Recién iniciados los años sesenta, mi madre lavaba mis pañales y mantillas en un barreño en la calle, para la ropa de más tamaño tenía que ir al río, como detalle colorista añado que la ponía a secar en un prado cercano. Por la época, lo corriente del agua es que no lo fuera en las casas. La infraestructura necesaria para llevar el agua a todas las casas se había realizado, pero pocas eran las familias de la Joya que podían pagar la obra de reforma necesaria para tener agua del "ayun", en casa. Había, eso si, caños, fuentes y pilares donde abastecerse.
Ya bien mediados los años 80, todos recordamos que el agua era traída por motores eléctricos que le costaban al Ayuntamiento, que nos costaban a todos, una buena parte del presupuesto en facturas de suministro eléctrico. Por esa misma época tampoco era infrecuente que el agua saliese del grifo con color de barro, o con un fuerte sabor o cloro...o que no saliese de ninguna manera y fuese necesario ir, los de La Joya, al caño del Legío a llenar unas garrafas de agua para beber y cocinar.
Hoy día, salvo avería imprevista, que de imprevistos nadie está a salvo, todos los vecinos del pueblo podemos acceder al agua del ayun en nuestras casas tranquilamente y también podemos gozar de fuentes, caños, y pilares para refrescarnos en la calle, o como adorno ,la pila de La Puerta de Granada, el caño Wamba, el caño del Legío, por poner algunos ejemplos, hermosean las calles de Alhama y sacian la sed de autóctonos y visitantes.
Y es que a fuerza de tenerla ahí a mano pocas veces caemos en la cuenta de la importancia del agua en nuestras vidas y salud ni recordamos que hay zonas del mundo donde aún acceder al agua potable es un privilegio o, el resultado de muchas horas de esfuerzo de las mujeres, las que tardan en ir y volver del pozo más cercano.
Como tantas otras cosas el agua es un recurso a compartir con todos , incluyendo en ese todos a los que vendrán después de nosotros. En nuestras manos esta comportarnos como consumidores responsables para garantizar a nuestros descendientes el agua que ahora disfrutamos.
Simplemente con un gesto de la mano tenemos acceso a agua fría o caliente, según lo deseemos; sin embargo esto que parece tan corriente y usual, hace unos años no lo era tanto, lo corriente del agua es que no lo fuese siempre en las casas.
Supongo que todos, mas o menos recordamos la época, inicio de los años 80, en la cual el agua podía salir turbia, casi barro, o no salir directamente con lo cual la visita al caño de El Legío era obligada en mas de una ocasión. Eran tiempos, también en los que el agua del Ayun, era traída mediante un motor eléctrico que costaba al Ayuntamiento, que nos costaba a todos, una buena cantidad den concepto de facturas de electricidad.
Hoy día gozamos de un suministro constante de agua corriente y, puedo decir que en cuanto a calidad ,una de las mejores de Andalucía, concretamente la segunda, después de la de Lanjarón, según los análisis elaborados por una empresa constructora especializada en estas cuestiones de agua, acometidas de aguas y redes de saneamiento.
Basta recordar la epidemia de cólera de Haití, por la mala calidad del agua para tomar conciencia de que el agua del grifo es algo de lo que carece aun una buena parte de la humanidad, y un recurso, como todos escaso. De nosotros depende que nuestros hijos y nietos tengan acceso a ella en el futuro. Toca un consumo responsable de este recurso, que es de todos, los que ahora lo gozamos y los que en el futuro lo harán.
Hoy día, salvo avería imprevista, que de imprevistos nadie está a salvo, todos los vecinos del pueblo podemos acceder al agua del ayun en nuestras casas tranquilamente y también podemos gozar de fuentes, caños, y pilares para refrescarnos en la calle, o como adorno ,la pila de La Puerta de Granada, el caño Wamba, el caño del Legío, por poner algunos ejemplos, hermosean las calles de Alhama y sacian la sed de autóctonos y visitantes.
Y es que a fuerza de tenerla ahí a mano pocas veces caemos en la cuenta de la importancia del agua en nuestras vidas y salud ni recordamos que hay zonas del mundo donde aún acceder al agua potable es un privilegio o, el resultado de muchas horas de esfuerzo de las mujeres, las que tardan en ir y volver del pozo más cercano.
Como tantas otras cosas el agua es un recurso a compartir con todos , incluyendo en ese todos a los que vendrán después de nosotros. En nuestras manos esta comportarnos como consumidores responsables para garantizar a nuestros descendientes el agua que ahora disfrutamos.
Simplemente con un gesto de la mano tenemos acceso a agua fría o caliente, según lo deseemos; sin embargo esto que parece tan corriente y usual, hace unos años no lo era tanto, lo corriente del agua es que no lo fuese siempre en las casas.
Supongo que todos, mas o menos recordamos la época, inicio de los años 80, en la cual el agua podía salir turbia, casi barro, o no salir directamente con lo cual la visita al caño de El Legío era obligada en mas de una ocasión. Eran tiempos, también en los que el agua del Ayun, era traída mediante un motor eléctrico que costaba al Ayuntamiento, que nos costaba a todos, una buena cantidad den concepto de facturas de electricidad.
Hoy día gozamos de un suministro constante de agua corriente y, puedo decir que en cuanto a calidad ,una de las mejores de Andalucía, concretamente la segunda, después de la de Lanjarón, según los análisis elaborados por una empresa constructora especializada en estas cuestiones de agua, acometidas de aguas y redes de saneamiento.
Basta recordar la epidemia de cólera de Haití, por la mala calidad del agua para tomar conciencia de que el agua del grifo es algo de lo que carece aun una buena parte de la humanidad, y un recurso, como todos escaso. De nosotros depende que nuestros hijos y nietos tengan acceso a ella en el futuro. Toca un consumo responsable de este recurso, que es de todos, los que ahora lo gozamos y los que en el futuro lo harán.