De los dos animales implicados en la suerte taurina que recibe ese nombre sólo uno de ellos no sabe lo que le espera.
El torero sabe que lo que ha de salir del toril es un toro, más o menos grande, más o menos cómodo para torear. Pero un toro de lidia, a fin de cuentas. El toro no tiene ni idea de lo que hay detrás de la puerta, sólo sabe que ha dejado la dehesa en la que vivía, para afrontar un largo y complicado viaje. Y creo que es mejor que no sepa lo que le espera.
Pues en la situación del toro es en la que estamos casi todos ante el año nuevo: No sabemos lo que hay detrás de esa puerta simbólica que separa el todavía año viejo (escribo el lunes 30) del año que ha de entrar. Nos podemos imaginar que no será muy distinta de las restantes entradas del año que hemos vivido y como cada año, haremos propósitos para hacer lo que, si no lo hemos hecho ya en tantos años vividos, tampoco lo vamos a hacer en este que asoma las orejas. Yo, por ejemplo, todos los años hago propósito de enmienda y de dejar de dar la tabarra con mis reflexiones, extravagancias y philosophías de lo cotidiano y ofrecer a mis pacientes lectores cosas útiles, o interesantes. Pero solo se me ocurren estas.
Dicen que los años aportan conocimiento y sabiduría y yo espero que sea este 2025...
Por eso prefiero ser el toro del cuento (soy tauro) al torero y enfrentarme a lo que haya detrás de la puerta sin saber lo que pueda ser, en la creencia de que lo bueno o lo malo que me depare no va ser mucho mejor ni peor que lo ya vivido. Tocará enfrentarlo con un año más, pero eso puede ser una ventaja para unas cosas y una desventaja para otras. Dicen que los años aportan conocimiento y sabiduría y yo espero que sea este 2025 el que me aporte esos dones, que tanto necesito.
Aparte de esa modesta petición no tengo que pedirle muchas más cosas al nuevo año. Nada por lo menos que no haya pedido ya semana a semana, mirada a mirada a lo largo de estos catorce años y pico que llevo asomándome por aquí. Y que este año voy a volver a pedir sin mucho convencimiento, pero esto es algo así como jugar a la lotería. ¿Y si toca?
el año en el que ninguna mujer será asesinada, ninguna persona será discriminada...
Aquí nos seguiremos viendo, si ese es vuestro deseo y ya iremos comprobando si este 2025 será el de la paz definitiva, el de la mejora de la sanidad y educación públicas y gratuitas y el año en el que ninguna mujer será asesinada, ninguna persona será discriminada en ningún sitio por su color de piel, acento, lugar de nacimiento, sexo, religión, orientación sexual ni ninguna otra circunstancia de nacimiento.
Y para todos nosotros tranquilidad y sosiego, que las autoridades pertinentes se acuerden de que los alhameños, aunque no solemos hacer mucho ruido, salvo en el Carnaval, estamos aquí y tenemos necesidades de las que suelen entrar en los presupuestos públicos. Y esto último no lo hago como petición sino como exigencia de ciudadano. A quien corresponda, que se ponga las pilas.
Y que lo que esté detrás del toril no sea para nadie nada que no se pueda afrontar y resolver de la mejor manera posible.
Suerte y al torero, que es una mona. Y además vota a Vox. Si el año quiere torearnos, vamos a ponérselo difícil.