El que suscribe, Antonio Gordo Villarraso.
EXPONE:
Que dada la situación local, nacional e internacional es absolutamente consciente de que se necesita un esfuerzo solidario por su parte y no pone obstáculos al mismo, antes bien, autoriza a quien corresponda a saquear los fondos públicos empleados en cuestiones tan baladís, como una asistencia sanitaria eficaz pública y gratuita y destinarlos a la lucha en contra de la tiranía de Putin y la liberación de pueblo ucraniano del yugo del imperialismo ruso.
Desde tiempo inmemorial se sabe que los mejores medios para una vida larga, sana y productiva son el poco comer, el mucho andar y ejercitarse en rudos ejercicios de fuerza y sobre todo y muy especialmente prolongar la vida laboral útil del siempre simpático y dócil productor español hasta la edad lo más provecta posible. Fuera sanidad, fuera pensiones, fuera medicinas caras y poco efectivas y más dinero para comparar armas con las que combatir a la amenaza que par el mundo entero supone el estado expansionista ruso.
En cuanto al mito de que la educación pública es necesaria para la niñez y la adolescencia, no deja de ser eso, un mito. Y mucho más en unos tiempos en los que basta el uso de las IAs para solventar todas las dudas y cuestiones que uno pueda plantearse, desde el origen del todo hasta la alimentación especial que debe tomar un unicornio rojo con diabetes tipo 2. Una enseñanza básica para dotar a nuestros infantes de los medios necesarios para usar un móvil con internet y “Humo, que viene el Canarias”. (Tampoco es necesario que nadie sepa qué tipo de barco era el Canarias y la participación que tuvo en el bombardeo de la carretera de Málaga a Almería).
...se lo oí decir al entonces presidente del gobierno Carlos Arias Navarro por la tele
No queremos colegios en los que los niños estén sin goteras, queremos drones, muchos drones para que los heroicos guerreros, así se llaman ellos, puedan darle por el culo a Putin. Y misiles antiaéreos para que se puedan defender. Muchos y, si es posible, algunas centenas de cabezas nucleares tácticas disuasorias para que cuando el ruso diga “Que tiro la bomba”, el ucraniano añada, “que aprieto el botón”, como cantaba La Trinca.
Es también del todo punto imprescindible que las empresas del ramo armamentístico rieguen las redacciones de la prensa más seria y responsable con toda clase de sobresueldos, regalos y favores para crear una opinión favorable al rearme de Europa para que pueda defenderse del imperialismo ruso. Que ya desde la “División Azul” está rabioso por que el “Comunismo internacional no olvida su derrota en nuestro solar patrio”. Esto último se lo oí decir al entonces presidente del gobierno Carlos Arias Navarro por la tele, justo el día en que mi padre adquirió la Enciclopedia Mente Sagaz, que aún sigue, obsoleta y todo, en mi biblioteca. De esa enciclopedia he hablado otras veces, pero se lo merece.
Ni entonces, años setenta del pasado siglo, ni ahora los rusos han dejado de ser el espantajo con el que nos quieren asustar. “Que vienen los rusos”, sería el equivalente al “Humo, que viene el Canarias” con el que las madres de Málaga y Almería asustaban a los niños.
Por tanto, dejo constancia de que como español, muy español y mucho español autorizo a quien corresponda a hacer todo lo necesario para que Zelenski pueda gobernar algún día toda la Europa Unida del este y del oeste del norte y del sur. Pero que le voten, coño. Que le voten.