Se asocia el verano al ocio, las vacaciones, el veraneo y los viajes; también es la época de la siega, que ahora, afortunadamente ya no se hace como en la ilustración.
Pero como yo todo cuanto sé de siega es por tradición oral, trataré de la versión más festiva del verano más concretamente permítaseme, por aquello de que también yo estoy de vacaciones, que evoque mis años de “rebaña orzas” e integrante de la “marcha verde”; años en los cuales España era todavía “una unidad de destino en lo universal” y el único destino de mis vacaciones, como el de tantos y tantos españoles era el pueblo en el cual los familiares esperaban la llegada de la gente “del norte”.
Aquellos viajes en los autocares de los “Albertos” con ese calor achicharrante, la música de Manolo escobar o Perlita de Huelva amenizando las horas interminables…
En nuestros días, ya quedó apuntado en otra mirada, viajar es más fácil que antaño, lo que entonces era un lujo asiático, el avión, hoy es asequible a casi cualquier economía y no es raro que nuestros paisanos viajen a lugares, antaño exóticos como Cuba o Santo Domingo; en cuanto a nuestra Alhama, también en estas cuestiones del acogimiento al viajero ha experimentado sensibles mejoras y cuenta con suficientes establecimientos donde alojarse cómodamente. Tampoco es raro, más bien todo lo contrario, que nos visiten gentes de diversas procedencias dispuestos a disfrutar, por unas horas o unos días de todo lo que nuestra tierra tiene que ofrecer al visitante.
Gastronomía, paisajes de ensueño, amplia y variada oferta cultural en el verano y el sabor de sus calles, que junto a nuestro carácter franco y abierto, hacen que aquí nadie se sienta extraño, “forastero”, por mucho tiempo.
Gocemos del verano y sus muchas posibilidades y el que pueda permitírselo, tampoco está de más una escapadita a otras tierras, que el viajar es fuente de cultura y conocimiento.