Coche y carretera como símbolos de libertad han estado siempre presentes en la iconografía de nuestros tiempos, gracias al cine; también el vehículo está asociado al poder y la posición social.
Por ello me paro hoy a mirar, literalmente casi, la amplia variedad de marcas y modelos de coches que en nuestra Alhama veo aparcados y la comparo con los tiempos en que salía de marcha con mis colegas, hablo de Barcelona y el modelo más usual era el seat 850, cuando nos juntábamos todos para algún evento tipo concierto, ese modelo era el predominante al menos en mi barrio…
Hoy tenemos coches de origen francés, alemán, ruso, japonés, coreano, con toda clase de lujos y accesorios y para todos los bolsillos, si bien, me da la sensación de que son máquinas menos fiables y duraderas que las de aquellos años 80, que se dieron en llamar de “la movida”. Pero, lo que sí es cierto y comprobable para todo el que busca aparcamiento es que el parque móvil de Alhama y comarca ha aumentado considerablemente, otra de las cosas en las que hemos mejorado en estos años.
Lógicamente el trasporte público también está mejor y hoy viajar de Alhama a otros sitios sigue siendo complicado, pero ya no es una aventura, al menos se sabe con cierta exactitud la hora de salida y llegada y tanto trenes como coches de línea son bastante cómodos. Lo que facilita que el viajar, que junto con la lectura es una de las cosas que más abre la mente, sea algo más accesible para todos.
Yo, que aun recuerdo con una mezcla de añoranza y espanto aquellos interminables viajes entre el pueblo y Barcelona, que fácilmente podían durar 18 horas, no dejo de felicitarme de que se haya mejorado algo. Por lo demás, carretera y manta, tira millas que ahí fuera el mundo espera.