrido... . Cierto es también que a determinadas edades, puede ese inventario vital estar teñido de alguna añoranza; es inevitable haber dejado en el largo camino recorrido vivencias, amigos y familiares que ya solo nos pueden acompañar en el recuerdo.
Recuerdan algunos nuestra Alhama en blanco y negro, esa Alhama que resulta hermoseada por el recuerdo, por que era la de nuestra infancia o juventud... . Yo mismo recuerdo esos baños en los “romances” de nuestro río y comparo este de ahora con el de mis veraneos, la comparación, no puede ser de otra manera, resulta francamente favorable al río de mis recuerdos. No le vendría nada mal al de nuestro presente que las autoridades competentes en la materia gastaran algunos euros en la limpieza de cauce y riberas.
El ejercicio de recordar, de evocar nuestro pasado es siempre gratificante; permite revivir lo ya vivido y afrontar con renovados ánimos el presente para esperar el futuro, que al final es lo que importa en este viaje Ítaca, en el cual, como en el poema de Kaváfis lo importante es la experiencia acumulada en el mismo y que el viaje sea largo y rico en vivencias y saberes.
Por lo demás, el que llora por el río perdido, se pierde el disfrute de paisajes,como el que ilustra esta mirada, u otros de no menor belleza. Tengo el convencimiento de que cada lugar tiene su época del año en la cual está mas hermoso y, sinceramente creo que en nuestra tierra, con ser todo el año bella, en el otoño adquiere todo su sabor y color.
Pasear por la tarde por los caminos, carriles y veredas de nuestros campos, sentarse en alguna plaza o calle a disfrutar del instante, ese preciso instante que es único, que ya no volverá más, por mucho que la calle o plaza no deje de estar ahí mañana o pasado. Y meditar en que la vida se compone de instantes, que pueden estar llenos de goce o de sufrimiento,pero que a fin de cuentas son la esencia del humano vivir, que es algo más que dejar pasar el tiempo.