O reflexiones sobre lo que debe ser una cadena de televisión pública.
Silvia Intxaurrondo es una gran periodista. Se documenta muy bien y es rápida de reflejos para preguntar y repreguntar en entrevistas en directo, un género periodístico que muy pocos en este país dominan como ella.
Y eso, claro, le genera críticas por parte de los palmeros de aquellos que no salen muy bien parados de sus entrevistas, acostumbrados a entrevistadores que les formulan preguntas cómodas para facilitar su lucimiento. “No es correcto, señor Feijóo”, dijo la periodista cuando el presidente del PP afirmó que su partido, cuando gobernó, siempre subió las pensiones al menos lo que había subido la inflación. Y cuando este quiso vacilarle, a ella y de paso a los telespectadores lo rebatió con datos objetivos y fácilmente comprobables.
Algún tiempo atrás, mientras trabajaba en Telemadrid, entrevistó a Díaz Ayuso con motivo de la construcción del Hospital Zendal y preguntó cuántos sanitarios se habían contratado para el nuevo centro. La presidenta contestó que cogerían a profesionales de otros hospitales para hacer “ese operativo”. Intxaurrondo preguntó si no existía el riesgo de que otros hospitales quedaran desatendidos, Ayuso seguía pavoneándose de la gran noticia de construir un hospital en tiempo récord y tratando de evadir la respuesta y terminó diciendo que eso son detalles que no se le preguntan a una presidenta, todo ello con tono nervioso e inseguro.
Con motivo de estos ejemplos y algunos otros, durante una comparecencia de la presidenta interina de RTVE en el congreso, el diputado del PP Eduardo Carazo se quejaba de que la señora Intxaurrondo suele ser muy incisiva con los de su partido. Yo creo que hace bien su trabajo y no tiene la culpa de que algunos entrevistados cuando los sacan del argumentario de “gobierno etarra bolivariano” se pierdan y no atinen a responder con seguridad.
...se trata de un obsceno alarde de 'horteridad' por parte de pijos presuntuosos
Días atrás, con motivo de los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia, Silvia Intxaurrondo mostró en su cuenta personal en X su opinión favorable a estos resultados, cosa a lo que tiene pleno derecho, cosa distinta fuera sido de haberlo dicho en su programa. Ha recibido comentarios de gente mostrándose de acuerdo con ella y también opiniones críticas y algunos quejándose de que trabaje en un medio público y de que el dinero de los contribuyentes pague su sueldo.
Hay muchos otro programas, presentadores o colaboradores que cuestan mucho más y que creo que no deberían tener cabida en una televisión pública. Programas como por ejemplo Masterchef o su versión infantil (todavía peor) donde predican una competitividad salvaje o donde sus encargados defienden que los becarios de sus restaurantes tienen una suerte enorme de trabajar con grandes estrellas como ellos y no tienen derecho a quejarse de sus condiciones laborales.
O uno titulado “Los Iglesias, hermanos a la obra” en el que Isabel y Julio Iglesias Preysler “dirigirán” reformas en viviendas de amigos suyos en Madrid y Miami. Viendo la lista de participantes, a los que no voy a promocionar, llego a la conclusión de que se trata de un obsceno alarde de 'horteridad' por parte de pijos presuntuosos. ¿De verdad TVE tiene que gastar dinero en financiar a dos personajes con la vida económicamente resuelta desde que nacieron para hacer un programa de estas características? Si lo hiciera una cadena privada, allá ellos, habrá gente que lo vea. Pero una televisión pública debería tener otros criterios. Sobre todo, teniendo en cuenta que no tiene publicidad y por tanto no tiene que regirse únicamente por la audiencia. Deben primar valores como la solidaridad, frente a la competencia a ultranza, defender un estilo de vida menos consumista frente al alarde de riqueza y promover que el valor de las personas es por cómo son y no por lo que tienen.
Firma invitada: Prudencio Gordo Villarraso.