Sopa fría de humildísimo origen e ingredientes escasos, agua, trozos de pan, aceite, vinagre, sal, cebolla, pepino, ajos y tomates, cuando de América llegaron, pocos platos hay tan sencillos y a la vez tan completos.
No sabemos cuál es el origen exacto del gazpacho, pero es fácil suponer que fuese alimento de trabajadores del campo andaluz, desde tiempos remotísimos, incluso tampoco hay acuerdo del origen exacto de la palabra. Pero sea como sea si es cierto que tan frugal plato es un completísimo aporte de elementos esenciales para nuestro organismo, dando por sentado que los ingredientes que lo componen son agua, hortalizas, sal, vinagre y aceite; en cada uno de los ingredientes de origen vegetal encontraremos hierro, calcio, potasio, yodo, magnesio, zinc, fosforo y vitaminas a, b, b1, b5,b7,b9,c y k, de las virtudes del aceite ya hablé en otra mirada.
Por ser la comarca de Alhama especialmente productora de hortalizas de primerísima calidad, esta mirada de de hoy mira no al pasado, sino al presente más actual, inmersos como estamos en la llamada crisis del pepino, que por cercanía gastronómica se ha ampliado a todas las hortalizas españolas.
La irresponsabilidad de una política alemana, concretamente la de la “responsable” de sanidad de la región de Hamburgo, que sin pruebas contundentes levantó la voz alarmante sobre nuestros pepinos, ha traído consecuencias nefastas para nuestros productores de hortalizas.
A quien esto le compete, que son nuestros gobernantes, han tomado las medidas que había que tomar y Angela Merkel se ha comprometido ante Zapatero a indemnizar a nuestros agricultores.
¿Pepinos?, sí gracias, y cebollas, tomates, pimientos… mediterráneo, mucho mediterráneo y seguir con nuestra dieta y costumbres. Que no nos va mal.