Corría el año 82 u 83 cuando Donna Summer triunfaba con el disco cuya portada ilustra este artículo, “She works hard for the money”, ella trabaja duro por el dinero o, con una traducción algo más castellana y coloquial, ella se lo curra.
Recuerdo perfectamente haber oído este tema en radio fórmulas y discotecas, lo que no recuerdo es que por la época hubiese muchas mujeres que trabajasen fuera de casa, si exceptuamos a las que cosían en los talleres de pantalones vaqueros; es decir, no lo recuerdo por que no las había. Hoy no es raro ver mujeres trabajando en todos los oficios tradicionalmente vedados a ellas y la incorporación femenina al mundo laboral es algo perfectamente normal y asumido.
Y no es que las mujeres no hayan trabajado fuera y dentro de casa desde los albores de la humanidad; lo cierto es que el trabajo de la mujer ha sido constante a lo largo de todas las épocas de nuestra historia, pero siempre en los trabajos mas humildes, duros y desagradables, y siempre con esa falsa distinción de trabajos de hombres y trabajos de mujer, dicotomía que , resulta evidente, es artificial y falsa.
Tampoco era frecuente por la época que las mujeres se desempeñasen como camareras en los bares de Alhama, yo solo recuerdo a una a la que el oficio, en el que aun sigue, le venía por tradición familiar. Hoy día del mismo modo que no resulta chocante ver a una mujer paleando en una hormigonera, tampoco resulta extraño verla detrás de la barra de un bar, barriendo nuestras calles o cuidando nuestros jardines. No hay trabajos para hombres y para mujeres, hay tareas que hay que realizar para hacer habitable este planeta que nos ha tocado en suerte, y lo mejor es hacerlo entre todos y todas sin que nadie eluda sus responsabilidades. Dentro y fuera de casa,afirmo, rotundamente, en plan forgiano.
El cambio de mentalidad ha venido de la mano de las leyes, que fomentan la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos, incluido el laboral, pero la necesidad económica ha puesto su granito de arena en este cambio; dicho con palabras sencillas y simples:Hace ya muchas décadas que un solo sueldo no da para afrontar los gastos que requieren una vida digna y decorosa; el divorcio, por otra parte ha hecho imprescindible que un buen número de mujeres accedan al mercado de trabajo para poder acceder al mercado a secas con la frecuencia que es menester.
Sea como sea, saludo esta incorporación de las mujeres a trabajos que antes le estaban casi prohibidos aunque solo sea por la independencia económica que esto supone; el trabajo no nos hace libres, ni mejores ni nos da dignidad, no hay mayor dignidad que la de ser humano, simplemente nos proporciona los medios para vivir cada uno según su deseo y voluntad, que no es poca cosa.